Regular, controlar o expropiar los monopolios Televisa, TV Azteca

1. ¡Qué maravilloso que los estudiantes de nivel superior en México –con sus marchas y declaraciones- nos recuerden que Televisa y TV Azteca nos idiotizan! Pero han llegado tarde con sus manifestaciones porque ahora, para quitarnos a las televisoras de encima, es urgente obligarlas a cumplir la ley o expropiarlas. Y si ninguna de las dos cosas es posible, porque nuestros gobernantes son sus lacayos, entonces terminarán por imponer al priísta Peña Nieto o a la panista Vázquez Mota en la Presidencia para que el poder monopólico se haga mayor. Muchos estudiantes lo saben, pero no cómo ir al fondo del asunto con una conciencia general dominada por los medios. Los estudiantes han visto el fenómeno, la superficie, pero no se han dado cuenta de la esencia, que esos medios informativos –engañando, deformando, tergiversando- han logrado manipular a casi el 100 por ciento de la población que repite a diario las “enseñanzas” televisivas en el vestido, el habla, los movimientos y hasta en hacer el amor.

2. En México necesitamos un gobierno que entienda las manifestaciones estudiantiles (universitarias, politécnicas, públicas y privadas); indígenas tipo EZLN, campesinas (el campo no aguanta más) obreras (electricistas, mineros, petroleras) populares (Atenco); feministas y libertarias; pero también que las soluciones a sus problemas por ser la población más pobre y abandonada. Pero también ese mismo gobierno debe ser fuerte, firme, justo, para evitar que los grandes empresarios, los monopolios, los que siempre han dominado el país, sigan imponiendo su voluntad. ¿Para qué carajos queremos que regrese al gobierno el PRI (con 70 años de dominación) o siga gobernando el PAN (con 12 años siguiendo el mismo estilo del PRI) si han demostrado que sólo sirven a los grandes millonarios y a los monopolios? ¿Y el PRD no es acaso la misma suciedad o corrupción demostrada por sus gobernadores? Desafortunadamente PRI, PAN, PRD han demostrado que son lo mismo, pero, ¿deberá incluirse a López Obrador?

3. No me desviaría escribiendo acerca de las elecciones o con López Obrador si contáramos con un fuerte movimiento de masas en las calles o un gran levantamiento armado que estuviera luchando contra el sistema capitalista; pero la realidad es que no existe ninguno de los dos. Están los profesores de Oaxaca que tomaron el centro histórico el pasado 21; están los 44 mil electricistas cesados por Calderón; están los profesores de la CNTE, los mineros, los de Mexicana y más de 100 grupitos que luchan y protestan sin tener presencia real, que no logran unir sus fuerzas para dar batallas unitarias. ¿Qué carajos hago? No podría ponerme a llorar ni ha repetir que yo tengo la razón y que prefiero estar sólo sin mancha que mal acompañado. No me queda otra que seguir pensando en lo electoral y encontrar alguna idea que permita “estallar y destruir el mundo capitalista” que estoy seguro no podrá reformarse en beneficio de los sectores explotados.

4. No se hasta dónde pudiera llegar un gobierno lópezobradorista en las terribles condiciones mexicanas de un gran poder económico y político de la burguesía. Sé que algunos gobiernos de centro izquierda como el de Chávez y el de Morales han respetado espacios para que la lucha izquierdista se manifieste, pero también conozco experiencias en que esos gobiernos saben manipular con mayor efectividad a las masas. Pero, por propio decoro, no podemos luchar por gobiernos derechistas o fascistas que repriman con mayor bestialidad al pueblo poniendo la “sociedad ordenada” en primer plano, para que cansado éste responda al fin. Pienso que hay que vivir otras experiencias en México, sobre todo ver si los socialdemócratas de López Obrador pueden ayudar un poco a la población mayoritaria a vivir en menos peores condiciones. Creo que las experiencias serían enriquecedoras y podrían ayudar a dar pasos más avanzados o transitorios para otras batallas.

5. La realidad es que a muchos nos causa una terrible frustración no poder hacer nada para que las cosas cambien. Perece que la dinámica sociopolítica de la sociedad capitalista avanza por donde quieren o no los políticos, los empresarios y los famosos “poderes fácticos”, mientras quienes opinamos lo contrario quedamos con la boca abierta. Esto lo conocen muy bien los sociólogos bien pagados de Televisa: saben que todas estas manifestaciones estudiantiles o ciudadanas pueden ser “llamaradas de petate” –a las que muchos de ellos han estado acostumbrados- que desaparecen en pocas semanas sin causar ningún serio malestar. Deseamos fervientemente que no; que sea el inicio de un levantamiento que sirva para un despertar de la población, que sirva para ayudar a que las cosas cambien en serio; pero dado que no es un asunto de deseos sino de realidades, vemos resultados pesimistas.

6. ¿Por qué no estar contra todos los monopolios y solamente contra los privados? Porque quienes deben “monopolizar” el poder son los sectores mayoritarios, es decir, los productores de la riqueza que son los indígenas, los campesinos, los obreros, los sectores populares, los marginados, que son los que hacen posible la vida de la sociedad. Porque ellos deben ser quienes tengan en sus manos el control de las riquezas básicas que son el petróleo, la electricidad, el transporte, la producción de semillas y la producción del campo y toda la distribución de esos productos. ¿Cuándo se han reconocido los derechos de este sector mayoritario en algún lugar del mundo y de la historia, si siempre han sido los sectores dominados? Por eso en estos días en que los jóvenes profesionistas y universitarios se han manifestado por “la verdad” es muy importante que se den cuenta que la única verdad es la que ha radicado en el silencio, en la marginalidad, de los medios de información.

7. La producción, la distribución, los servicios, el control del petróleo, la electricidad, los transportes, los fertilizantes, incluso la producción de medicamentos, deben estar bajo el “monopolio” del gobierno o del Estado que tienen la obligación de rendir cuentas al pueblo. Si se busca garantizar que al pueblo no le falte en momento alguno estos recursos básicos, no se pueden dejar en manos privadas. Lo que es necesario controlar es que el gobierno o el Estado administren los recursos bajo la supervisión de la población. La propiedad estatal debe vigilarse y supervisarse para evitar cualquier corrupción; nunca venderse a propietarios particulares cuyos intereses jamás han tenido que ver con los intereses de la población. Por ello, en el caso de Televisa y TV Azteca hay que decir: como concesionarios del Estado están obligados a cumplir de acuerdo con la ley o, de lo contrario deben ser expropiados para darle al pueblo programas e información que lo beneficien.

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Pedro Echeverría V.


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