Perífrasis aparte, creo que no hay que buscar las cinco patas al gato, esos cuatro carajos antes mencionados no parecen ser más que una expresión de los treinta denarios de plata, pagados al Judas Iscariote, por traicionar al Maestro Jesús.
Sí el hábito hace al monje, Urosa, Porras, Santana y Lückert-en las imágenes del Diario VEA de hoy domingo-parecen decir: “¡El Diablo te ama, síguelo!”.
Y, sí el hábito no hace al monje, no os pido un “monje Loko” que le ponga el cascabel al gato, pero, al menos, un Rasputín.
¿Van a permitir los pokos kuras más o menos decentes, que seamos hombres sin religión quienes tengamos que pararle los mochos a tanto jerarka episcopal tan sinvergüenza?
¿Acaso no es mejor que desde adentro se arregle ese peo-valga la hipérbole- interno?
Mientras tanto, buscar la más mínima
justificación a la Konducta de Lückert, Porras,
Urosa, Ubaldo Santana y etc, sería una simple niñada sin llegar a
más, no en la búsqueda estética sino en una búsqueda
ética.