La humana es la única especie capaz de pensar, de razonar, es una especie paradójica, creadora de poesía para cantar a una flor, y también hábil para generar un desierto que la extinga. Es la única especie productora de pensamientos suicidas que la pueden aniquilar, y con ella a toda la vida del planeta.
Esta especie paradójica, criminal a veces, y a veces sublime, ha creado un pensamiento, es un monstruo que la atrapa y la gobierna, es un virus de la mente, se llama Capitalismo, y hoy ha llegado a su máxima capacidad de daño, nos llevó a una situación terminal: amenaza a la especie que lo creó con la extinción. Veamos.
Una exquisita delegación de la especie se reúne en Copenhague para estudiar el problema más importante de la humanidad: su extinción. Allá estarán cientos de presidentes y sus delegados. Todos de acuerdo en la gravedad de la situación dramática que vivimos, los pronósticos son de catástrofe, y las esperanzas remotas.
¿Por qué?
La respuesta es que el virus del capitalismo se protege a sí mismo.
Lo primero que hace es no dejarnos pensar en el futuro, el futuro para la especie no está más allá de lo cotidiano, del día a día. Si examinamos los periódicos nuestros, veremos que pocos le dan primera página a Copenhague, las preocupaciones que nos imponen son triviales, tontas, frente al naufragio brutal que enfrentamos.
Lo segundo es no dejarnos pensar en las causas de los fenómenos. La humanidad sólo percibe la superficie, no puede establecer relaciones. Así el virus se protege. El capitalismo se esconde tras la discusión pseudocientífica, el capitalismo se escabulle en una turbulencia que solo toca a la superficie.
Lo tercero, usa todo su odio contra los que pongan en peligro sus privilegios y su camino demencial y suicida. Así atacan a científicos que declaran la emergencia climática, desprestigian universidades, ponen sus poderosos medios de comunicación al servicio del engaño, desde sus agencias llueven noticias manipuladoras, desde hollywood nos infestan con ficciones perversas.
Copenhague será un fracaso, es lamentable pero obligatorio decirlo. Expliquemos.
Copenhague será un fracaso porque allí no se tratará el fondo, el origen del problema, no se cuestionará al capitalismo, sólo se hablará de cómo salvarlo, de seguir con la locura, no de frenarla.
La salvación del planeta está en Venezuela, en Bolivia, en Cuba, y en cualquier parte donde se ataque el virus capitalista que nos condena, que nos convierte en una Humanidad Criminal, que turba el pensamiento social.
La salvación de la humanidad está en el Socialismo, nosotros podemos, debemos, estamos obligados a ser el ejemplo, es una cuestión de vida o muerte. Y estamos obligados a llevar la buena nueva al resto del planeta, a los países que más contaminan. Estamos obligados a invitarlos, ayudarlos a superar el virus, a liberarse de la esclavitud.
El reto es inmenso, aquí en Venezuela se decide el destino del mundo.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia en la Discusión, Lealtad en la Acción!
11.12.09