Sin lugar a dudas que la libertad y la expresión son derechos fundamentales que se ven consagrados en las constituciones de nuestras naciones. En estos días se habla mucho sobre el tema y lo más delicado que observamos es que escuchamos opiniones de personas que adolecen del conocimiento científico y filosófico de lo que es en verdad este código.
El verdadero periodista concibe la libertad de expresión cuando utiliza la información como un factor real que eleva la educación y la moral del hombre, cuando su texto es el fruto de una investigación que no está controlada por opiniones contrarias, lesivas, que ordenan el abuso de que una información se trastoque. Hoy, no se puede negar, los medios de comunicación en Venezuela se han convertido en libérrimos de la suciedad política, se perdió la ética del periodismo. Ya no se abusa, ahora son pasquines que se burlan del pueblo y nadie lo dice, cualquiera se agarra por su intermedio a ofender, amenazar, a vilipendiar, injuriar, maltratar, acusar, calumniar y todos callan y otros de acuerdo del lado que estén: Aplauden.
Ahora bien, un diario informativo es un medio de comunicación que lleva un complejo de informaciones a toda una comunidad de personas que son nuestros lectores a los cuales debemos respetar llevándoles noticias, informaciones, actuales, reales y opiniones de personas que sepan manejar y orientar sus ideologías con comentarios que ilustren y representen la neutralidad y la honestidad del diario para quien trabaja.
Para nadie es un secreto lo que vemos, leemos en ciertos diarios venezolanos y lo que oímos a ciertos periodistas que en sus espacios se han convertido en vulgares actores políticos de oposición o vulgares protagonistas gobierneros, aunque estos piensen que la razón de ser medios les da autoridad, se equivocan, olvidan el código de la información, la educación y hacen daño, sólo buscan alienar la conciencia y lo mas terrible que no hacen política , sino siembran odios y separación ciudadana en sus propósitos. La libertad de expresión está en la imparcialidad como medio de comunicación actuante del sistema democrático de libertades. Cuando el periodista elude los lineamientos éticos, indudablemente se estrellará y será sujeto de que su medio caiga en la falsedad y su conducta profesional se desajusta a la critica, pues se han olvidado que ante todo esa libertad de expresión es una prestación de un servicio publico dispuesto a informar y educar.
Es innegable que algunos medios vengan de donde vengan, traten de adueñarse de las conciencias de todos los venezolanos y que con esto los incite a pensar y cambiar sus inquietudes, sus pasiones, estimulándolos con un aluvión de críticas virulentas, que la televisión, la radio y la prensa digital, como impresa, divulgan. La libertad de expresión tiene su origen, su ética en el tratamiento ajustado a la dignidad, la moral, veracidad que se merece la información para una patria democrática socialista. Nosotros debemos dar ejemplo y no caer en el terreno de estos ignorantes que están prostituyendo la más hermosa profesión del mundo.