El 23 de septiembre
de 2009, el presidente Barack Obama se dirigió por primera vez
a la Asamblea general de las Naciones Unidas con ocasión de un discurso
saludado por el conjunto de la comunidad internacional. Obama reconoció
que el intervencionismo a ultranza de Estados Unidos en los asuntos
internos de otros países fue un grave error. “Ninguna nación puede
aceptar la tiranía de otra nación mediante la fuerza”, declaró,
añadiendo que “ninguna nación puede ni debe tratar de dominar otra
nación”. “La democracia no puede ser impuesta a otra nación desde
el exterior. Cada sociedad tiene que buscar su propio camino, y ningún
camino es perfecto. Cada país tiene que seguir un camino enraizado
en la cultura de su pueblo y en sus tradiciones, y debo admitir que
Estados Unidos ha sido selectivo demasiadas veces en su promoción de
la democracia”, concluyó.1
El presidente
Obama dio pruebas de lucidez e inteligencia al declarar que Estados
Unidos debía “entrar en una nueva era de compromiso basado en los
intereses y el respeto mutuos”. Dirigiéndose a sus detractores, refutó
cualquier doble discurso y les lanzó un reto: “Les pido que echen
un ojo a las acciones concretas que hemos emprendido en apenas nueve
meses”.2
La buena voluntad
del ex senador de Illinois no se ha de poner en tela de juicio. Por
eso obtuvo el Premio Nobel de la Paz 2009. No obstante, resulta imposible
ignorar las evidentes contradicciones entre la retórica del inquilino
de la Casa Blanca y la realidad de los hechos, particularmente en lo
que se refiere a la política de Washington hacia Cuba.
Los avances
En abril de
2009, Obama declaró su voluntad de “buscar un nuevo comienzo
con Cuba”.3 “Creo que podemos llevar la relación entre
EE.UU. y Cuba en una nueva dirección”, subrayó. “Estoy aquí para
lanzar un nuevo capítulo de acercamiento que continuará durante mi
mandato”, dijo, al anunciar el levantamiento de las restricciones
que afectan a los cubanos que viven en Estados Unidos y tienen familia
en la isla. No obstante, tuvieron que esperar hasta el 3 de septiembre
de 2009 para que esa decisión entrara en vigor. Ahora, los cubanos
pueden viajar a su país de origen cuantas veces quieran (en vez de
14 días cada tres años antes) y mandar remesas ilimitadas a sus familiares
(en vez de 100 dólares al mes, como antes).4
La administración
Obama también amplió la gama de productos que pueden enviarse
a Cuba a la ropa, productos higiénicos y material de pesca (prohibidos
antes). Además permitió a las empresas estadounidenses de telecomunicación
que proporcionaran algunos servicios a Cuba (conviene subrayar no obstante
que el marco legal para ello existe desde 1992).5
En septiembre
de 2009, Bisa Williams, subsecretaria de Estado para los Asuntos Interamericanos,
viajó a Cuba con el fin de conversar con el viceministro de Relaciones
Exteriores, Dagoberto Rodríguez. Ambos entablaron conversaciones sobre
la restauración del servicio postal entre Cuba y Estados Unidos, suspendido
desde 1963, y las cuestiones migratorias. La visita de Williams, prevista
para 24 horas, duró seis días. Se trata del más alto funcionario
en visita oficial a Cuba desde 2002.6 La subsecretaria de
Estado aprovechó la ocasión para asistir al concierto histórico que
dio el cantante colombiano Juanes en La Habana, que reunió a más de
un millón de personas.7
Las señales
negativas
Si conviene
enfatizar esas iniciativas positivas, así como el lenguaje diplomático
mucho menos agresivo hacia La Habana, hay que recordar que las relaciones
actuales entre ambas naciones no han llegado ni siquiera al estatu quo
bajo la administración Clinton. Por otra parte, los ciudadanos cubanos
que viven en Estados Unidos y que no tienen familia en su país de origen
todavía no pueden viajar allí.
La administración
Obama, contrariamente a sus declaraciones constructivas, se ensañó
en aplicar con celo las sanciones económicas contra Cuba. Así, según
la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Office of Foreign Assets
Control, OFAC) del Departamento del Tesoro, desde la entronización
de Obama en el poder en enero de 2009, al menos siete multinacionales
fueron sancionadas por una suma total que supera los seis millones de
dólares. No obstante, todas las infracciones se habían cometido mucho
antes de la llegada al poder del senador de Illinois. Así, en agosto
de 2009, el banco australiano ANZ recibió una multa de 5,7 millones
de dólares por haber realizado transacciones con Cuba mediante sus
subsidiarias estadounidenses entre 2004 y 2006. Otra vez, el carácter
extraterritorial de las sanciones económicas se aplicó con rigor contra
una entidad extranjera.8
Por otra parte,
el 14 de septiembre de 2009, el presidente estadounidense decidió prorrogar
un año la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, que establece las
sanciones económicas contra Cuba. Imitó así a todos los presidentes
estadounidenses desde 1962 y evocó razones de “emergencia nacional”.
No obstante, la renovación anual no era necesaria para el mantenimiento
de las sanciones económicas, ya que desde 1996 y la adopción de la
ley Helms-Burton, sólo el Congreso está habilitado para eliminarlas.
Es lamentable que Obama no haya aprovechado la oportunidad, de todas
formas simbólica, para actuar de manera diferente a sus predecesores.9
El 21 de septiembre
de 2009, el Departamento de Estado se negó a otorgar una visa
al presidente de la Asamblea Nacional cubana, Ricardo Alarcón, a quien
la presidenta del Black Caucus del Congreso estadounidense, Barbara
Lee, había invitado. Al día siguiente, Washington prohibió a cerca
de 30 médicos estadounidenses que participaran en un Congreso Internacional
de Ortopedia en La Habana. En octubre de 2009, la Filarmónica de Nueva
York, que había previsto actuar en la capital cubana del 30 de octubre
al 2 de noviembre, tuvo que suspender su viaje después de que el Departamento
de Estado y el Departamento del Tesoro se negaran a conceder una licencia
a los 150 patrocinadores que habían financiado el proyecto. No obstante,
en 2008, había actuado en Corea del Norte y pronto celebrará un concierto
en Vietnam.10
El senador
demócrata Byron Dorgan declaró su total incomprensión durante
una intervención en el Senado: “Es casi increíble lo que aún estamos
haciendo con respecto a la política de viajes con Cuba. Tenemos que
pasar por estos disparates de que el gobierno federal y el Departamento
del Tesoro nos digan quién puede y quién no puede viajar. En mi opinión,
que se restrinja la libertad del pueblo estadounidense es indignante”.11
El 1 de octubre
de 2009, varios líderes del Congreso se encontraron en la sede de la
Cámara de Representantes con el fin de promover la aprobación de una
legislación presentada en marzo de 2009 que pone fin a la prohibición
de viajar a Cuba para los ciudadanos de Estados Unidos y exigir el cambio
que prometió el presidente Obama. Los representantes demócratas Charles
Rangel y Bill Delahunt así como el republicano Jeff Flake, exigieron
la adopción de la ley –que dispone por ahora del apoyo de 161 representantes
y 33 senadores que firmaron el documento– antes del fin del año 2009.
Para ser adoptada, le ley tiene que reunir 218 votos en la Cámara y
60 en el Senado. No obstante, Barack Obama dispone de las prerrogativas
necesarias para poner fin a esta prohibición firmando una simple orden
ejecutiva.12
Wayne S. Smith,
antiguo jefe de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana
entre 1979 y 1982, deploró la falta de iniciativas del nuevo presidente.
“No ha hecho nada”, lamentó. También criticó la actitud de algunos
representantes, tales como Bob Menéndez y otros de Florida, que “bloquean
la legislación”. “Deberíamos iniciar un diálogo y levantar las
restricciones de viaje” para los ciudadanos estadounidenses, que pueden
viajar a China, Vietnam o Corea del Norte, pero no a Cuba.13
La diplomacia
cubana informó de su decepción al respecto. El canciller Bruno
Rodríguez, quien saludó la buena voluntad de Obama calificándolo
de “político moderno, inteligente y animado de buenas intenciones”,
lamentó sin embargo que no haya aprovechado “la oportunidad histórica
de usar sus facultades ejecutivas o de liderar la eliminación del bloqueo
a Cuba”.13
Contradicciones
Resulta inevitable
poner a Obama frente a sus propias contradicciones. Por un lado, ante
la Asamblea General de la ONU , pronunció las siguientes palabras:
“Los pueblos del mundo quieren un cambio. No tolerarán más a los
que se encuentran del lado equivocado de la historia”. Por otra parte,
tuvo que recurrir a una ley guerrera de 1917, sólo aplicada a Cuba,
para prorrogar el estado de sitio contra una pequeña nación del Tercer
Mundo que jamás ha cometido agresión alguna contra Estados Unidos.
Por un lado, afirma que “las divisiones tradicionales entre las naciones
del Sur y el Norte no tienen ningún sentido en un mundo interconectado,
y los alineamientos de naciones arraigadas en las oposiciones de una
guerra fría acabada hace mucho tiempo tampoco”. Por otra parte, persiste
en aplicar una política obsoleta, cruel e ineficaz cuyas primeras víctimas
son los sectores más frágiles de la población cubana, a saber, las
mujeres, los ancianos y los niños.15
A pesar de
la oposición unánime de la comunidad internacional que condenó
en 2008 por decimoséptima vez consecutiva el estado de sitio económico
impuesto a Cuba (185 votos contra 3), del mundo de los negocios estadounidense
que ve sus intereses gravemente afectados pues un mercado natural está
en manos de las multinacionales europeas, asiáticas y latinoamericanas,
la voluntad de la mayor parte de la opinión pública estadounidense
que desea una normalización de las relaciones entre ambas naciones
y una corriente favorable en el Congreso estadounidense a favor de un
cambio de política, la administración Obama persiste en aplicar sanciones
económicas unilaterales anacrónicas que representan el principal obstáculo
al desarrollo económico de la isla. Si es cierto que el presidente
no puede eliminar definitivamente el embargo (hace falta una decisión
del Congreso), puede aliviarlo considerablemente mediante decisiones
ejecutivas y licencias.16
El ex presidente
Bill Clinton, cuya esposa Hillary Clinton es actualmente secretaria
de Estado, calificó por su parte las sanciones económicas de
política “absurda” y de “fracaso total”. Así, desde su imposición
en agosto de 1960, las sanciones estadounidenses han costado la bagatela
de 96.000 millones de dólares a la economía cubana.17
La Habana ha
reiterado muchas veces su disposición a resolver todos los diferendos
que oponen a los dos países con tal que el diálogo tenga lugar sobre
una base de reciprocidad, de respeto de la soberanía y de no injerencia
en los asuntos internos.
Si el presidente
Obama desea alcanzar un modus vivendi con el gobierno cubano, debe adoptar
las siguientes medidas por orden de prioridad:
- Liberación
de los cinco presos políticos cubanos encarcelados en Estados Unidos
desde 1998 acusados sin razón de “conspiración en vistas de cometer
actos de espionaje”. Ninguna prueba ha podido presentarse en su contra.
No obstante, fueron condenados a un total de cuatro cadenas perpetuas
y 77 años de cárcel. Obama dispone de las prerrogativas necesarias
para otorgarles un indulto presidencial.18
- Alivio
de las sanciones económicas. Como he señalado antes, Obama puede reducir
ampliamente su impacto mediante simples órdenes ejecutivas.
- Extradición
del terrorista Luis Posada Carriles, ex agente de la CIA responsable
de más de un centenar de asesinatos y refugiado en Miami, y al cual
Estados Unidos se niega a juzgar.19
- Supresión
de Cuba de la lista de países terroristas. Estados Unidos ha incluido
arbitrariamente a Cuba en la lista de países terroristas para justificar
su política hostil hacia La Habana. La comunidad internacional no toma
en serio esta inclusión y la considera como una simple maniobra política
de desprestigio. Conviene recordar que Nelson Mandela formó parte de
dicha lista hasta julio de 2008.
- Abolición
de la Ley de Ajuste Cubano que fomenta la emigración ilegal hacia Estados
Unidos. En efecto, cualquier cubano que entra legal o ilegalmente en
Estados Unidos consigue automáticamente al cabo de un año el estatus
de residente permanente y diversas ayudas para obtener una vivienda
y un trabajo. Esta legislación, única en el mundo, favorece la fuga
de cerebros y priva a Cuba de un considerable capital humano.20
- Cancelación
de todos los programas de subvención con destino a la oposición interna
en Cuba. Obama puede acabar con el financiamiento de los grupúsculos
internos, ilegal según el código penal cubano y la legislación internacional.21
- Supresión
de las emisiones subversivas de Radio y TV Martí, dirigidas a desestabilizar
al gobierno cubano.
- Devolución
de la base naval de Guantánamo que stados Unidos ocupa ilegalmente desde
1902, contra la voluntad soberana del pueblo cubano.
La buena voluntad
del presidente Obama debe traducirse rápidamente en actuaciones concretas
con el fin de normalizar las relaciones entre La Habana y Washington.
Debe demostrarle al mundo que merece efectivamente el Premio Nobel de
la Paz.
Revisado por
Caty R
Notas
1
Barack Obama, « Remarks by the President of the United States to the
United Nations General Assembly», The White House, 23 de septiembre
de 2009. http://www.whitehouse.gov/the_press_office/Remarks-by-the-President-to-the-United-Nations-General-Assembly/ (sitio consultado el 24 de septiembre
de 2009).
2
Ibid.
3
The Associated Press , «Obama Seeks ‘New Beginning’ With
Cuba», 17 de abril de 2009.
4
Macarena Vidal, «Obama ofrece ‘un nuevo comienzo’ en las relaciones
con Cuba», EFE, 17 de abril de 2009.
5
John Dorschner & Monica Hatcher, «Liberan a los viajes a Cuba»,
El Nuevo Herald, 13 de abril de 2009.
6
Matthew Lee & Paul Haven, «US, Cuba Held Unannounced Talks», 30
de septiembre de 2009.
7
El Duende, «Una americana cantando con Juanes», 30 de septiembre
de 2009.
8
Office of Foreign Assets Control (OFAC), «Release of Civil Penalties
Information», septiembre de 2009, www.treas.gov/offices/enforcement/ofac/actions/index.shtlm (sitio consultado el 5 de octubre de
2009).
9
Ginger Thomson, «U.S. Official Meets With Cuban Authorities», The
New York Times, 30 de septiembre de 2009.
10
Oficina de Ricardo Alarcón de Quesada, 22 de septiembre de 2009;
Agence France Presse, «Cuba asegura que EE. UU .impidió viaje
de 30 científicos», 23 de septiembre de 2009; Agencia Cubana de
Noticias, «Washington Bans Orthopedics Doctors From Attending Event
in Cuba», 22 de septiembre de 2009; Jim Abrams, «Senador intercede
por permiso de viaje para la Filarmónica de NY», The Associated
Press, 5 de octubre de 2009.
11
Jim Abrams, «Senador intercede por permiso de viaje para la Filarmónica
de NY», op. cit.
12
María Pena, «Piden al Congreso eliminar restricciones de viajes de
estadounidenses a Cuba», EFE, 1 de octubre de 2009.
13 Ibid.
14
Mauricio Vicent, « Cuba dice que Obama no ha tocado el embargo»,
El País¸ 16 de septiembre de 2009.
15
Barack Obama, « Remarks By the President of the United States to the
United Nations General Assembly», op. cit.
16
Salim Lamrani, Cuba: ce que les medias ne vous diront jamais,
(París: Editions Estrella, 2009), pp. 121-133.
17
Christopher Hitchens, «What Was Bill Thinking?», Newsweek,
24 de septiembre de 2009. http://www.newsweek.com/id/216052/ (sitio consultado el 5 de octubre
de 2009).
18
Salim Lamrani, Cuba: ce que les medias ne vous diront jamais,
op. cit., pp. 145-154.
19
Ibid., pp. 135-144.
20
Ibid. , pp. 107-120.
21
Ibid. , pp. 79-105.