A la “periodista” Marta Colomina le faltan argumentos o no sabe defender los que tiene, para que le permitan superar el nefasto estancamiento en que se ahoga.
Suma en lo perverso y pervierte la palabra que dice con su lengua viperina, aunque ésta ronque como un motor ocho en “V” o, como un motor ocho en línea y de gran cilindrada.
Es que si tú escuchas una canción y te recreas únicamente en la naturaleza de su sonido, sólo estas escuchando tal vez, la mitad de la canción.
Esa “periodista” está locaebolas, tal parece ser. Si así fuere, curarla, sería una aspiración difícil. Yo propongo mandarle sus aguas-el miao-a “Joseito”, allá en el Barrio Palotal de Barcelona y, de seguro éste le “recetaría” una botella de “gallepín” y de otros menjurjes muy buenos para el cerebro y para las coyunturas, e inclusive, muy bueno para las lombrices y toda suerte de “curas” o parásitos fastidiosos.
Mientras los “periodistas” opositores a la “dictadura” del Comandante Chávez apuestan a generar desequilibrios; en contrario, el pueblo humilde y trabajador-que apoya al Comandante- asume un comportamiento de búsqueda para restaurar el equilibrio social, político y económico, no obstante, en ese forcejeo, hay un gran desgaste y para colmo, se perjudica la paz tan anhelada.
Estimo que la Señorita Marta Colomina está locaebolas, no sólo porque agrede de palabra a la mujer colombiana- en este caso a la madre de Ingrid Betancout, a la Senadora Piedad Córdova y a todos los rehenes de la FARC, sino porque omite decir-cínica y deliberadamente- acerca de los rehenes de Uribe, que los hay, en mayor cantidad, en la cárcel colombiana.
Adicionalmente, la Señorita Colomina, defiende posturas que antes rechazaba o que por lo menos, razonaba de manera diferente.
Pero, tumbar a Chávez, en este momento, es una finalidad sin fin.
No obstante, hay que desmontar la estrategia de los medios privados de difusión de embustes, consistente en mentir y mentir. Nosotros debemos procurar que el pueblo descifre la información, por sí mismo, y que extraiga el significado de las cosas.
Es que el pueblo aprende por su cuenta, pero la realidad tiene partes y es necesario ver el todo. Si la gente contempla la pantallita de televisión, buena parte de la realidad pasa inadvertida. Si se asume solamente lo que se ve en la televisión o, en el periódico, de seguro que esa información es deficiente, de ahí que es necesario estimular a nuestra gente a conocer esa otra parte de la información que no se miró ni en el periódico ni en la televisión. Nada mejor que discutirlo en el Consejo Comunal-por ejemplo-a la luz del Sol, ya que la mejor opinión, es la que se discute.
Pero, en caso extremo, aprovecharemos los desequilibrios políticos que cause la contrarrevolución, para avanzar. La Revolución Bolivariana es como un río y, un río corre si existe desequilibrio en su cauce, de lo contrario, se estanca.
Mejor pa’ el perro cuando la perra es tocucha.
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