Este domingo... los pitiyanquis intentaron exorcizarme

La gripe me visitó la noche del sábado.

Con la ayuda de la doña...

Catajarria de pastillas con sus respectivos té de todo tipo...

Y una orden acompañada con cara de cañón, que me decía:

Te quedas todo el domingo acostado, porque si no, mañana amaneces peor.

Resignado a obedecer, le pedí que me comprara mis periódicos, el Vea y La Noticia.

Cuando a punto estaba de salir para el quiosco, le grité:

Cómpramelos todos mejor, EL Universal, El Nacional, Tal Cual, El Nuevo País y 2001, para ver que escriben estos locos, total me tengo que quedar todo el día encerrado.

Como habíamos acordado ir de visita a casa de unos familiares, mi mujer fue en representación de los dos.

Me dejó apuntado la legión de medicamentos acompañados de miel para el pecho (por las dudas si comienza la tos), Ron Compuesto de mi suegra, para terminar de matar todo, por si queda algo.

Convaleciente en mi cama, leí tranquilamente mi Vea, en la portátil de mi hijo, me metí en Aporrea, ojeé por arriba La Noticia, leí mi correo electrónico y quizás por la gripe me quedé dormido otra vez...

Me despertó sobresaltado los ladridos de mi perro, aruñaba con furia la puerta de mi cuarto que da al fondo.

El televisor estaba encendido y yo pensando que lo había dejado apagado...

Más me extrañé, porque estaba en el canal 33, dichos números como que se sumaban y se juntaban y me hacían ver triple y sólo veía 666.

Ave María Purísima exclamé...

En vez de estar viendo Aló Presidente, mi TV me mostraba Aló Venezuela...

El traidor con su programa estaba con la de Grado de lucifer...

Quizás por la fiebre pensé que estaba en el Kalahari, los dos depredadores frente a mi...

El león y la hiena, que en cada palabra denotaban que no se podían ver.

Al llegar el Goico medio melón, la fiebre me subió.

Mi perro presintiendo ladraba con más furia.

Cuando intenté cambiar el canal, el control no me obedecía, la portátil de mi hijo enloqueció y me mostraba al Bocaranda con sus Run Run.

¿Qué es esto Dios mío? Exclamé.

¡Ayúdame Campeón!, ordené a mi perro.

Entró como el rayo, pegaba saltos como los canguros, luchaba con no sé qué...

Los periódicos de la oligarquía volaron por los aires, formando remolinos en mi cuarto...

Risas de ultratumba salían en mi TV., el traidor, la doña y Goico, lanzaban llamaradas por sus bocas, puertas y ventanas se abrían y cerraban con furia inusitada...

Mi pobre perro volaba por los aires intentando una ayuda por su amigo, me torturaban continuamente con las mentiras de las 26 habilitantes...

Tal vez por la fiebre sentí como que mi cuerpo empezaba a elevarse de la cama...

Cuando me sentí casi vencido, saqué fuerzas de no sé donde y me arrastré hacia la sala...

Encendí el equipo con la punta de mis dedos y coloqué a Alí Primera y lo puse a toda candela, ¡ayúdame compañero! exclamé con apenas un hilito de voz que salió de mis labios...

Gateando como pude apoyado en mis codos me dirigí hacia el cuarto de mi hijo, encendí el televisor y puse Aló Presidente con todo el volumen también...

Sentí una fuerza de mil caballos que me arrastraban para mi habitación acompañado de un ensordecedor gemido de furia acompañado de dolor...

Cuando entraba otra vez a mi cuarto, alcancé a empujar un cajón y saltaron mis libros que llegaban en mi ayuda...

Florentino y el Diablo cayó sobre mi pecho, en mi mano izquierda se posó el del Che, el compañero Alí sonaba con furia, mi presidente gritaba no volverán...

Pienso que se rindieron...

Se escuchó un estruendo en mi rancho y las tinieblas y torbellinos se disiparon...

Mi perro vuelto un harapo yacía al lado de mi cama lamiéndose una mano...

Sólo atiné a decir: Gracias compañeros.

En ese preciso momento llegaba mi mujer...

¡¡¿Qué es esto José?!! Exclamó con furia...

Mi apartamento estaba patas pa` arriba...

“Te dije que no dejaras entrar al perro, mira este desastre, seguramente te quedaste dormido”

Mi valiente perro moviendo su cabeza hacia un costado y con un gemido sin comprender, miraba a su dueña.

Lo acaricié en el lomo y con su ladrido de alegría saltó para la cama...

¡¡José... en la cama no!!... sólo pude decir gracias Campeón...

jovarela33@cantv.net



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José Varela


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