La historia a través del materialismo histórico develó científicamente quiénes son los enemigos del pueblo y, en especial, de una revolución como la que hoy vivimos en Venezuela: sin lugar a dudas la oligarquía, la burguesía, el opresor, el explotador, representados por el fascismo y los apátridas; sin dejar a un lado al no menos enemigo criminal y asesino de tantos hombres y mujeres, el imperialismo.
El enemigo de este proceso socialista está bien visibilizado, está a la vista, es objetivo y es real, y como si fuera poco no cesa en sus agresiones permanentes. Sin embargo, la actuación del imperio y sus a cólicos está enmarcada en una guerra no convencional, es asimétrica. Vamos con los detalles.
Hay costosísimas inversiones financiadas por el imperio en la implantación de una Guerra de Cuarta Generación. En su definición técnica "Guerra Psicológica" o "Guerra sin Fusiles", esto es, es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientada a direccionar la conducta del pueblo, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas de guerra. En el caso que nos toca el control es el político.
En este tipo de confrontación la guerra psicológica persigue transformar a los individuos (llamados individuos-masa) en "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo trasnacional y la potencia imperialista.
Esta cooperación la logran mediante la utilización de los medios masivos de comunicación social privados como la televisión, la radio y los periódicos impresos, es decir, son medios ahora convertidos en los modernos ejércitos de conquista.
Los medios de comunicación social privados siguiendo instrucciones de los operadores de guerra psicológica desde el imperio; diseñan una programación fundamentada en consignas e imágenes direccionadas a conseguir un objetivo de control y manipulación de la conducta social masiva.
En Venezuela, a esta conducta social masiva la llamamos disociación psicótica, por cuanto la misma desconecta al individuo de la realidad y lo convierten en repetidores iracundos de todos lo que se transmite por Globovisión, Venevisión, Televen, CNN, entre otros medios televisivos privados, incluyendo, desde luego, los medios impresos y las redes sociales.
En las guerras de cuarta generación los ejércitos militares son sustituidos por grupos operativos descentralizados especializados en insurgencia y contrainsurgencia, y por expertos en comunicación estratégica y psicología de masas. En este tipo de guerra las grandes batallas son sustituidas por pequeños conflictos localizados, con violencia social extrema, y sin orden aparente de continuidad.
En las batallas, de la guerra de cuarta generación, las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos sociales.
Las tácticas y estrategias de control social se realizan mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar la conducta social masiva. En Venezuela seguimos viviendo intensamente una guerra de cuarta generación, que inclusive lleva a muchos venezolanos (individuos-masas) a defender abiertamente los intereses de las transnacionales, al igual que a la infame derecha fascista.
Pero el desarrollo de esta guerra de cuarta generación no solo es aplicado contra Venezuela. El capital internacional imperialista le declaró una guerra de cuarta generación al mundo entero; su objetivo es el control y dominación mundial. Alerta con los medio de comunicación de masa del mundo que quieren crear individuos-masa sin capacidad de reflexión. Sólo podremos salir airosos con la unidad y la conciencia de de los Pueblos del mundo.
Por ello la urgencia de derrotar la manipulación y el consumismo dejando de prestar nuestra atención a los medios de comunicación privados, que nos pretenden convertir en cooperadores de la burguesía, de los vende patria, lo oligarcas, pitiyanquis, en infelices individuos-masas que no reflexionan ni piensan sino que por el contrario consumen cuanta información malicioso se le presente por más inverosímil que sea. Buscan idiotizar a los pueblos.
Estas precedentes consideraciones, sí la introducimos en nuestra realidad política, el caso, por ejemplo, de los políticos delincuentes juzgados por traición a la patria, crimines y otros hechos violentos, se podrá observar que lo que se quiere es hacernos creer que los 43 homicidios perpetrado por la derecha fascista deben aceptarse como una suerte de saludo a la bandera, donde los responsables están exentos de culpabilidad.
Asimismo, la manera en que los medios de comunicación social privados buscan descalificar el gobierno que preside Nicolás Maduro, es decir, todo esa agresividad de los medios de comunicación social privados tiene como escenario un pueblo violentado sicológicamente por la guerra de cuarta generación. Este maltrato, desde luego, va a continuar, vendrá más señalamientos, amenazas e injerencias imperiales.
Luego, sin lugar a dudas, los medios dominantes de la misma manera han emprendido una batalla contra Diosdado Cabello, precisamente, para justificar situaciones contrarias a los intereses más supremos del pueblo de Venezuela. Esto está tan claro como el radiante sol astro.
Los titulares y las imágenes son los misiles de última generación que las grandes cadenas mediáticas disparan con demoledora precisión sobre el cerebro de las venezolanas y los venezolanos con su agregado en el ámbito internacional.
Operativamente, la Guerra Psicológica se desarrolla en tres niveles tácticos-interactivos:
A) Un Plan de Conflicto = Detonante Primario
B) Un Plan de Operación Psicológica = Manipulación y Objetivo
C) Un Plan de Acción Política = Aprovechamiento y Beneficiario.
Pues bien, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, sobre estas agresiones sicológicas advirtió: "El primer enemigo a derrotar por la fuerza de la revolución es la guerra sucia, son las maquinaciones, la guerra mediática, las traiciones a las que nos tiene acostumbrados la forma de hacer política de la derecha venezolana".