En este capítulo de la guerra por el poder María Corina, la que nos quiere gobernar, creó (o sus financistas crearon para ella) un escenario de guerra mediática con la que creyeron se apoderarían del poder en Venezuela.
El teatro de esta guerra lo llevaron a las pantallas y en una arremetida cibernética, que comenzó mucho antes de la campaña electoral, empezaron a tratar de influir en la mente de los jóvenes y no tan jóvenes (pero sobre todo en los primeros) a través de los llamados "influencers" de los medios, quienes tienen una entrada gratis a nuestras casas por intermedio de las redes sociales.
Estos seres, que viven del internet y que con diferentes actos de bufonería logran captar la atención de las subdesarrolladas mentes de los adolescentes, a quienes algunas veces logran hablarles en su mismo dialecto o les siembran antivalores para que los acepten como uno de ellos, fueron los primeros soldados virtuales que fueron contratados con los millones de Elon Musk para atacar al presidente Maduro y resaltar a María Corina Machado como la Capitana América Venezolana, salida de los propios estudios de Marvel, mientras a Edmundo González Urrutia de quien se asegura en el internet fue parte activa en los asesinatos de los jesuitas de El Salvador, cuando hacía las veces de primer secretario de la embajada de Venezuela en ese país, lo colocan como una especie de Santa Claus latino o mascota domestica, algo así como el abuelito de esos adolescentes.
Esos influencers que están entrando en las habitaciones de nuestros hijos, les están inoculando un odio hacia el chavista, incluido sus padres, de ser el caso y los están induciendo a creer que María Corina será la solución a los problemas y frustraciones que este estado de guerra, creado por ella misma con la ayuda de los Estados Unidos de América, les está causando.
Paralelo a este ataque silente, estaban minando la capacidad de transmisión de datos del CNE para el día de las elecciones, mientras se montaban una página web paralela dónde colgarían unos resultados hechos a su medida, ataque este que agarró desprevenida a los cuerpos de inteligencia nuestros, pero su capacidad de reacción fue tal que fueron neutralizados en su acción de guerra en menos de 72 horas.
Al verse descubiertos en el ataque al CNE, fortalecieron el ataque a través de las redes sociales, usando a los llamados influencers que ya habían sido comprados y, además les enviaron onerosas ofertas a otros tontos útiles que se embolsillaron unos reales envenenado muchachos que ahora están presos por seguir sus mandatos histéricos.
Una fortuna pasó de manos esa noche y par de días, del bolsillo de Elon Musk salieron como barajitas un coñazo de dólares a repartir entre los influencers que mas likes obtuvieran o como les llamen en su argot, recuerdo haber visto a un muchacho (que de joven ya no tiene nada) histérico (o mejor dicho histérica, según sus palabras) ordenando asesinar al presidente Maduro, en una aparente rabia genuina mientras su tabulador transformaba su arrechera mediática en dólares para su bolsillo y lágrimas para las madres de esos muchachos que fueron envenenados.
El ministerio público debería ordenar la captura con trajeta roja para ese influencer conocido como "la divasa" quien pidió la cabeza de Maduro y todos los chavistas de mierda colgando en una plaza Bolívar y fue culpable directo de la tragedia que hoy viven los muchachos que fueron envenenados por él y su discurso de odio. "Luisito comunica" un vago mexicano que vive de las redes sociales que no es ejemplo de nada fue otro que se sumó a la lista de atacantes a la legalidad venezolana, con sus discursos de odio y su cara de "yo no fui" mientras facturaba y así un montón, la fiscalía debe investigar y determinar la legalidad de sus acciones en este país.
Oí que van a convocar en la AN una discusión de un proyecto de ley para regular el alcance de las redes sociales en nuestro país, denles un capitulo aparte a los llamados influencers o influenciadores, que están entrando al cerebro y corazón de nuestros hijos sin que podamos enfrentarlos de tú a tú. En nuestra crianza nuestros padres nos permitieron alguna vez y por alguna razón que amigos estuvieran en nuestras habitaciones y alguna vez que se quedaran a dormir, ellos sabían a quien dejaban entrar a nuestras casa y alguna vez pudieron incluso controlar quien entraba en nuestras vidas, nosotros hoy no podemos saber quien, cuando, como ni con que intención entra en la vida de nuestros hijos.
Urge una ley para el uso de las redes sociales y la responsabilidad de sus actores, urge una ley que nos permita filtrar el alcance de esos vagos llamados influencers que no son otra cosa que parásitos de la comunidad mundial.