Para buena parte de la opinión pública mundial, nuestro país presenta en los actuales momentos un cuadro socio-político caracterizado prácticamente por hechos propios de una crisis a punto de guerra civil o algo parecido. Tal es la desinformación trasmitida por los diversos medios de comunicación que, según ellos, estaríamos en presencia de un gobierno represor de los derechos humanos en su infinidad de connotaciones.
Desdibujar y manipular la realidad son apreciaciones que se quedan cortas ante una malintencionada campaña mediática, ante lo cual nuestro gobierno está obligado a implementar una agresiva, sistemática y bien llevada campaña por la verdad. Se juega de manera vil con hechos que si ciertamente no ocurren en nuestro país o hechos que al ser enviados a cualquier parte del mundo van acompañados de una buena carga de tergiversación. Mentiras a granel. Grosero trato a una realidad y a un país que no lo merece.
Aunque resulte cuesta arriba y más difícil que matar un burro a pellizcos, quienes en nuestro país y en el exterior, encabezados por los tumbagogierno de los Estados Unidos, se empeñan en acabar con la Revolución Bolivariana, deberían en algún momento pensar en los millones de compatriotas que en los gobiernos de la cuarta república vivieron todos sus días al borde de la muerte, ante la ausencia de planes y programas sociales para socorrerles y planearle una nueva vida, tal como viene ocurriendo en Venezuela desde que Chávez asumió el gobierno.
De ese sector desestabilizador, demostradamente minoritario, que en las últimas semanas le ha dado por autocatisgarse, tragarse su humo, impedir el libre tránsito de sus vecinos, propiciar muertes y de quienes hay dudas sobre el financiamiento de sus guarimbas es poco, poquísimo, lo que debemos esperar. Están definitivamente atados al entreguismo terrorista y a claras prácticas propias del fascismo.
Estos actores en componenda con los medios de comunicación y sus financistas poco les importa Mercal, Misión Vivienda, los CDI, programas educativos, deportivos, culturales, productivos, etc. Sus intereses están muy claros. Es el petróleo lo que los tiene en esta enloquecida campaña de muerte y terror, y para ello se valen de grupos y movimientos locales que vendieron su alma al diablo.
De manera que la muerte, quiebra económica, destrucción de inmuebles, calles incendiadas y vecinos presos por sus acciones constituyen la agenda que debe ser derrotada con la organización y respuesta popular. Este intento del 2014 que forma de su golpe continuado será derrotado por la alianza cívico-militar sembrada en la conciencia y en el corazón de nuestros compatriotas por el Comandante Chávez. ¡No volverán!
