El secreto de Cuba revolucionaria no es un secreto para nadie. Su pueblo y el mundo lo conocen. Cuba no oculta nada, ni tampoco le valdría ocultar lo que para ella representa una de sus mayores virtudes que la enaltece. El secreto de la Revolución Cubana es la moral y la ética consecuente; la preocupación de su dirigencia porque exista correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace. Además del liderazgo y el ejemplo encarnado por su histórico líder Fidel Castro Ruz, la moral y la ética que también se personifica la mayor parte de los cuadros políticos de Cuba inspiran y potencian las ideas sembradas por la revolución.
Todavía muchos, hoy, no logran entender lo que realmente mantiene en pié a la Revolución Cubana. Algunos se preguntan ¿Por que no se ha fatigado el pueblo cubano con el discurso revolucionario, aun en las peores condiciones del periodo especial? ¿Que mantiene intacta la resistencia del pueblo cubano? ¿Como ha podido ser posible semejante sacrificio como el de los 5 héroes cubanos que se encuentran injustamente presos en las cárceles del imperio desde hace más de 11 años, dos de ellos condenados a doble cadena perpetua? Si ellos no creyeran en lo que creen y en quienes creen; si no creyeran en su revolución y en las ideas dignamente representadas, o levantadas por sus dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC) ¿Podrían los 5 héroes y los miles de médicos cubanos poner sus vidas en riesgo y dar muestra de semejante altruismo sólo por salvaguardar los intereses de algunos demagogos? No lo creemos. Cuba nos demuestra que, sin la moral y la ética encarnada en no solo de su máximo líder, sino también en toda la alta dirigencia cubana la revolución estaría destruida porque sólo idiotas y serviles podrían defender lo indefendible. Pero en Cuba no existen 12 millones de idiotas. Los idiotas están a 90 millas de la isla. En realidad, lo que motiva el altruismo del pueblo cubano es correspondencia; es amor pagado con amor. Las ideas y la disposición de lucha se fortalecen en torno al ejemplo moralizante.
Ese es el verdadero secreto de Cuba que nuestra revolución debe emular. La corrupción, las desviaciones políticas y el burocratismo en Cuba son definidas como traición y sus responsables son ejemplar y públicamente castigados. El pueblo cubano lejos de decepcionarse se fortalece, moraliza y moviliza.
No basta sólo con el ejemplo ético y moral del máximo líder de la Revolución Bolivariana, el Comandante Chávez. Es necesario que todos demos ejemplo de un nueva moral y ética revolucionaria. Nuestras impresiones de Cuba explican mejor lo que queremos transmitir. Qué gustoso, gratificante y moralizante es poder ver en Cuba a un Ministro llegar a su institución en un humilde vehículo de la marca rusa Lada, sin el derroche de escoltas ni caravanas de aduladores. Qué sabroso es ver a uno de ellos pasearse por las oficinas de sus compañeros trabajadores y codearse con ellos como iguales pero con mucho respeto sin la prepotencia que caracteriza al infectado de poder.
La Revolución Bolivariana necesita del “secreto” cubano. ¡Vaya misterioso secreto!
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