Hay un refrán popular lapidario para aquellos que se niegan a ver la realidad: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Esa sentencia popular puede aplicarse a quienes aún les siguen quitando importancia a los medios de comunicación y en especial a la televisión, en su doble rol: la de constructores del pensamiento único –capitalista- en la cabeza de los pueblos y la de inocular con creatividad, los valores que les son inherentes: individualismo, competencia, egoísmo, veneración y ambición por el dinero, consumismo, etc.
Creo que con hacernos unas preguntas sencillas podemos obtener algunas certidumbres: ¿Cuándo las grandes corporaciones financieras, industriales y militares invierten y se hacen dueñas de los medios de comunicación no lo hacen para protegerse; consolidar el proceso de globalización y el neoliberalismo?
¿Los contenidos de entretenimientos, informativos y “educativos” de la televisión mundial, no están orientados a imponernos el capitalismo como único sistema social?
¿La televisión de los Estados Unidos y los grandes productores de contenidos audiovisuales conjugada con las innovaciones y nuevas tecnologías: Internet, teléfono móvil, satélites, etc. no superan los recursos del Gobierno socialista de Venezuela y todos los países del ALBA?
Definitivamente, el capitalismo tiene un proyecto de dominación a escala planetaria en el que la televisión juega un papel determinante; en él se nos imponen: relaciones sociales, modelos de consumo, valores, etc.
Lo que sorprende es que hay quienes mantienen que nuestros medios públicos son más que suficientes para la transformación cultural y socialista.
Nota: Artículo publicado en el diario Correo del Orinoco No 1190 del viernes 28/12/2012 con el título: Televisión planeteria
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