El pasado 11 fue un buen día para informar al pueblo anzoátiguense. Ricardo Dorado y Tarek W. Saab, inauguraron una nueva Inspectoría del Trabajo en Barcelona. Bautizada en honor al mártir revolucionario Alberto Lovera, está estratégicamente ubicada en la Av. Íntercomunal y cuenta con 1500 m2 distribuidos en dos plantas, dotadas con dieciséis espaciosas salas de atención al público. La propuesta espacial no podía ser más digna y acorde con las necesidades de trabajadores y empresarios.
Buena noticia para el Estado Anzoátegui, esta decimoquinta Inspectoría construida en el país por el Ministerio del Trabajo, durante la gestión del Presidente comandante.
Sin embargo, para los medios privados no fue así. Hemos perdido la cuenta de las numerosas omisiones solapadas a nuestro derecho de recibir información veraz y oportuna.
La prensa coincidió en difundir una matriz editorial enfocada en declaraciones del ministro sobre una nueva solvencia laboral única, y entendemos el júbilo empresarial, pero no se justifica de manera alguna que se haya omitido el aspecto de la noticia que atañe al colectivo: la apertura de una nueva Inspectoría del Trabajo en Barcelona.
El Tiempo abrió en primera página con el titular del anuncio ministerial, pero sin comunicar al usuario que la noticia emana de una rueda de prensa dada en el Salón “Heroes de Cantaura” de la sede novel, con motivo, nada menos, que de la ceremonia inaugural. Vamos a página 7 y encontramos igual desinformación en Antetítulo y Título, hasta que la periodista Nadiuska Cabeza nos dice de forma ambigua en el reportaje, que la cosa fue en “la inauguración de la nueva sede del despacho en Barcelona” y punto. El resto del texto es, solvencia única, Fedecámaras y peticiones de trabajadores presentes en el acto, pero del hecho central, la edificación, características e implicaciones, ni papa.
Medio, Editor y Periodista coinciden en omitir parte estructural de la noticia, por enésima vez comparten el rol de operadores políticos amparados en un supuesto periodismo informativo. A unos les mueve el interés, a otros la necesidad de trabajar, pero mientras insistan en contaminar la comunicación, no terminarán de entender que la práctica corroe su propia credibilidad.
“Medio informar” es desinformar. Una conducta que deforma la función social de medios y comunicadores, en perjuicio de todos.
Muy respetuosamente, me atrevería a sugerirle a la prensa en general, dos cosas. La primera, retomar el periodismo investigativo, descuidado desde hace bastante tiempo. La segunda, liberarse de la visión editorial sesgada y moverse un poco al centro de los acontecimientos, al retrato de las dos partes, que es su verdadera función. Es hora de reconocer el daño causado a nuestros profesionales de la comunicación con la polarización y el sesgo, tanto del lado de la oposición como del gobierno.
Es hora de liberarlos para que hagan periodismo.
cordovatofano@hotmail.com