Ya no nos puede sorprender la conducta de algunas personas que vemos actuar en los medios. Nos resistimos a llamarlos periodistas, pues con su actitud se transforman en alevosos agresores de tan noble profesión. Hablamos de quienes discurren en televisión. Son capaces de expresar el mayor disparate como si dijeran algo incontrovertible tal como que el día martes es el que sigue al lunes. Sin duda que le faltan el respeto a su audiencia pues por lo que manifiestan se nota que creen que se dirigen a un público analfabeto y estúpido que no sabe que está pasando en el mundo. Veamos algunos casos que lo ejemplifican.
Ayer por la mañana (martes 27 de octubre), alcanzamos a ver a la señora Beatriz de Majo en un programa matutino en el cual tiene su espacio para comentar lo internacional. Ya la habíamos visto tiempo atrás, en un video suyo que proyectaron en una charla crítica sobre audiovisuales. En él se la veía a ella entrevistando a una señora italiana con muchos años de residencia en Venezuela, y a un joven dedicado a la farándula. La señora decía que el trabajador venezolano era un flojo y no recordamos cuánta infamia más expresó en su detrimento. Consideraba tan mal al trabajador del país, que se permitió, sabiéndolo, permanecer en él varias décadas sin asomo de marcharse. Pero, fue la señora de Majo, impávida, la responsable del agravio, pues le permitió tales exabruptos ofensivos que fueron para sus compatriotas y su nación.
La señora de Majo no podía permanecer al margen de la diatriba por lo que se dirigió al joven con mordacidad, afirmando que no creía que él fuera capaz de trabajar con ahínco, y que le parecía que era un flojo. No adujo el motivo por el cual determinó esa condición. El joven le contestó que no lo era, pues como bien se sabía, trabajaba muchas horas del día. Ella lo dudó. Dedujo su opinión tal vez, por el color de la piel del joven, que es negra. Originó un escándalo ese hecho claramente racista y por su repercusión casi despiden del canal a este personaje que pavonea de su ascendencia teutona.
Ayer la alcanzamos a oír refiriéndose a la visita que hiciera a Cuba Moratinos, el canciller español. Expresaba ella, que tanto en España como en Alemania, tal visita había causado escozor. No recordamos si mencionó a Aznar, puede que lo haya hecho. De Alemania nombró a la señora Merkel. Dijo que en Cuba se persigue a la oposición, en Cuba…, esto y lo otro y todas esas sandeces usuales de los descerebrados. Pero, ¿esta señora sabe realmente que ocurre con esos países y otros de ese continente en el cual ellos se ubican?
En Afganistán, como cualquier persona medianamente informada sabe, los alemanes violando su constitución, están matando civiles. Claro, siempre por error, por supuesto, eso que llaman “daños colaterales”, con que pretenden justificar el crimen sin importar los muertos causados. Su población, en alto número tal como lo reflejan las encuestas, quieren el regreso de sus soldados que no tienen nada que hacer ahí, salvo matar a quienes no les han hecho nada. ¿Qué hace la señora Merkel, a ese respecto? Lo contrario. Posiblemente veamos pronto que aumenta el número de sus tropas allí.
Los españoles por su comportamiento, poco difieren de los alemanes. Sus gobiernos al igual que los del resto de Europa si tienen una característica que los identifique es que son capaces de cometer los peores crímenes en nombre de valores supremos que mancillan al solo enunciarlos. La conducta española en Somalia, por ejemplo, es vergonzosa además de criminal. Pero es peor todavía en cuanto al apego a ciertos valores que dicen practicar con su conducta.
Cuando la señora Tzipi Livni era aún canciller de Israel, en una reunión de gabinete manifestó que había contactado con Moratinos por los juicios que contra militares y miembros del gobierno israelí estaban tratando de incoar en España. Aseguró que el canciller español le confió que modificarían la ley que le permitía a sus tribunales enjuiciar a quienes atentaren contra los Derechos Humanos, como reiteradamente lo ha hecho la soldadesca israelí. ¡Y eso pasó! Modificaron la ley para no condenar a esos asesinos. ¿Cómo califica esto, la señora de Majo?
Conste que a la señora, no le solicitamos su opinión sobre las cárceles europeas clandestinas que proliferan en esos suelos, tampoco sobre los rehenes que pasearon por ellas y por todos los aeropuertos de Europa en aviones encubiertos de la CIA. Porque la señora de Majo tiene que saber como persona instruida que es, que EEUU perpetró secuestros de inocentes en todo el mundo, incluyendo Europa. Por esa razón, un juez penal italiano requiere a más de 20 delincuentes de la CIA. ¡Qué bueno sería verla aunque fuera una sola vez, mostrando su disgusto y su enojo por estas cosas!
Por la tarde del mismo día vimos en el canal de oposición, a Manuel Felipe Sierra. Digamos de él que está dentro de lo que sería el estándar de sus colegas. Ha olvidado mucho de lo que le pudieron haber enseñado en la universidad, si es que de ahí hubiera egresado. Sobre todo lo referente a la objetividad y la veracidad de lo que se comunica. Pero, ¿le habrían invitado a ese programa, si esos elementos aún fueran parte de su bagaje? ¿No percibe que es invitado solo porque saben que se somete a lo que les interesa a los principales de ese medio, que no es otra cosa que criticar al gobierno?
Menudo servicio prestó, si esa fue su intención. Trató de establecer una analogía entre lo que fue aquel gobierno sandinista, al triunfo de la Revolución, y el gobierno venezolano actual. Dijo sin inmutarse, que si el gobierno sandinista no hubiera aceptado la elección, la Contra le hubiera derrotado. Este confuso parangón de muy escaso argumento, que no permite comprender la similitud de las situaciones que pretende comparar, soslaya un elemento que fue capital para la derrota sandinista. Y esto fue la intervención de EEUU en la situación interna de Nicaragua, a la cual no menciona ni siquiera por error. ¿No es inmoral acaso eso?
Hay expresiones que nos prohibimos usar, pero existen ocasiones en las que no hacerlo obliga a un buen y gran esfuerzo y esta es una de ellas. Este señor ya veterano también genera tristeza sobre todo cuando se presta al juego de un manipulador. Cuando el sandinismo llega al gobierno el panorama que era desolador, superaba largamente lo que se había presumido. La deuda externa exigible a corto plazo excedía las posibilidades de sus arcas vacías. La tasa de desempleo estaba por encima del 30 por ciento, la mitad de su población era analfabeta. Y encima, como si lo anterior no fuera nada grave, tiene que hacer frente a la amenaza exterior, y nada menos que de la mayor potencia existente sobre la tierra ¿Habrá olvidado todo esto el señor Manuel Felipe Sierra? Si no lo hubiera olvidado ¿es tan escaso su discernimiento que piensa que no es menester destacar estos hechos cuando se habla de Nicaragua?
¿Y sobre la droga, aquella que coludió al gobierno de EEUU y la Contra para su tráfico, señor Sierra, también pertenece a su olvido? La Naciones Unidas, por primera vez en su historia, calificó al gobierno de EEUU por sus actos contra Nicaragua como terrorista, y la Corte Internacional de Justicia de La Haya determinó que tendría que pagarle al agredido, por los daños premeditadamente causados, cerca de 20 mil millones de dólares, que nunca canceló ¿lo recordará el señor Manuel Felipe Sierra?
En el año 80 del siglo anterior, el Frente Sandinista inició una campaña de alfabetización, con la cual bajaron el índice de analfabetismo que superaba el 50 por ciento, al 12,1 por ciento. La matrícula de escolarización estaba en el orden de los 500 mil educandos en 1978. Se la eleva a 900 mil en 1981. Se construyeron más de mil centros de educación. Se realizaron campañas masivas para enfrentar el sarampión, la malaria, el tétanos, la poliomielitis y otras enfermedades que asolaban el medio rural. Si una persona decente observa las cifras que muestran ese escaso período de paz que tuvo ese gobierno, no podrá menos que reconocer, así no sea afín a su ideología, que fue muy vasto ese esfuerzo y que mejoró la condición de vida de sus habitantes.
Es tan abundante la documentación existente sobre lo que afirmamos, que para hablar con apego a la veracidad y a las normas éticas de lo que fue ese gobierno, derivado de la deposición de uno de los tiranos más crueles que haya pisado Latinoamérica - que lo era tanto que hasta su patrocinante no dejaba de manifestar cuando se refería a él, alguna alusión a su señora madre-, que eso no se puede obviar, excepto si es la mala intención quien guía el discurso.
Uno de los problemas más grave que enfrenta la humanidad tiene como responsable a los medios de comunicación. Situaciones como las reseñadas arriba, no son extraordinarias, sino que son el pan de cada día en los medios. Pareciera que tuvieran patente de corso para adulterar la realidad u omitir toda información que vaya contra sus intereses. La mentira, flagrante, es reina de sus espacios. Sin embargo, si nos atenemos a esa situación que objetamos, y lo observamos con objetividad, tal vez la mayor responsabilidad recaiga en los gobiernos, que improvisan de acuerdo a una circunstancia fortuita, y no regulan fundamentando estos hechos como Razón de Estado.
La información y su difusión no pueden estar sujetas al arbitrio, el interés o la voluntad de unos empresarios, por encima de los intereses generales de la población. Los gobiernos tienen entre sus cometidos el velar por ellos. Si no se tiene el talento, la capacidad y el valor para abordarlos, se está de sobra ahí. En ese caso es más honrosa la dimisión que la permanencia incapaz en el cargo.
Los medios, por sus características, requieren ser discernidos en principio por su función, luego por el espacio al cual se dirigen y los beneficios y perjuicios que dejan con su hacer. Cada medio tiene un tipo de receptor concreto. El más exigente es el lector, pues busca un tipo de información que le abunde en un tema que es de de su interés, y que exige mayor meticulosidad en su trato pues quien lo recibe algo domina del mismo. El de las radioemisoras es un oyente menos específico con alguna exigencia particular. El televidente es en su mayoría ligero, y por ese motivo el más propenso a ser manipulado. Estamos hoy en la etapa en la cual es necesario revisar estos puntos. Eso es lo que estimamos y por lo mismo es que nos apartamos un poco de lo que fue nuestro propósito inicial. Procuraremos ingresar en el tema más adelante.
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