Todo medio de comunicación impone una enciclopedia, es decir, una visión del mundo. Ella está enmarcada por la cultura, de donde entresaca lo que le conviene, respondiendo a intereses políticos, económicos, sociales, culturales.
Así funcionan también los géneros. Es improbable que en un joropo se hable de hepatitis o de uranio. En cambio, son frecuentes amanecer, mastranto, morichal y otros conjuntos vegetales terminados en -al: alcornocal, carutal, corozal, etc. Análogos repertorios de conceptos tiene esta enciclopedia corrupta, que promueve unos valores y niega otros. Difícilmente verás cualquier valor estético en ese reino totalitario de la chabacanería.
Su barbarie impone mediante violencia simbólica la idea de un mundo brutal, azaroso, sin solidaridad, en el que se exalta como valor supremo explotar al prójimo, sin importar consecuencias, lo que implica glorificar el odio. No tienen ninguna significación manifestaciones de amor como el Cardiológico Infantil Latinoamericano, que no solo se silencia porque políticamente no les conviene reconocer nada a este gobierno, sino porque la bondad es disonante en esa enciclopedia de desprecios. No es una clínica privada en que se pueda esquilmar a nadie, ponle. No «funciona» en esa enciclopedia malvada e idiota, tanto como no funciona la palabra diskette en un bolero.
El medio, además, impone su enciclopedia con el mismo despotismo con que extorsiona al Estado. Si este no compra aviones F-16 a General Dynamics, RCTV, su perro de la guerra en Venezuela, monta en cólera golpista. De allí la enciclopedia carnicera de los primeros dos golpes mediáticos de Estado de la historia universal en 2002 en Venezuela. Ojalá sean los últimos.
¿Cuál es el umbral de tolerancia de una sociedad ante este poder en que esta enciclopedia esquizofrénica distorsiona y empobrece radicalmente la cultura hasta la aberración de imponer como candidato a Manuel Rosales a la que pretende ser la «élite pensante»? La sociedad ya comenzó a rechazar esta hegemonía como cuerpo extraño. Ya pasó en Italia con la derrota de Berlusconi y en Venezuela esa enciclopedia histérica garantiza el fracaso de todo el que apoya. 7.274.331 de votos del 3D los apuntan como dardos día y noche.