Antes de entrar en el punto de esta nota, deseo comunicar que este proceso tiene situaciones muy hermosas y alentadoras y otras que no son tantas, sobre las cuales debemos realizar la respectiva contraloría social y registrar los hechos. Uno de los acontecimientos extraordinarios de este proceso, es APORREA. A través de este medio, se tienen la oportunidad de escribir y sin por alguna razón emites un juicio crítico, se tiene la seguridad que seguirás publicando y no te pondrán censura. No sucede esto con los medios públicos. Si un camarada emite un juicio crítico sobre algún acontecimiento y este camarada usa con frecuencia la pantalla de los medios públicos, es muy probable que la figura y la voz del camarada se esfume. Si me pregunta por un caso en particular, creo que el caso del querido camarada Müller Rojas es un buen ejemplo. Aparecía con mucha frecuencia en las pantallas y luego, cuando publicó un artículo comunicando sus apreciaciones sobre ciertos acontecimientos; la figura y la voz del camarada Müller se “ausentó” de la pantalla y después lamentablemente nos dejó físicamente. Por esto, pidamos larga, muy larga vida al medio popular APORREA.
Un poco de historia de unos días atrás. Maryclen Stelling escribió un artículo en Últimas Noticias y también en Aporrea[1], en el cual manejó el caso de Pérez Becerra para ver el comportamiento del denominado oficialismo. Es un artículo duro y crítico pero que no deja de visualizar una situación que se corresponde con la realidad. Maryclean termina el artículo, recordando el caso de los tres monitos que frente a una determinada situación, optaron: uno por cerrar los ojos, otro por taparse los oídos y tercero ponerse la mano en la boca. Este viernes escribe nuevamente Maryclean Stelling y por el sentido del texto, se presume que pasado el mal rato, los monitos que están de este lado, decidieron lincharla. La revolución muy en el fondo es un acto que debería ser profundamente crítico con el orden que se desvanece y el orden que se construye. Ser crítico es comulgar con la tesis de la contraloría social y eso pasa por estar vigilante para conocer si el manejo de los recursos financieros se administra con pulcritud y ética, pero también implica, saber valorar y respetar una opinión que se expresa sobre un acontecimiento que produjo reflexiones en las cuales se cuestionaba una decisión, porque se considera no apegada a con una postura revolucionaria.
Si se pretende construir un mundo bajo unos principios y con una intencionalidad, cada decisión y cada ladrillo colocado en esa construcción, debe o puede ser revisada regularmente para determinar si el acto o decisión se corresponde con la apuesta que se está haciendo. Si fue duro el artículo de Maryclen Stelling, más duro (creo yo) fue el de Luís Brito García, publicado también en últimas noticias y Aporrea[2]. Luís Brito en este artículo nos dio una clase magistral sobre el asunto. Claro no habló de monitos.
Lamentablemente tenemos nuestros monitos que suelen angustiarse por las críticas, pero donde si tenemos un zoológico lleno de puro monitos analfabetas funcionales en la oposición. Este viernes, un tal Armando Briquet escribe un muy “simpático” y estúpido artículo, que al leerlo uno entiende que el tipo escribió sin leer el informe y eso no es una simple ignorancia. Es una ignorancia militante y muestra una vez más, la espectacular estupidez y miseria que existe en las cabezas de los escribidores de la oposición. No vieron o no quisieron ver, el crecimiento del PIB por varios años consecutivos en Venezuela y luego, cuando hubo la recesión y el bajón, montaron todos los espectáculos posibles y las páginas de opiniones de los medios se llenaron con artículos resaltando este hecho para argumentar seguidamente que Venezuela estaba acabada y tiraron sus cohetes para celebrar. El dato que utilizaban para sostener este hundimiento, era el comportamiento del PIB.
Este fenómeno de estúpido llamado Briquet, “piensa” y escribe: ¿cómo comemos con el PIB? Ha podido decir, porque hay teoría para desarrollar una idea sobre esto, que el crecimiento económico no necesariamente se traduce en un desarrollo humano, porque este acontecimiento (crecimiento sin desarrollo) lo hemos vivido por años durante la IV. Ha podido “pensar” y plantear situaciones menos estúpidas, pero opta por ser un estúpido y además, cree que el resto de los venezolanos son tan estúpidos como él.
El tal Briquet es tan ingeniosamente estúpido y forma parte del Zoológico de la oposición, que termina preguntándose: ¿Seguiremos endeudando el futuro de nuestros hijos por el afán del gobierno de no reconocer al sector productivo Venezolano? Este ingenioso estúpido escribió sin leer e hizo peor que los tres monitos. No leyó este bobo-estúpido que el sector privado creció 4,6% y el promedio nacional fue de 4,5%. Escribió sin leer el informe y no pudo percatarse que el desocupación disminuyo a 8,1% y la pobreza extrema descendió a 5,9. No pudo entender este monito estúpido, que aunque un crecimiento no siempre puede conducir a un desarrollo humano, genera empleo, incrementa el comercio. Escribió sin leer y por ser uno de los monitos estúpidos y analfabetas de la oposición, no pudo enterarse que lo único que no creció fue el sector de la construcción, precisamente por las estafas inmobiliarias del sector privado.
En verdad, un mono le queda grande a este estúpido de Armando Briquet. En esto, hay que copiar al ilustre guerrillero del Jardín Botánico, Teodoro Petkoff y decir que ese bichito es un monito bien bobolongo.
[1] Véase este artículo que está disponible en: http://www.aporrea.org/ddhh/a123336.html
[2] Véase Artículo disponible en: http://www.aporrea.org/internacionales/a122955.html