Las medidas que están tomando el gobierno para acelerar la producción agrícola e instrumentar el poder comunal merecen la adopción de campañas educativas extraordinarias de difusión entre una gran mayoría de la población, prisionera de una cotidianeidad urbana cada vez más estresante.
Poco sabemos los citadinos de la práctica de las comunas que operan más allá de las grandes ciudades, libres de las restricciones culturales y territoriales que afectan y retrasan el funcionamiento de las organizaciones comunitarias urbanas. Menos aún sabemos de la vida en el campo y de los quehaceres diarios de los campesinos proveedores de una parte importante de nuestra dieta.
El interés despertado por la activación del Consejo Presidencial de las Comunas y por los anuncios hechos esta semana por el Presidente Maduro y el Vicepresidente Jaua sobre el gobierno y el sistema financiero comunal y por el Ministro Berroterán sobre el registro de los productores agrícolas y las medidas que se está adoptando para tomar el control de la producción y distribución de alimentos, evidencia claramente la necesidad de contar con información cualitativa y cuantitativa suficiente y actualizada sobre temas tan trascendentales para la defensa y el avance del proceso bolivariano.
En este sentido valdría la pena conformar grupos multifacéticos dedicados a ubicar y a orientar la producción de material a ser debatido en los medios, en los centro centros educativos y en los espacios comunitarios y públicos a lo largo y ancho de todo el país, con el fin de facilitar la comprensión básica de estos temas indispensable para manejar la data y poder hacer propuestas creativas sobre programas y proyectos específicos. Así, se pueden realizar entrevistas y vídeos que expliquen las vicisitudes atravesadas por algunas comunidades para llegar a conformar los consejos comunales y las comunas, y se pueden producir cortos animados que ilustren la compleja ruta seguida por alimentos cárnicos, vegetales y marinos desde su origen hasta el consumidor urbano, etc.
Además, la comprensión y pronta provisión de información evitaría que la burguesía convierta a la población urbana agobiada por la guerra económica en repetidora de las falsedades que difunden los medios comerciales.
