Indudablemente que Gustavo Cisneros de ninguna manera está arrepentido de lo que se hizo desde Venevisión, durante el golpe de estado de 2002 y el paro cínico criminal petrolero que ocasionó muertes y pérdidas a la nación por el orden de los 20 mil millones de dólares. Lo que también es indudable, es que Cisneros no es ningún pendejo traído a lazo y el sabe demasiado bien cuál es la posición de la mayoría del pueblo venezolano, que no está dispuesto a calarse más nunca a los adecos ni a los copeyanos y que está también consciente de que en medio de las fallas que pueda tener este proceso de cambios que se está produciendo en el país, ya no es invisible y que tiene derechos que puede exigir y que va a tener quién lo escuche.
He ahí la gran diferencia entre Cisneros que entendió que era mejor quedarse tranquilo y seguir con sus negocios, que bastante bien que le va y la bestia de Marcel Granier, que creyó que él estaba por encima de lo Humano y lo Divino y que era intocable, que estaba por encima de la ley y que en ese cerebro que lo debe tener más pequeño que una pepa de mamón, que por cierto como que quiere parecerse a John Bolton, se acuerdan del loco ese que tenía Bush en la ONU; lo cierto es que este señor no ha entendido que es un pobre mortal, que cuando se muera no va a llevarse la pedazo de televisora esa a donde le corresponda y que igualito que todo el mundo o le van a meter candela o le van a dar su baño de tierra, así como el loco ese de La Florida, el Alberto Federico, que tiene nombre de personaje cómico de película mejicana de la década de los 50.
De todas maneras, cualquier persona que se ponga a creer esas pendejadas de que Cisneros ahora es chavista, está más perdido que Adán el dia de las madres. Aquí no hay que caerse a coba caballero, la filosofía de esa gente, el Dios de esa gente es El Billete; eso de libertad de expresión, que si derechos humanos, objetividad, equilibrio, reconciliación, entendimiento, que si derechos civiles, que si respeto por el otro, que si todos somos hijos de Dios, que si aquí cabemos todos, que si Venezuela somos todos...... me perdonan la libertad de expresión, con todo eso, ellos se limpian "el culo" y que lo nieguen; bien pendejos han sido esos negritos que han salidon a marchar pidiendo que regrese RCTV.
Tan sencillo como eso. Y tan cerrado estaba el canal, que Marcel, eessito él, tan noble que decidió salir por cable para devolverle la alegría a Venezuela. Sigan creyendo en huevos de avioneta y pajaritos preñados.
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