Palangre

"El periodismo tarifado, los trabajos por encargo, las comisiones o pagos puntuales por tratamientos especiales hacia las fuentes, fueron configurando el repudiado palangre."

En el ejercicio del periodismo hay ciertas prácticas perversas que recibieron no sólo la crítica de los diversos sectores vinculados a aquel, sino la férrea condena de los que asumieron que esta profesión, el periodismo, es un servicio cuya intermediación social incide para su percepción hasta cierto punto aséptica y muy moralizante. Vanas fantasías. Su conversión en negocio rentable, desde el siglo XIX, implicó que demonios y fantasmas le rondaran cerca.

Aquel altruismo y romanticismo cercanos al periodismo de finales del XVIII y comienzos del XIX, en aquellos contextos donde se desarrolló como tal, fueron devorados por la expansión de la industria periodística. La historiografía especializada rememora en detalle las etapas de tal conversión. La distorsión implícita del negocio capitalista fue frenando la visión moralizante con la que se asumió el llamado en aquel entonces, cuarto poder o poder moral.

A lo económico se sumó el manejo político de la prensa y luego se sitúan como los aparatos ideológicos del Estado, del establishment, de los sectores hegemónicos de cada territorio. Fuertes grupos económicos se involucran en la política y los colocan como los voceros y portaestandartes de los grupos en pugna.

Carteles mediáticos al servicio de poderosas familias.

A partir del siglo XX la creación de las escuelas de periodismo y el nacimiento de los gremios periodísticos, así como la colegiación, conducirán al debate y fortalecimiento de líneas deontológicas con la pretensión de demarcar acciones y patrones de conducta en el ejercicio profesional. Tanto el papel de los medios como la relación con las fuentes y el reclamo de la probidad en el accionar periodístico apuntan hacia un ejercicio ético de la profesión.

El periodismo tarifado, los trabajos por encargo, las comisiones o pagos puntuales por tratamientos especiales hacia las fuentes, fueron configurando el repudiado palangre. Éste se puede graficar como un anzuelo para pescar y, sobre todo, ¡pescar en río revuelto! Esto y no otra cosa se devela con el papelón que hace el director de Globovisión y su intermediación por los tres millones de dólares en juego para montar la campaña de la oposición en contra de la enmienda.

¡De nuevo con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos!


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Asalia Venegas


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