Muy revelador el análisis mediático del reciente apagón en razón de su magnitud, la simbólica fecha de ocurrencia y su proximidad a las elecciones municipales.
En tanto antecedentes internacionales inmediatos de la confabulación mediática en torno a Venezuela, aparece “El ocaso de la influencia chavista” de A. Oppenheimer (elnuevoherald.com/2013/11/30)
Preparado el terreno ocurre el apagón. Se activan las redes sociales y se contraponen dos “verdades”. Desde el sector oficial se denuncia un “extraño” apagón en el mismo lugar del “ultimo sabotaje” eléctrico, en tanto la oposición plantea una situación normal producto de la destrucción del sector. Mientras se señala acusadoramente a una “burguesía a la ofensiva contra la especulación”, para el otro es una muestra más de incapacidad. Desde el plano electoral, ambos sectores coinciden en que el voto es la sanción inmediata. La oportunidad de “cobrárselas” por su ineptitud y el momento de castigar a “las fuerzas oscuras que celebran el sabotaje eléctrico”.
Velozmente y amparados en la oscuridad se monta la “fiesta tuitera de la derecha” por el apagón para celebrar “el paro sabotaje petrolero” ocurrido hace 11 años. Al festejo se responde con “rodilla en tierra por la patria” y, desde el alto gobierno, se lanzan “alertas PSUV, UBCH, Patriotas” y “comunas activas”. Maduro pone en "emergencia" a la Fanb y a Pdvsa. Mientras unos se solazan en un aquelarre sombrío, otros se activan más allá de la inmediatez en torno a la victoria de la patria y al plan 2013-2019, convertido en Ley de la República.
Al día siguiente, El Nuevo Herald y páginas WEB venezolanas, en perfecta sintonía, reseñan resultados de la edición 2013 del Índice de Percepción de la Corrupción de TI, coincidiendo en titulares tales como “Venezuela es país más corrupto de Latinoamérica”.
Sin duda un apagón esclarecedor en el que “el olvido recordó” la confabulación mediática que se cierra en torno al país.