Hay personas que investidas de cierto prestigio, capacidad o jerarquía, cuando su acción se ve sometida a una observación o crítica, recurren a la lapidaria frase: “No se meta a lo profundo si no sabe nadar”
Hoy haremos caso omiso a esa conseja y hablaremos de las cadenas y el nuevo programa radial “De repente con Chávez” del Líder-Presidente Chávez quien está a años luz de la actitud descrita previamente. Pero antes aclaremos un concepto vital: La comunicación eficiente, se dice que es tal, cuando el receptor (la audiencia o población) atiende el mensaje, lo entiende, lo reflexiona y lo utiliza.
Pero en comunicación no podemos ser inocentes, sabemos que la audiencia en política no es inocua (escenario sociopolítico), y que todo lo procesamos con mente, corazón e historia personal, recordemos que la percepción es un acto mediado por otros múltiples factores.
Hoy esa población-audiencia es sujeto y protagonista en un proceso de contradicciones, debilidades y fortalezas de la Revolución Bolivariana. En consecuencia tendremos por un lado una audiencia-receptor que atiende y cuyo perfil (“partidarios” del proceso, patriotas, nacionalistas y que por los resultados electorales podemos decir que son la mayoría) permite que el proceso de comunicación eficiente se realice satisfactoriamente. Es hacia esta población-objetivo que entendemos está dirigido el nuevo programa radial “De repente con Chávez” transmitido por Radio Nacional y YVKE Mundial.
Pero por otro lado, tenemos más de 4 millones de personas mayores de 18 años y unos cientos de miles que los cumplirán pronto (audiencia) que no atienden y cuya percepción actúa como barrera refractaria a la comunicación gubernamental y que nunca sintonizarán el Sistema Nacional de Medios Públicos (una población atrapada en la disociación psicótica, que responden a la ideología dominante y los embarga por reflejo condicionado un terrible miedo a los cambios). Sin dudas las cadenas son el elemento táctico correcto para ésta población-objetivo.
Si bien es cierto que las cadenas son un elemento táctico correcto (no el único) su eficacia hoy se cuestiona, ello exige una autocrítica y revisión profunda sin complejos en aspectos como: objetivos, forma, estructura, contenido, sentido de oportunidad, duración, horarios, cantidad de las mismas, calidad, creatividad, interés, planificación, etc. Sin abandonar la comunicación de contraataque, definitivamente debemos tomar la ofensiva comunicacional con creatividad y calidad. Hay que rejuvenecer, refrescar y lograr una mayor y mejor conexión emocional y racional entre los factores de la comunicación política.
