Decía un francés, con humor negro, que lo único bueno de las guerras civiles era que mataban a la gente por lo que escribía. Para mí sería un honor ser fusilado por mis escritos y un placer ver fusilar a Teodoro Petkoff por los suyos. Petkoff es un político de izquierda que se ofreció y sirvió a la derecha como conocedor de todas las respuestas, hasta que apareció Hugo Chávez y le cambió todas las preguntas. Entonces Petkoff, que había agotado su ingenio en la traición, que servía a sus antiguos enemigos, que había salido de la izquierda para llegar a la desgracia, se hinchó de despecho y, perdió todo pudor y comenzó a larga decadencia que hoy lo tiene mintiendo como un bellaco. Como ejemplo: Petkoff está suficientemente instruido para saber exactamente a qué se refería Fidel Castro cuando dijo que él socialismo es “el comunismo como lo interpretaba Marx”, pero falsificó la frase y puso a Fidel a decir: “el socialismo del siglo 21 es el comunismo”, para hacer identificar a nuestro socialismo del siglo 21 lo que fue su estalinismo juvenil.
Pero si su falsificación de palabras ajenas es repugnante, peor son sus propias palabras, como la de “ganapán” que emplea para referirse al pueblo trabajador. Según el Diccionario de la Real Academia ganapán es un “Hombre que se gana la vida llevando recados o transportando bultos de un punto a otro. Hombre rudo y tosco”). Se trata de esas personas rudas y toscas que siguen a Chávez en la imperfecta revolución bolivariana, que ignoran las ventajas del Eurocomunismo, que no fueron agasajados en Paris en los 70, por los representantes comerciales de la Unión Soviética, que desconocen los placeres de la navegación a vela, que no son invitados por la derecha europea para despotricar de Chávez en Bruselas.
PANIAGUADO
Evidentemente Petkoff no es un “ganapán” porque nunca se ha ganado el pan con sus manos, sino un político que “pactó por arriba” para ser pagado por los poderosos y los ricos, en este caso por el gobierno gringo y la oligarquía local. Un paniaguado, que el diccionario define como “Servidor de una casa, que recibe del dueño de ella habitación, alimento y salario. Allegado a una persona y favorecido por ella”. Un criado, un lacayo, un paniaguado, un Petkoff.
Tal ves nunca sepamos dónde Petkoff sacó el dinero para convertir en diario su lánguido semanario “TAL CUAL”, o bajo qué condiciones le dieron un programa de Globovisión, pero después de 30 años viéndolo fracasar enérgicamente, nos hoy nos da la satisfacción de ver la decadencia de un paniaguado cada día más aguado.
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