Bachilleres en TV

En otros 21 países del mundo (incluyendo EEUU y la Unión Europea) se han producido 236 clausuras, revocaciones y no renovaciones de Radio y TV, sin el escándalo que aquí ha causado la recuperación de la señal del canal 2 por parte del Estado venezolano.

Así lo recoge un informe elaborado por el sociólogo español J. David Carracedo, miembro de la Fundación CEPS y del colectivo editorial del periódico quincenal de actualidad crítica Diagonal (www.diagonalperiodico.net). En su informe se refieren 77 casos de TV en 14 países y 159 casos de radios en 14 países.

EEUU aparece con tres casos de revocatoria de TV y uno de radio, así como seis casos de multas de la Federal Communications Comision (FCC) a diferentes medios radioeléctricos, incluida una por 24 millones de dólares a Univisión.

¿La causa? “Incumplir las expectativas de los reguladores sobre programas educativos para niños (una novela se transmitió como programación educativa)”.

Argumentos vinculados con la política los ha habido para revocar televisoras en EEUU. Sucedió en 1981, cuando la planta WLNS-TV fue revocada por la FCC por “violar las normas de equilibrio de la FCC y ser muy selectiva a la hora de asignar tiempo de televisión a figuras políticas”.

Bienvenidos

Manipulados o no, conscientes o no de la libertad que dicen defender al tiempo que la ejercen hasta límites inimaginables en cualquier parte del mundo, hay que darle la bienvenida a los estudiantes que a propósito del caso RCTV han salido de universidades y colegios para marchar, corear consignas y, en fin, encontrarse con la política.

Su debut fue torpe, con demasiados políticos revoloteando a su alrededor, disturbios y guarimbas que la TV, las radios y los periódicos no lograron edulcorar por más que abusaran del adjetivo “pacífico” para describirlos. Alguien se dio cuenta y posiblemente por eso pasaron una semana lavándose la cara con manifestaciones “creativas”, con pintura blanca en lugar de piedras y cabillas en las manos. Amarraron a sus locos, pues.

Este giro no sólo es saludable, sino muy útil para dejar esculpido el carácter democrático de la revolución en curso.

Recibirlos en el TSJ –como nunca antes ocurrió con movimiento estudiantil alguno- y ofrecerles la tribuna de la Asamblea Nacional –cosa también inédita- dejó un sabor amargo entre los talibanes que sólo ven a los estudiantes como el “ahora o nunca” de sus ambiciones políticas, económicas y simbólicas. Talibanes a quienes escuché llenos de ira en la radio ante la noticia de que los bachilleres hablarían ante el Parlamento. Se anticiparon a llamar “circo” a aquella jornada, con el argumento de que también hablarían los estudiantes bolivarianos.

Un dato que desnunda la hipocresía reinante en esta materia: ciertos defensores de la libertad de expresión sólo piensan en la suya. Por eso no se dan por enterados del cierre de VTV y tienen el candado listo para ponérselo otra vez.

Tengo la impresión de que, en realidad, los estudiantes no marchan como estudiantes, sino como parte de la clase media y de aquellos que, ubicados aún más abajo, comparten sus valores, aspiraciones y símbolos.

Gente que compra carro gracias al plan chavista Venezuela Móvil, tiene acceso al crédito hipotecario por decisiones del gobierno chavista y ahora disfrutará de una reducción de tarifas en los celulares de la Movilnet chavista y en el ABA de la CANTV chavista, pero sencillamente no se siente representada en las banderas, símbolos y consignas de la Revolución Bolivariana. Parte de esos 4 millones y pico que votaron por Rosales sin ser oligarcas, a quienes el gobierno favorece con sus políticas, pero no hace esfuerzos suficientes por incorporar en su discurso.

La mejor manera de apagar la “mecha lenta” del “golpe suave” descrito por el Presidente y por Thierry Myessan es darles aún mayor libertad para expresar sus ideas, aspiraciones, propuestas, así de entrada luzcan contradictorias o sin base.

Nada es absolutamente malo, ni absolutamente bueno. Que ejerzan a plenitud su libertad de expresión y, al hacerlo, su bandera al revés se cae por su propio peso.

Propuesta a TVes

¿Quién dijo que Marcel Granier tiene que ser amo y señor de un canal en señal abierta para que haya libertad de expresión en Venezuela? ¿Cuántas veces permitió él que los estudiantes venezolanos hablaran por esas pantallas, cuando no fue para ridiculizarlos con programas de concursos donde los jóvenes debían humillarse con actos denigrantes hacia sí mismos? ¿Cuántas líneas de investigación financió el grupo 1BC en 53 años en nuestras universidades? Esta es una nueva oportunidad para que la hipocresía quede en evidencia. Lil Rodríguez, y el resto de la directiva de TVes, pueden dar una demostración de audacia ofreciendo un espacio en el nuevo canal 2 para que los estudiantes se expresen ante el país, digamos, todas las semanas.

Los moderadores pudieran ser una representación paritaria de estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, como los bolivarianos Juan Mora y Pedro Cordido, y los opositores Frank Calviño y Luis Bermúdez, todos personas serias y dispuestas a hacerlo.

TVes tomaría así la delantera a universidades como la UCV y la USB, cuyos rectores hablan mucho de libertad de expresión, pero mantienen subutilizadas sendas señales de TV en señal abierta, de las que ambas casas de estudios disponen desde hace años. No sé si la UCV habrá usado la suya alguna vez, pero sí sé que cada vez que paso por el canal 29 UHF me encuentro con las barras fijas y el nombre estático de La Simón TV. Un lujoso desperdicio que no tiene todo el mundo.


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Ernesto Villegas Poljak

Periodista. Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información.

 @VillegasPoljakE

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