No nací en un estudio de TV, pero me crié en RCTV en la época donde artistas y técnicos eran venezolanos y su programación más que nacionalista, era artística y forjadora de valores humanos; pero la televisión de “Billy” se fue tasajeando como desollar una presa.
Con tan solo 8 años tuve mi primer papel en los programas de Juan Vicente Torrealba con el inolvidable Oscar Martínez, donde participaban las mejores voces nacionales; para ese momento José Bardina era secretario de papá.
Así crecí entre los estudios de televisión y teatros; entre libros y música; entre la ciudad y el campo; entre los actores como don Tomás Henríquez y su personaje épico de ‘Negro Primero’, hasta viendo como el galán Raúl Amundaray llegaba a ser un primer actor con su extraordinario papel de Delgado Chalbaud.
En esos pasillos surgió la amistad con José Ignacio Cabrujas, más que un dramaturgo fue un venezolano que hizo la verdadera televisión.
RCTV fue una fabrica de talentos hasta que un día su directiva sin decir nada, trajo una invasión de sureños que se adueñaron de esa planta, donde muchos venezolanos daban y dieron su vida, pero eso no fue suficiente para la directiva y el talento venezolano de un día para el otro, se vieron mandados por personas que su único mérito era ser extranjeros, mediocres y del ‘power gay’.
Ese fue el verdadero final de la ¡Señora de Cárdenas! y de los grandes musicales que silenciaron a jóvenes talentos, a los que se les cercenó el espíritu, tan sólo por haber nacido en un país donde un medio de comunicación traicionó a su propio creador, el señor Phelps, y uno de los herederos por retruque hasta soñó con ser presidente de este país, pero con el mismo esfuerzo como se hizo dueño.
Marcel Granier nos habla de “familia”, un hombre que jamás lo vi saludar a nadie cuando caminaba por los pasillos, ya que su complejo era superior a su soberbia, mientas que Billy, el verdadero dueño, nos enseñaba un mundo con sus aves y Kathy con su ejemplo de conservar la naturaleza.
Si Chávez me preguntara, yo no le quitara la concesión, yo nacionalizaría a RCTV y fundara con los artistas y técnicos cooperativas congestionarías, y veríamos otra vez una programación para el esparcimiento, inspirada en el espíritu de un venezolano nacido en Norte América como el viejo W.H.Phelps y su hijo Billy.
No quería opinar pero cada vez que dicen familia me produce náuseas.
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