La televisión privada sigue jugando a la candelita con la CONATEL, para tratar de tumbar a Chávez pero, ahora, Chávez es intumbable porque cuenta con el cariño y el respeto de las mayorías populares, pese a que la CONATEL le suelta el guaral y no hala el anzuelo, debidamente, a esos sinvergüenzas.
La representación visual de la tele privada persigue amedrentar y condicionar la manera como el pueblo ve las cosas.
En ese juego psicológico que es la presentación de la imagen, algo se soslaya y algo se destaca, para manipular los instrumentos de la percepción del pensamiento, para trastocar, deliberadamente, el acto de observación de la realidad.
El usar irresponsablemente, los colores de la bandera nacional, es un acto perverso. Sabemos que cada palabra está asociada a la visión de un color y de una imagen y, el contexto verbal debe estar en sintonía con las imágenes verdaderas de la realidad. Nuestra bandera es de color amarillo, azul y rojo- en esa secuencia-pero, la prensa privada pretende que la realidad se adapte a su descripción subliminal, en sentido inverso, y hay que ponerle cuidado a eso porque es peligroso, muy peligroso, extremadamente peligroso, peligrosísimo.
Las imágenes humorísticas y sexuales vulgares, son recordables con gran facilidad. Para recordar en secuencia, es necesario el uso de la imagen que asocie y, esa experiencia sensorial induce a un potente y vertiginoso condicionamiento, entonces, los sinvergüenzas de la televisión privada- sin excepciones-apelan a tan distorsionantes recursos, para jodernos porque saben que estamos con Chávez pero, ellos tendrán que lavarse ese frakwkñytw9j4@86·#73tactico antes de quebrar nuestra voluntad de cuidar y defender al Presidente.
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