El proceso social o electoral

Entre aquellos políticos de oficio,  que han usado la política para hacer fortuna, y/o para recuperarla o incrementarla; entre aquellos que han vivido o son unos “vividores de la democracia”, hay un profundo  pavor a perder esa gran teta que ha significado  un Estado rico,  generador de pobreza. Este temor es explicable puesto que ellos  se creen propietarios  o príncipes  herederos de los bienes públicos. Han utilizado la democracia y las elecciones  como un medio para legitimar esta propiedad.

Algunos propietarios de la televisión venezolana se han hecho  eco y promueven  de la manera más descarada, con el mayor irrespeto, como siempre lo  han hecho, el temor  y el descrédito hacia el Comandante Hugo Chávez. Ese temor   manifiesto de los enemigos  del pueblo se hace acompañar de una letanía que dice así: Allí viene el coco (Chávez), viene  quien acabará con todo lo que tenemos, con todas nuestras  conquistas. Es decir, las conquistas  que a ellos, los corruptos, le han  permitido obtener  riquezas a expensas del hambre de un pueblo.

Los que han  medrado a costa del Estado Nacional y Regional, sólo les queda el argumento de decir viene  quien acabaría con “nuestra democracia”; como si la  democracia  fuese de ellos. Porque ha permitido que los mismos que ejercen el poder en Caracas o en el país, también lo ejerzan en cualquier  institución determinada.

Este temor  que intentan sembrar por todos los  medios en el pueblo; no ha tenido  eco, por más que la televisión se empeñe, como nunca,   en enfrentar la voluntad popular y al sentimiento nacional no ha tenido éxito: la televisión por primera vez ha recibido una   rotunda derrota en su intento  de asumirse como “Dictadora de  Masas”.

El primer  argumento que ha esgrimido la dirigencia tradicional de la política, en las campañas  electorales, para enfrentar  al sentimiento popular y a Hugo Chávez, es que ellos este había dividido al país y a la sociedad.  Al igual que  los medios televisivos  dicen que ellos no generan  las realidades, los problemas, sino  lo que hacen es divulgarlos, Chávez demostró que tampoco él generó  la división, sino que sólo se  hizo eco  del clamor  de una elevada  estratificación social existente  en el país. Los políticos de oficio no se han  dado cuenta, y su incapacidad no les ha permitido apreciar la  diferencia  entre lo  que es un fenómeno electoral  y un proceso social, por lo tanto no han entendido el rescate  de la voluntad popular por el Liderazgo de    Hugo Chávez.

¿Por qué es un proceso social y no  un fenómeno electoral? Simple y llanamente  porque lo que se ha dado es un voto estratificado, que no ha sido posible mover a pesar de los diferentes  mensajes de carácter electoral. Se creyó que el voto era un producto  de los medios de comunicación y no se pensó que esta vez estaba concientizado en función de estratos  y grupos sociales. Esto no quiere decir  que los grupos sociales sean  irreconciliables, ello lo que significa es  que cada  ubicación, cada  estatus,  cada vivencia, cada manera de existir es condicionante del voto que se ha de emitir.

Por lo tanto,  la premisa que se establece  de esta experiencia, es que  en las campañas  electorales de este tipo,  no se puede  alcanzar una integración   consensual entre lo electoral y un proceso social que se dan paralelamente, sino  se brinda un tratamiento directo a la estratificación social. El Comandante Hugo, así lo ha hecho.

Algunos grandes  empresarios sí entendieron  el paralelismo entre el fenómeno electoral y el proceso social, es por ello que fueron discretos y guardaron sus expectativas en la última etapa de la campaña electoral, estos empresarios  han  tomado conciencia que el Estado necesita  de ellos para producir,  que sus empresas  y sus propiedades también están al servicio de intereses de la sociedad, y que no pueden ser jamás contrarios al servicio de  intereses de la sociedad, y que no pueden ser jamás  contrarios al servicio de la nación.

La vieja política debe  tener en cuenta que  el Comandante  Hugo Chávez representa no la única sino una de las últimas oportunidades  de reducir el espacio entre  gobernantes y gobernados, entre élite y pueblo. Con esto se quiere decir  que Chávez representa uno de los líderes  que puede canalizar  la violencia de un pueblo que está verdaderamente pasando por lo que se llama “Violencia  de  Resentimiento Cotidiano”, una violencia difusa, una violencia  que cada uno de nosotros  tratamos de canalizar  de distintas  maneras.

La dirigencia tradicional de la Sociedad Venezolana, antes de  continuar un ataque irracional, debe  más bien, observar el comportamiento de un movimiento social que ha logrado  anclar  en uno de los brazos  de su conductor, a un   pueblo que estoy seguro lo mantendrá en movimiento, y en el otro brazo, a unas Fuerzas Armadas “ciudadanizadas”. Y, además, también deben observar que estos dos  apoyos se revisten, nada más y nada menos, de dos de los pocos valores que aún reinan en la Sociedad Venezolana: Dios y la Patria de Bolívar.

bello.freddy@gmail.com

(Frebin Carabobo)



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Freddy Bello


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