Mi palabra

¡Inocentes desesperados por la caida de las redes!

"Quienes piden lógica a la vida,

se olvidan de que es un sueño;

los sueños no tienen lógica,

esperemos a despertar".

Amado Nervo

A las once de la mañana de este lunes, el cual dio inicio a la semana con una verdadera tragedia entre los adictos a las redes sociales; una jovencita mientras esperaba en el pasadizo de una pequeña plazoleta la llegada de un amigo, buscaba en el celular sus aplicaciones favoritas para dejar para pasar el tiempo: al ver que no funcionaban, entró en desesperación y empezó a preguntarle a cuanto transeúnte se acercaba, como algo urgente y necesario para calmar la ansiedad; como el acostumbrado a beberse el cafecito de la mañana, y sale sin saborearlo, y todo olor lo relaciona con el aroma de la cafeína, pero se presentan los dolores de cabeza, cuando los labios no se acercan a la taza, como si estuvieran besando al enamorado para paliar en parte la soledad del momento.

El resto del día, después de conocerse la verdad de lo que estaba pasando, con las redes sociales: WhatsApp, Facebook e Instagram –la misma familia– a través de un comunicado emitido por Instagram, utilizando su Twitter, para seguir en la cadena de la comunicación, y así, calmar la desesperación, pero no a los de abajo o a los "inocentes", sino a los grandes financistas, los que pagan, o mantienen estas aplicaciones para que funcionen, como los latidos de un corazón de bebe, para engullirse millonarias fortunas: de lo contrario las pérdidas son escandalosas. El aviso muy escueto ¡Instagram y sus amigos están pasando por un momento un poco difícil en este momento, y es posible que tengan problemas para usarlos; tengan paciencia estamos en eso!

Ya, en la noche, cuando las aplicaciones empezaron a funcionar, como el corazón de un desahuciado por la pandemia; las alarmas no se hicieron esperar. Un tal Zuckerberg –El dueño del enjambre, y no precisamente de abejas– perdió casi 7000 millones de dólares ¡Na guará! ¿Cuánto perdió la jovencita de la mañana? Poco o nada, pero sigue atada a los caprichos de los poderosos, y mientras este metida en el alarmante y creciente grupo de embelesados por las redes sociales, poco o nada puede hacer por deshacerse de este gigantesco monstruo –El verdadero King Kon– aunque un joven, muy habilidoso a la hora de enseñar a utilizar estos medios, siempre repite de manera muy jocosa ¡Desde, que, aparecieron los celulares y las redes sociales se acabaron los desocupados!

Unos opinan de manera graciosa sobre las redes, pero el fallecido escritor Umberto Eco, lanzó una expresión y los ecos se oyen, como verdaderos truenos en medio de grandes tempestades, y más en este momento: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel" Menos mal que, con la aclaratoria del tal Zuckerberg de fallas que desconoce, a pesar de ser el dueño de semejante maraña capaz de atraer a medio mundo, no van a terminar, hablando y culpando a Nicolás Maduro, por la explosiva caída de este lunes 4 de octubre; así, como contrariamente los medios, casi han callado el desabastecimiento de gasolina en Gran Bretaña.



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Narciso Torrealba


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