Basuras fuera del aire

A medida que se acerca el 27 de mayo, fecha en que expira la concesión otorgada por el estado a RCTV, el tren ejecutivo de Bárcenas arrecia la campaña lastimera por tratar de hacer ver ante la opinión pública nacional e internacional que el victimario no es victimario, sino una víctima más del ¡rrrrrrrrrrrrégimen!. Pues sí, el señor Marcel Granier convencido, de que la mayoría somos –como dicen en mi pueblo- cogidos a lazo, ha montado un sainete en los medios de comunicación privados, tratando de remover la fibra sentimental del grueso de la población, que por cierto poco o nada le ha importado el patético caso. Ahora el lobo fiero e implacable anda deambulando por televisoras y periódicos, vendiéndose cual caperucita indefensa con un llantén inconsolable. Los argumentos esgrimidos en verdad dan risa: atropellos contra la libertad de expresión y vulneración del derecho al trabajo de los empleados que aún trabajan para el grupo 1BC. En realidad el trajinar del señor Granier como “hombre de Medios”, no pareciera ser el más idóneo para erigirse en adalid de las libertades clamando por justicia. Las pruebas sobre su particular concepción de la libertad de expresión y de prensa sobran. Luís Guillermo García, Roxana Ordoñez y Roberto Ball son solo algunos de los que vivieron en carne propia la particular adecuación de la planta de Quinta Crespo a los caprichos de un borrachín que ocupó el Palacio de Miraflores, a mediados de los 80. El infame médico y su rastrera barragana le dictaban la cartilla a Granier sobre lo que debía y lo que no debía decir o hacer y el hombre del mostacho acomodado acataba sin rechistar. En la actualidad, las cosas han cambiado mucho, tenemos un gobierno independiente empeñado en construir una patria más justa, pero RCTV al igual que las otras televisoras particulares han asumido un combate frontal con el Ejecutivo obrando como operadores políticos y no como medios de comunicación comprometidos con el país. Granier y su plantilla de altos ejecutivos no han usufructuado la banda del espectro radioeléctrico para informar, entretener y formar a nuestro pueblo.

Todo lo contrario, se han encargado de deformar con una programación decadente, irrespetuosa e irresponsable, durante décadas. El descaro alcanzó niveles impensables cuando silenciaron de manera cómplice la reacción popular del 13 de abril de 2002, alineados como estaban con la feroz dictadura de Pedro El Breve. Luego, durante los días del paro-sabotaje petrolero apelaron a las técnicas más bajas incorporando mensajes subliminales en sus transmisiones a fin de aupar la desestabilización, incluso durante los horarios infantiles. Pero eso no fue todo, después que el chavismo se impuso en el referendo revocatorio los ejecutivos de RCTV no moderaron su encono y continuaron desconociendo la realidad. ¿En verdad saldrá perdiendo la población venezolana por no tener que aguantar un ser tan atrabiliario y soez como esa mujer que se hace llamar la bicha?, ¿El señor Miguel Rodríguez puede ser considerado un ejemplo de periodismo digno y ético?, ¿Los culebrones tediosos y carentes de trama y alma serán echados en falta?, creemos que no.

Esa frecuencia puede ser aprovechada para hacer verdadera televisión y democratizar el acceso al espectro radioeléctrico. Por esa y muchas razones más no queda otra que parafrasear al “prócer” de la cachucha al revés y decir lo siguiente: “¡Esa basura .... asimismo ... que se llama el canal 2 va fuera del aire”.


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Daniel Córdova Zerpa


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