¿Quien tiene razón, Edgardo Parra o Mario Silva?

Para el análisis político de las conductas humanas, es importante saber el contexto histórico presente en el que les ha tocado actuar; solo así se puede determinar la razón de esos comportamientos, ahora, siendo Carabobo un estado lleno de enigmas que vienen marcando el rol ideológico en el desarrollo político de esta región del país, podemos extraer suficientes elementos para saber quien tiene la razón en la diatriba nacida entre el Alcalde de Valencia y Mario Silva. En primer lugar tenemos que saber que Carabobo, pero mas profundamente Valencia, fue, y es aun, un territorio donde los conquistadores europeos, se posesionaron con mas fuerza, tan fue así que prácticamente aniquilaron o expulsaron a los aborígenes llamados Los Tacariguas, llegando aquellos a convertirse en una casta española que arremetió con fiereza y astucia política de saber acoplarse a las circunstancias del momento para siempre estar en la misma posición de poder, ejemplo tenemos bastante, Boves y el Pabellón Rojo con su Noche Triste, Miguel Peña y su Cosiata Traidora y anti bolivariana, pasando por la godarria y mantuanería post independentista hasta llegar a Gómez y Pérez Jiménez, de los Volmer, Zuloaga, Mendoza y más de los Adecopeyanos de puntofijo; así se movieron y siguen moviéndose, utilizan cuanto recurso de persuasión para atrapar engañosamente a incautos creídos de pasar a sus filas, “sin saber” que solo eran tontos útiles para servir la bandeja en la continuidad de la dominación que se instauró tras la conquista.

Llegada la crisis política que derribó la partidocracia, en Carabobo y Valencia particularmente, surge para el reacomodo antiadeco, Salas Romer, no siendo esta una perspectiva permanente, debido a que las comunidades populares daban la pelea y los derrotó, se replantearon su propio viraje gatopardiano y consiguen quien les haga el trabajo, los mismos incautos y creídos que solo sirven bandejas; es en este contexto donde aparecen Edgardo Parra y Mario Silva, ambos escogidos por buena parte de la militancia psuvista para que fueran Alcalde y Gobernador, en anhelo de conseguir la Ruptura Creadora hacia el Socialismo que se planteo el Presidente Chávez en la propuesta de Reforma del 2006.

Con el resultado electoral del 23 de noviembre pasado, podemos analizar, y me atrevo a afirmarlo, sucedió la misma historia de las conductas acomodaticias inducidas por la oligarquía valenciana, quien una vez vencida electoralmente, empieza a tender alfombras de terciopelo resbaladizo para que “caminen” de nuevo los incautos; rodean con doble discurso a los nuevos gestores, engañan con confrontación mediática que culmina en brazos, manos, whiskys, cigarrillos y bingos, mientras esconden el Sur y el Oeste en sus avatares de la citadinidad, en la demagogia del Norte y Este como fin ideológico de la dominación.

Mario Silva desde Caracas lanza flechas a las sombras sin darle herramientas organizativas a ese pueblo que lo quiso Gobernador de Carabobo, solo por ser un hombre de confianza del Comandante; Edgardo Parra elude la razón histórica que le impuso la suerte del destino en la lucha por la reivindicación y emancipación de Los Tacariguas que hoy se llama Valencia.

(*)Abg.
Valencia - Carabobo
gusclaret@hotmail.com


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Gustavo Claret Vásquez


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