Este próximo 27 de junio se entregará el Premio Nacional de Periodismo, en medio de una situación nunca antes vista, por un lado el evento señalado y por otro, las elecciones del Colegio Nacional de Periodistas. “El premio busca –como siempre- reconocer la labor de los periodistas e incentivarla a fin de mejorar la calidad del periodismo en Venezuela” según palabras de Antonio Núñez Aldazoro, Presidente de Fundación Premio Nacional de Periodismo.
Señalando además que quieren que la fundación “asuma un papel más importante en la discusión que se debe dar al tipo de periodismo que necesita el país”. Hasta allí parece que todo está muy bien.
Luego este domingo 15 en curso, aparece en aporrea, un comunicado acerca del proceso electoral de periodistas y cuya fuente es YVKE Mundial, donde se señala: “Somos un amplio grupo de periodistas y comunicadores revolucionarios, que respetando a aquellos que tienen otra opinión sobre la participación en este proceso electoral, los invitamos a sumar esfuerzos en este debate por la verdadera transformación del gremio”.
Acotando “Ante estas circunstancias, pensamos que es imprescindible generar una discusión a fondo, participativa y abierta, donde no sólo intervengan los profesionales del periodismo y los comunicadores en general, sino la comunidad a la cual servimos. Ese debate tiene que plantear un rotundo cuestionamiento a las estructuras gremiales existentes y a esa fallida obligatoriedad de la pertenencia al CNP para el ejercicio de la profesión. De esa discusión extraeríamos los cambios que deben introducirse en la vigente Ley de Ejercicio del Periodismo, a fin de presentar oportunamente un proyecto de reforma ante la Asamblea Nacional”.
Ahora, si se está cuestionando al CNP, si se está proponiendo un debate, si se discute la vigencia de la mencionada ley, si muchos han optado por no asistir a las elecciones, entonces cómo el gobierno bolivariano a través del MinCI está avalando la entrega de este premio que dentro de sus estatutos obliga a los participantes estar inscritos en este colegio. Entonces no se está reconociendo la “labor de los periodistas” sino de un grupo, cuando los demás son excluidos por no reconocer una institución gremial que no les ofrece ningún atractivo, sólo que su inscripción es condición para optar a cargos y premios como el que motiva este artículo.
El gobierno revolucionario no debería acreditar una institución gremial que la mayoría de comunicadores venezolanos no avalan, es como contradecir la realidad de un país que marcha en la búsqueda de la “mayor suma de felicidad” para sus habitantes. Otro detalle, a los promotores de este comunicado, ya que no le permitieron a muchos comunicadores la posibilidad de aunarse a esta causa, sobre todo los que patean las calles en la provincia venezolana. El debate y la participación deben tener cobertura nacional.
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