Para César, Álvaro Uribe es un pobre hombre

César, joven militante del Psuv, estudia en una de las tantas escuelas universitarias que ha creado el proceso bolivariano. Uno de los miles de venezolanos a quienes las universidades privadas y hasta públicas, que consumen porcentajes elevados del ingreso nacional, les cerraron las puertas mediante nada inteligentes ni pedagógicos mecanismos de selección, con la complicidad de un buen número de docentes, incluyendo autoridades académicas, procedentes de la vieja izquierda.

Este joven, en tertulia informal en un rincón de la ciudad me expresó, antes que el economista Atilio Borón, lo dijese:

“Álvaro Uribe, es un pobre hombre”.

César, le interrogué, ¿por qué dices eso?

“Ha aceptado ir a la reelección contra de su voluntad. Es lo que menos desea. Daría mucho por irse a un rincón dentro o fuera de Colombia, donde nadie le recuerde. Los aires en la Casa de Nariño, le agobian”.

“¿Por qué ha estado al frente de la solicitud de reforma constitucional que le permita ir a la reelección?

“Por lo mismo. Es un pobre prisionero de las mafias de la droga y el Pentágono. Le tienen agarrado por testículos y agallas”.

César habló de lo mismo que posteriormente hicieron Borón y tantos. Recordó las relaciones del padre de Uribe con jefes del tráfico de droga e hizo mención de una lista, presuntamente procedente de la DEA, que sería parte de documentos desclasificados por el gobierno gringo, en la cual se menciona a éste como vinculado al vil negocio.

Cerró diciendo lo siguiente:

“Está conciente, que si no colabora con el Pentágono, permitiendo las bases militares con fines estratégicos, distintos a los de combatir el narcotráfico y la guerrilla, harían valer aquellos expedientes. Existe el precedente de Noriega. Con Uribe la operación sería más sencilla”.

Borón, hace pocos días, dijo al respecto:

“Si Uribe no colabora, le llevarían como a Noriega, a una prisión norteamericana”.

César tomó aire y volvió a hablar:

“Cuando Uribe vacilaba todavía, poco tiempo atrás, Juan Manuel Santos, hacía y decía lo que le venía en gana, dentro de los planes de los gringos y Uribe callaba y asentía”.

Siguió hablando, mientras le escuchaba y anotaba sus opiniones.

“Al Pentágono no le interesa el fin del conflicto entre las Farc y el gobierno colombiano; menos al ilícito triangulo de producción, tráfico y consumo de drogas”. “A eso, de diferentes formas, le sacan partido”.

Y de seguidas se explicó:

“Mientras más armas y hombres meten en Colombia, regulares y mercenarios, más crece el negocio ilícito y las farc no decrecen como deberían”.

Agregó que esas son excusas para aumentar su penetración, hasta llegar a las nuevas bases, desde las cuales operarán con más alcance y poder destructivo, cercando a Venezuela y acercándose a puntos vitales para el control futuro de los recursos de Suramérica.

“Agua, petróleo y los demás incontables recursos del área, están en la mira de una clase social que destruye sus espacios y hambrienta sale a apropiarse de lo que no le pertenece”.

Para César, a Uribe, como los halcones, no le interesa la paz colombiana. Hagamos lo que hagamos- sentenció- por alcanzarla, ellos seguirán haciendo lo que han hecho, sabotear. La paz sería un golpe al narcotráfico y planes gringos de ocupar nuestros espacios para sus egoístas fines.

¿Cómo mantener sus bases, tropas, en un área de paz y sin drogas?

“Pobre Uribe, lo repito, es un preso y caballo de Troya a favor de la estrategia contra su propia gente”.

damas.eligio@gmail.com


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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