Decidí titular así mi artículo de hoy, observando algunos tuits de una persona que quiero mucho, y es depositaria de mis más grandes amores, de mis más grandes afectos, y producto de conversaciones que sosteníamos hace un poco más de 48 horas, que me quiero permitir compartir con muchos y muchas de ustedes.
Cuando decidí incursionar en el mundo de las redes sociales, lo hice porque en lo personal veía que la Guerra de Cuarta Generación también se estaba dando en este campo, y que desde ahí también teníamos que librar la batalla ideológica, la batalla política, y uno de los primeros gérmenes de democracia participativa y protagónica, además de poder sincronizar las informaciones que he conseguido y subido en mis blogs, para poder compartirla con aquellos que pudieran tener intereses como los míos.
No ha sido mi intención utilizar las redes sociales para cosas banales o asuntos personales, aunque entiendo que no es la idea tampoco mostrarnos en las redes deshumanizados o como que fuéramos unos robots, pero creo que las banalidades y los asuntos personales, primero se lo dejamos a los escuálidos que usan estas herramientas, y segundo, que creo que esas cosas tienen sus momentos y tienen sus espacios.
Y ni hablar cuando nuestro Comandante Supremo y Presidente Inmortal incursiono en el twitter. Cuando eso ocurrió, confirme que había sido un gran acierto abrir mis cuentas de twitter y facebook. Meses después, se dió el primer encuentro de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas, me estoy refiriendo a noviembre del año 2010, en donde conocí a compañeros y compañeras con intereses iguales a los míos, y hasta con formación ideológica más o menos similar a la mía, de la misma manera, en esa reunión, afloraron contradicciones y diferencias, como ha ocurrido con buena parte de los colectivos formados al calor de nuestro proceso revolucionario, y que por razones de espacio, no viene al caso detallar.
A propósito de los innumerables cambios que se han venido operando en el mundo, en donde se han venido dando innumerables e incontables manifestaciones y gobiernos en algunos casos, y defensa de un proceso político como el que hemos estado viviendo en Venezuela, las redes sociales han sido herramientas sumamente importantes para estos procesos, aunque la mayoría parece compartir la postura que han tenido importancia, pero no como generadores, sino que, más bien, como difusores de los eventos.
Como es sabido, twitter genera una cantidad de información, pero uno de sus riesgos más grandes es que éstas informaciones pueden a su vez derivar en desinformación. Han habido casos en los cuales periodistas o personas que usan el twitter daban por oficial un comentario de un tuitero o una tuitera, provocando una confusión y, finalmente, contenidos imprecisos.
En conclusión, las redes sociales son un gran aporte y la consolidación de movimientos de reivindicación, especialmente en aquellos países donde existe plena libertad para usar el internet. Sin embargo, los cambios potentes se gestan mucho antes de que empiecen campañas vía twitter, facebook, flickr, whatsapp. Y lo más importante, las modificaciones y grandes revoluciones se lleva a cabo en el terreno.
Pero, volviendo al tema que nos ocupa, confieso, y disculpen la alusión en primera persona, pero en estos últimos tiempos, uno de los grandes problemas de la política es que ésta se ha convertido en un asunto más de percepciones, que de realidades y razonamientos. De esa efervescencia y la fiebre con la que incursioné en las redes, he entrado en una especie de estado catatónico de las mismas, y esto porque me ha dado verdadera tristeza ver como muchos tuiteros identificados con la Revolución, afortunadamente no son todos, y siempre habrá honrosas excepciones, han convertido las redes sociales en una especie de revista ola para la intriga, para el chisme, para malponer a otros camaradas y para la banalidad en general.
"Que si el Profesor Arenas es una novela, que si Forocandanga tal, que si anat5 cual". Las contradicciones entre colectivos tuiteros, producto de que somos diversos y tenemos formas particulares de ver el mundo y la revolución, siempre estarán ahí, la cuestión es tener altura para dirimirlas, además de crear los espacios para ventilar esas diferencias, además de que, producto de las coincidencias, que también las tenemos, podamos generar acciones conjuntas para defender y fortalecer la revolución, si así las circunstancias lo requieren.
Lo cierto del caso es que, mientras muchos camaradas y compatriotas andan tratando de malponer a otros a través de las redes, y andan muchos de ellos con sus chismes tuiteros, en Colombia, por ejemplo, además de recibir candidatos biperdedores como Capriles, de manifestar sus deseos de ingresar a la OTAN, facilitar las bases estadounidenses que se encuentran en su territorio para apostar aviones de guerra que pudieran ser utilizados para agredir la Patria de Simón Bolívar, se han capturado en los últimos días contingentes paramilitares colombianos en el país, y se ha descubierto que la derecha venezolana ha estado en conversaciones y negociaciones para adquirir armas para armar a un "ejército", y aplicarnos el mismo formato que lamentablemente se está aplicando en Siria. Creo que tenemos cosas mucho más importantes de que ocuparnos. ¿No creen?
Es por eso que no he estado tuiteando con la misma frecuencia con que lo hacía antes. Creo que llegó la hora, más que del decir, del hacer, y a los tuiteros socialistas que están dedicados al chisme y a la banalidad, les digo que se los ahorren conmigo, porque no tengo tiempo para ello. Algunos que si nos duele la patria y que nos hemos declarado defensores del legado de ese gigante que es Hugo Chávez, no estamos en condiciones para estar perdiendo tiempo ni de gastar pólvora en zamuro.
Disculpen si con esto parezco duro, pero cuando la Patria está en peligro, se permite todo, menos no defenderla, y cuando el Clarín de la Patria llama, hasta el llanto de la madre calla.