Cuando revisamos en diccionarios y textos especializados nos encontramos que la plutocracia se refiere en síntesis: al Gobierno de los ricos, al. poder en manos de la clase más rica de un país.
En el contexto de las asimetrías mediáticas podemos decir que en el mundo -y por supuesto en Venezuela-, existe una plutocracia mediática. Son las grandes corporaciones industriales y financieras quienes dominan el mundo de las comunicaciones, telecomunicaciones, la información y el entretenimiento; este último incluye todo lo que tiene que ver con los medios –televisión, cine, radio, Internet, etc.- producción de contenidos, también las grandes superficies de encuentro, exhibicionismo y consumo (grandes centros comerciales), etc.
De acuerdo a Karl Von Clausewitz, la guerra es "la continuación de la política por otros medios". Haciendo una analogía en el contexto de la percepción y la conciencia: el entretenimiento y la información son “armas” necesarias, vitales para la continuación de la política y la guerra. Por ello no es casual que las industrias más poderosas del imperialismo sean la industria militar y la de entretenimiento.
Desde esa perspectiva bélica-ideológica, la televisión es el arma más poderosa, la “nave nodriza” con que cuenta la plutocracia mediática venezolana para socavar los esfuerzos que realiza la Revolución para construir una alternativa distinta al capitalismo, luchar contra la “mentalidad” consumista y fundar las bases de la Democracia Socialista.
La televisión: ¿la caja boba?
Nota: artículo publicado en el diario: Correo del Orinoco No 856
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