José Vicente es un buen muchacho; junto con Héctor Mujica conforma lo mejor del periodismo venezolano de los últimos cien años, al menos para este desafecto escarbador del periódico.
Yo no quisiera dejar de lado a Guillermo García Ponce y a muchos otros grandes y dignos hombres de batalla, venezolanos bolivarianos quienes dejaron el pellejo en el fragor de la lucha, para que hoy, nuestros lindos mocosos, tengan el Sol de frente pero, ahora sólo pretendo reflexionar acerca del momento actual.
Bueno, la vaina es que el tal “Leopoldo Radonsky”-con su cara bien lavá, “Limpiecita como un sol”- estuvo en el programa de José Vicente-hoy-, y ahí dijo una barahúnda de necedades entre las cuales que él predica la paz, el bienestar, la justicia y un camino lleno de pétalos de rosas.
¡Coño, qué bolas tiene ese carajo!-me dije-¡Qué embustero, qué bolas!
Luego de haber transitado las fronteras del odio, estar inhabilitado para seguir robando y haber cohonestado un golpe de Estado contra la patria venezolana, el sujeto tiene el tupé de desafiar el Estado de Derechos.
No abrigo dudas de que José Vicente Rangel tiene buena salud; al menos tiene buen estómago porque, para soportar estar frente a alimañas y, no vomitar, se necesita más que serenidad. Ir contra la ley es tratar de introducir elementos de perturbación inaceptables. No olvidemos que el enemigo tiene abiertos varios frentes de batallas contra el pueblo venezolano.
Y, es admirable que José Vicente haga de tripas corazón, para desafiar el festival de las moscas y mostrar a Venezuela, la catadura de la MUD.
¡Muchas gracias, muchacho, eres tremendo periodista, muy bien!
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