Hace tres años la mayoría de quienes conformamos el universo de los medios alternativos y comunitarios, debatimos sobre la ley que debía regir el accionar y comportamiento de los medios alternativos y comunitarios, poderosos músculo de la Revolución, se produjeron algunos debates a partir de un papel de trabajo que presentaron los compañeros de Radio Petare. Documento muy primario, muy elemental que en las primeras discusiones que se dieron en el Salón Simón Bolívar de la UBV, fue enriquecido y mejorado y comenzó a ser un punto de partida para hacer un proyecto de ley con mucha más consistencia, a tal punto que cuando se abrió el debate nacional sirvió de guía para las discusiones.

En esos debates el Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC hizo importantes aportes que en el primer documento fueron recogidos tales como una red de imprentas para los medios impresos, un fondo de apoyo a los medios alternativos y comunitarios, la creación del Instituto Nacional de la Comunicación Alternativa y Popular, que se viera la nueva ley con el criterio amplio que establece para el derecho a la comunicación y la información que establece la Constitución Bolivariana y no forzarla o entubarla a las leyes del poder popular.

Cuando el proyecto de ley, ampliamente debatido, llegó a la Asamblea Nacional se encarató la cosa y mucho de lo avanzado comenzó a retroceder, los técnicos, especialistas, con el apoyo de algunos sectores, sobre todo de los medios radiales y algunas tv comunitarias presentes en aquel petit comité comenzaron a cuestionar el concepto de Medios Alternativos y se empeñaron, con un criterio burdamente populista, que debía ser exclusivamente comunicación popular y no comunicación alternativa y popular. Total que en el proyecto que emergió o salió de aquellos cerrados debates el concepto estratégico y de nuevo paradigma de comunicación alternativa, desapareció. A eso se agrega que después de la aprobación del proyecto en primera discusión en la plenaria de la Asamblea Nacional, éste fue engavetado y comenzó a circular un bodrio salido de la propia AN, probablemente elaborado por quienes nada tienen que ver con la comunicación alternativa que era totalmente otra cosa que nada tiene que ver con el proyecto original aprobado y que debió y debe discutirse públicamente por el pueblo y, sobre todo, por los sectores interesados.

Pero si bien por diferentes causas, justificadas o no, se engavetó la segunda discusión de la ley de medios alternativos y comunitarios y de la comunicación alternativa y popular hasta el sol de hoy, el sector de los medios alternativos y comunitarios continuó con una dinámica que comenzó a caracterizarse por lo que pudiera parecer una desviación oportunista que tiende a afectar a otros integrantes de los medios. En efecto, a nivel del gobierno se comenzó a privilegiar el sector de las radios comunitarias en desmedro de las otras expresiones, impresos y páginas web, en el seno de algunas radios ha surgido una especie de cartelización que pretende ser la vanguardia del movimiento de medios alternativos y comunitarios, pretendiendo que los otros componentes del sector, sobre todo con los impresos los más golpeados y debilitados todos estos años sean una especie de eunucos suyos, subordinados para guardar las apariencias de amplitud y unidad, Así las cosas, los que no participaron mayormente en las discusiones que se hicieron en el 2011 del proyecto de ley, ahora pretenden, con su actitud mesiánica, erigirse en los ductores de una discusión que no sólo ya se dio sino que establecía un perfecto equilibrio entre todos los componentes del movimiento social de medios alternativos y comunitarios.

Hoy alguna vanguardia de las radios comunitarias pretende crear entre los sectores más honestos y principistas de los medios alternativos y comunitarios, en todas sus vertientes, la matriz de opinión que estigmatiza a los medios impresos, en su borrador de lo que llaman nueva ley de medios de comunicación popular la preeminencia de los medios radiales es ostensible en desmedro de los demás sectores a los que se les da el papel de parientes pobres. Por supuesto que esta tendencia pretende erigirse en la fuerza hegemónica del movimiento de medios de lo que llaman de comunicación popular con todas las implicaciones que tiene esa absurda posición por parte de algunos grupos que en el pasado no ocultaron sus ambiciones y produjeron divisiones y fracturas en el seno de esas agrupaciones en el pasado que dejaron una estela de resentimientos. Hoy parece que se reagrupan con nuevos integrantes donde hay que señalar actitudes agresivas y amenazadoras en algunos y algunas personas de medios radiales hacia compañeros de los medios impresos.

El camarada José López lo señala en un acertado trabajo de opinión al referirse al encuentro de los MAC en San Antonio de Los Altos en diciembre pasado: El debate fue intenso, considero, y necesario por cuanto hace ya mucho tiempo que el Movimiento Social de los Medios Alternativos y Comunitarios no se reunía. Desde aquellas memorables jornadas de discusión del Proyecto de la Ley de la Comunicación Popular, que luego de ser aprobada en primera discusión en diciembre del año 2011 en la Asamblea Nacional duerme el sueño de los justos, se produjo un gran desbande de los MAC y en el marco de este nació un, por muchos cuestionable, Consejo Nacional de la Comunicación y sus derivados estadales (más cuestionados aún) que han venido tratando de invalidar y descalificar esa gran movilización nacional que significó la discusión del proyecto de ley y suplantarla por otra ley plagada de imprecisiones fascistas. En el Semanario Por Ahora consideramos impostergable el retomar la discusión y revisión del Proyecto de Ley de Comunicación Popular aprobado en 1ra discusión por la AN para adaptarlo a los requerimientos del Plan de la Patria. (José López, Encuentro de Comunicadores en San Antonio, Aporrea, 14/01/14.)