El totalitarismo mediático es cada vez más delirante.
El separatismo catalán, que tiene siglos, es causado por hackers venezolanos, dice Rajoy. O sea, un país en emergencia humanitaria y en default tiene tecnología para causar una crisis política mayor. Tal guionista se botó, supongo que le otorgaron un bono especial.
El periodista español Eduardo Inda exhibió órdenes de pago para Podemos firmadas por Hugo Chávez en 2014, con el detalle de que el Comandante falleció en 2013.
Una de las invenciones más más más fue la computadora portentosa de Raúl Reyes, que sabía todo todo todo. Era una enciclopedia infinita que ríete de las alucinaciones de Jorge Luis Borges. Contenía 300 000 fotos. ¿De qué? Porque a un guerrillero no le conviene fotografiarse. Tengo muchas fotos en mi disco duro, acumuladas durante años, pero no pasan de 18 000. Insisto: ¿de qué eran esas 300 000 fotos? ¿De maticas?
Recientemente declamaron que Julian Assange envió 40 000 tuits para instigar el separatismo catalán. Hay que tener tesón para escribir tanto. Revisa @julianassange en Twitter y hallarás que solo ha enviado 4 156 gorjeos al momento de escribir esto. La fidelidad canina que salmodia esos 40 000 gorjeos no garantiza estabilidad porque acaban de botar a Patricia Janiot, tan ferviente que fue con CNN. Ahora delinque en Univisión.
La dirigencia opositora venezolana no pestañea cuando declara que obtendrá el 90% de los votos. Cuando pierde cubre una deformidad con otra peor. Cantan fffRRRaude sin pruebas. O dan evidencias como que miraban feo a la oposición en las mesas.
Dólar Today no tiene techo. No guarda las formas, duplica y triplica sin consultar ni los manuales de economía más chapuceros.
¿Qué hace el público? Cada día les cree menos. No sé qué mente irracional dijo que somos animales racionales, pero algo de lógica conservamos a veces y estas chirigotas son tan voluminosas que no hace falta ser zahorí para percibirlas. Pero cuentan con una población en pánico. Cada atentado terrorista vociferado empuja a más gente al pavor embrutecedor.
El borrachín Bush era un bombero pirómano, pero lo de Trump no solo es peor sino ridículo. Imagina que te quedas quedas con Trump en un ascensor trancado. O con M punto Rajoy. Bueno, así estamos.