Los documentos de Santa Fe –increíblemente poco trabajados y conocidos por nuestro pueblo- son una autopista a la información sobre los planes del imperio. Tienen la virtud de que señalan las líneas gruesas –las propias- acerca de los planes de control y hegemonía de los EEmásUU, sobre Nuestra América luego del colapso de la URSS. Las acciones puntuales –aquellas que se ajustan a los niveles tácticos y estratégicos- confunden respecto a la orientación y pertinencia de sus ataques. El objetivo general está claramente señalado en estos documentos.
En lo táctico –movimientos para alcanzar el objetivo- los EEmásUU manejan no uno sino todos los guiones conocidos y aplicados con éxito para abortar otro "peligros" para la seguridad de EEmásUU. Contra la Revolución Bolivariana devenida en el enemigo principal una vez desaparecida la URSS se aplican –como en una orquesta sinfónica- a la orden concertada de la batuta del "director" todos los guiones, otorgando –según conveniencia- preeminencia a unos instrumentos y silenciando otros que a un giro de la batuta suenan armónicamente que es un contento. Los batallones mediáticos en esta guerra de cuarta generación se encargan de la amplificación, le proporcionan la acústica deseada a la sinfonía.
La escasez de alimentos hoy, inseguridad y problemas carcelarios mañana, estudiantes "manitas blancas" pasado, problemas de vivienda luego, "nexos con el narcotráfico, la guerrilla o el terrorismo después, transportistas más luego…etc., etc. Todo perfectamente orquestado para alcanzar el fin deseado y buscado con todos los inmensos recursos de que el capitalismo global dispone. Frente a esto –por lo general- el pueblo organizado y las fuerzas políticas revolucionarias corren de un lado a otro como aprendiz de bombero tratando de apagar las "candelitas" con tobitos de agua.
No tenemos que investigar mucho, basta ver nuestro quehacer diario, lo mismo nos preparamos para una guerra inmediata que montamos fiesta con todo y payasos, piñatas y hasta orquesta en cuanto la estrategia del imperio hace sonar instrumentos de paz aparente. Los árboles no nos dejan ver el bosque. Nos agotamos, pasamos de la alegría histérica a la paralización por el terror sin solución de continuidad ni reflexión.
¿Nos invadirá directamente el imperio en estos momentos, por más que paseen por el Caribe la novísima nueva flota? Veamos: EEmásUU enfrenta acaso la más grave crisis económica de los últimos ochenta años; Se encuentra empantanado hasta las orejas en Iraq en una guerra que declaró terminada Mr. Bush, en la plataforma de un portaaviones a los tres meses de haberla iniciado; el precio del petróleo está en 111 dólares el barril… ¿seguimos o lo ponemos con dibujitos para más fácil comprensión?
La Revolución Bolivariana –lo saben perfectamente- tiene vulnerabilidades que no tuvieron otras revoluciones, digamos clásicas, como la cubana por ejemplo. La Revolución Bolivariana puede ser derrotada en la urnas electorales (también en las otras urnas, para eso tienen la invasión de paramilitares y el plan para el día después… ¡ah, Víctor Jara!). Ya le asestaron un duro varapalo a la Revolución Bolivariana el pasado 2 de diciembre. Comprobaron que la estrategia del terror que paraliza funciona. Comprobaron también que les fue sencillo utilizar nuestras propias ingenuidades –o quizás oportunismo personalista- para poner a su disposición nuestros propios medios y más conspicuos personajes para la difusión del terror. Los documentos llamados "la tenaza" y los "trece pasos" fueron peines de los think tank del imperio. Pocas horas después de que los pusieron a circular, gente que tiene esa capacidad del lado nuestro y fueron desoídos, nos advirtieron de su carácter apócrifo. ¿Qué hicimos? ¡Difundirlos, como "tubazos"!... ¡y qué tubazos, caballeros! Veamos: ¿Qué es en definitiva abstenerse?, ¿no es acaso paralizarse, no moverse, quedarse en casa? Les ruego que hoy, una vez pasada la tormenta aquella volvamos a leer esos "documentos". ¿No sería suficiente con ver que el "documento" generado por la U.S., Embassy, comenzaba diciendo que la victoria del Sí por 15 puntos era irreversible apenas una semana antes del referendo cuando todos sabíamos que no sería así ni todo estaba asegurado?, ¿no sería suficiente si ahora leemos –con calma y salivita- los horrores que ocurrirían –según el tubazo- en diciembre, en enero, en febrero, en marzo, en abril…hasta la guerra civil en mayo?, ¿no estaba clarita la estrategia paralizante del miedo?
Bien, por voluntarismo, ingenuidad, oportunismo personalista o lo que sea –poco importa eso ahora- caímos en la trampa. Fuimos derrotados el 2-D y ahora se preparan para derrotarnos en Noviembre. Ensayaron con las mismas tácticas que emplearon en Nicaragua y más recientemente en Costa Rica con motivo del Referendo por la aprobación del TLC, y tuvieron éxito. Lo están volviendo a aplicar. El objetivo es poner a librar la pelea a los propios venezolanos a lo interno. Si lo logran…el mandado estará hecho.
¿Alguien pone en duda como será la arremetida de la derecha interna si se pierden las gobernaciones de Aragua, Carabobo, Lara, Mérida, Táchira, Nueva Esparta y Zulia más las alcaldías Mayor, Libertador y Sucre en la gran Caracas?, ¿puede haber entre nosotros alguien tan ingenuo?, el escenario estaría listo para hacer verdad la pancarta que ha colocado en las autopistas Pedro Medina "Ahora vamos por ti". El paso inmediato sería ir a por Chávez y si van a por Chávez: guerra… ¿alguien pone en duda eso?
Esa es la tarea revolucionaria y no otra. Hay que trabajar con ahínco, con pasión, con fe revolucionaria, hay que ir al seno de los colectivos populares, hay que –a dos manos- salir al paso a las incompetencias y traiciones burocráticas que lastiman la fe del pueblo; pero…hay que ir con doctrina, con conciencia de clase, con argumentos revolucionarios, con las verdades hermosas del socialismo. Hay que lograr la activación y movilización del pueblo en defensa de su revolución. Hay que hacerlo para romper el juego del imperio. Con conciencia y verdad no hay miedo que valga. No lo tuvo el pueblo cuando se echó a la calle el 12 y 13 de abril y no existirá hoy ni mañana si ese mismo pueblo protagoniza su propia resurrección. El partido –los partidos revolucionarios- tiene que contagiar valores socialistas –no se contagia la "enfermedad" que no se tiene-, tiene que ser la bisagra articuladora entre el pueblo y los planes del gobierno. Tiene que estar allí, presente, insertado en el corazón del pueblo.
PATRIA Y SOCIALISMO…O MUERTE
¡VENCEREMOS!
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