El presidente Hugo Chávez ha llamado mil veces a “romper con la ortodoxia comunicacional”. En ese sentido creo que debemos combinar el “abecé” de los medios con creatividad, frescura, irreverencia, humor de la producción nacional y lo mejor de la creación mundial en el caso de la televisión (películas, series, etc.).
La Revolución, el Gobierno, hacen esfuerzos para mejorar su política y estrategia comunicacional, pero no es menos cierto que la fuerza mediática contrarrevolucionaria es superior.
Además, el capitalismo cuenta con aliados; basta entrar a las instalaciones del metro, viajar por cualquier carretera o autopista o caminar por cualquier calle de Venezuela y será hostigado por miles de vallas y avisos publicitarios que hacen su trabajo ideológico directo al reflejo condicionado.
Recordemos a Fidel Castro “… no es lo mismo una mentira que un reflejo condicionado. La mentira afecta al conocimiento, el reflejo condicionado afecta a la capacidad de pensar, y no es lo mismo estar desinformado que haber perdido la capacidad de pensar”.
Es importante insistir que “en esta lucha asimétrica por la construcción del socialismo, la Revolución debe acompañar la transformación del sistema educativo, sociocultural y económico, con el reimpulso de la estructura comunicacional y entretenimiento; produciendo y desarrollando nuevos y atractivos empaques y contenidos, materializados en: series, telenovelas, radionovelas, documentales, historietas, unitarios, concursos, cine, TV, teatro, etc.”.
“Cada medio una escuela” implica una transformación de formas y contenidos de nuestros medios, dirigirlos a impactar con calidad a todo el pueblo, en el contexto de la lucha ideológica y política anticapitalista.
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