La veracidad y el lenguaje en los medios venezolanos

 Si nos atuviéramos a lo que dice la prensa en general de Venezuela, resultaría muy difícil escribir criticando al gobierno, pues se sería objeto de persecución si se discrepara con lo que él realiza. Quienes hacen uso de los medios siendo opositores presentan un panorama del país que preocuparía. El gobierno, dicen, es autoritario, establece relaciones con países u organizaciones “condenadas” por la “comunidad internacional”; tendría responsabilidades en el narcotráfico, y un sinfín más de cosas que conducirían al país hacia el desastre. Si Satanás condenara al gobierno, esta oposición vería en él a un beatífico individuo sólo preocupado por la felicidad humana.

 Como hay mucha gente en el exterior que no conoce cómo es que se bate el cobre, es decir, cómo se hacen las cosas aquí, pasaremos a reseñar algo de lo que apareció el sábado 6 de marzo en un periódico de circulación nacional. Se le ruega al lector que comprenda que el lenguaje con el cual se expresan los articulistas, obedece al profundo terror que sienten ante la posibilidad de caer bajo la ira del tirano que nos gobierna, que los conduciría, irremediablemente, a las mazmorras del régimen.

 Son dos los escribidores elegidos; de uno textualizaremos íntegro, el último párrafo de su artículo; del segundo transcribiremos sólo algunas partes de lo que escribió para comentar algunas perlas que nos regala el autor y que permitirá ubicar al que nos lea, en la calidad y brillantez de los glosados, pese al miedo que se desprende de sus prosas. Pasemos al párrafo: “Este régimen irresponsable, inepto, bellaco, simulador y sospechoso de narcoterrorista recurre a la triquiñuela manida –estigmatizar a la población- pretendiendo así eludir su responsabilidad por el fracaso de sus propósitos, acciones y desatinos. Pero está pillado. No más escapismo” (1). Descuenta el que lee, que el régimen al cual se refiere el que escribe es el de Chávez.

 Lo anterior le permitirá comprender a quien ha llegado hasta aquí, los circunloquios que está obligado a realizar el otro escritor. Es que sin duda, la cárcel como amenaza debe de ser algo muy serio cuando tanto se la evita. Comienza así: “La verdad es que la luna de miel se acabó. El olor a podrido ya se percibe pese al perfume…” (2). En su trabajo abarca varios de los sucesos que se han dado en los últimos días que se relacionan con Venezuela. Enumeraremos algunos de los que le inquietan. Los elementos que se desprenden de su trabajo permite conocer el rigor con el que se maneja cuando elabora y el culto que le rinde a la veracidad.

 Agregamos que entendimos como baladí indicar la actividad de este señor pues el que lea percibirá de inmediato por su prosa fina y respetuosa, la calidad académica del manufacturador. Sigamos pues con él: “El episodio de mal gusto protagonizado por el Presidente en la cumbre de Cancún permitió comprobar que el susodicho no consiguió que clientes, chuleadores y admiradores se alinearan automáticamente detrás suyo celebrando incondicionalmente sus ocurrencias”. El profesor se refiere aquí al incidente entre Chávez y Uribe. Este, pese a haber sido quien originó ese hecho desagradable, no mereció ni siquiera un mínimo reproche de él.

 Señalémosle para quien no lo sepa, que el presidente Uribe fue quien en una actitud no cónsona con su investidura, y sin importarle que Chávez no le atendiera, empezó a reprocharle y pedirle que fuera un varón. Al final Chávez le dijo tres veces que se fuera para el…

 Seguimos: “Apenas días más tarde explota el informe de la DEA (Agencia Antidrogas) norteamericana en el que se expone con cifras y múltiples indicios el aumento del tráfico de drogas a través de territorio venezolano. Naturalmente el calificativo de “complot del imperio” no se hizo esperar en todo el coro oficial”. Analizar objetivamente este tema es complejo porque se le enmascara. Para nuestro genial profesor es más importante “tránsito” que “origen y destino”. Pero, además el caro académico deja ver –no entrever- que lo que dice la DEA es para él como la palabra de Dios. Pero, ¿será así, realmente? ¿Será que podemos creer que el gobierno de EEUU, sus instituciones, y sus altos funcionarios son de fiar? Prosigamos con la glosa de nuestro personaje, para luego retomar el punto que ahora dejamos.

 “No habían transcurrido dos días más cuando estalla el caso que tramita el juez Velásquez, (sic) titular del Juzgado 6º de Instrucción de Madrid pidiendo se investigue lo que es de anteojito(3): la colaboración entre el señor Chávez, las FARC y ETA, en particular la relación con unos ex militantes (o a lo mejor no tan “ex”) de ese grupo terrorista vasco, uno de cuyos integrantes ostenta un alto cargo en el Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela según surge de la Gaceta Oficial Nº 38297 del 20/10/2005. ¿Será algún colega del ex encapuchado que hoy dirige ese despacho y es también Vicepresidente de la República o será otro complot contra la revolución bolivariana inocente e impoluta?”(4).

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 Varias lecturas podemos hacer no solo de las denuncias de la DEA, sino también de las distintas figuras del gobierno estadounidense cuando se refieren al narcotráfico. Todas coinciden en condenar a priori y sin elementos que permitan fundamentar lo que afirman, a Venezuela y Bolivia. Por el contrario, felicitan a Colombia y a México por la eficacia de su combate. De los cuatro países, dos son productores y dos lugares de tránsito. Bolivia controla a sus expensas, el cultivo de la hoja de coca que en su suelo está regulada. De fugarse alguna cantidad para su transformación en cocaína, se puede afirmar seriamente que será una cifra realmente baja que poco incidirá en su comercio.

 Colombia, el otro país productor, recibe de EEUU millones de dólares anuales para la lucha contra los carteles que la manejan. En Colombia se asienta una base de la DEA con algunos centenares de funcionarios que se extiende por todo el país. Por si fuera poco, y con la excusa precisamente de la lucha contra el narcotráfico, se instalaron además bases militares más proclive por sus componentes (aviones espías, de combate; helicópteros, blindados, etc.), para una guerra que para combatir bandas de delincuentes. Si ha aumentado el tráfico es porque el control de su producción en Colombia ha fracasado; lo mismo que la lucha (si es que realmente alguna vez la hubo) de las autoridades del país que más las consume, que como sabemos es EEUU.

 El problema, el verdadero problema, es la politización que realiza EEUU con el tema. Por suerte para los países objetivos de esa nación, son tan torpes quienes dirigen esas políticas falaces, que su refutación la puede hacer un niño. Sin duda que la delincuencia afecta en grado sumo tanto a México, como a Venezuela. Pero se puede establecer una clara distinción de ella en ambos países. Mientras en Venezuela sí ha crecido la delincuencia y han aumentado y mucho, los homicidios, estos no se dan producto de la confrontación entre las mafias del narcotráfico como sí sucede en México. Y si será grave la situación mexicana que debieron involucrar a sus FFAA en ese combate. En Venezuela el crecimiento del delito en parte se da por la ineficacia del ministro del área.

 Sobre la verificación que realizan aquellos que como papagayos repiten lo que les lanza el Norte, nos sirve el caso del juez español al cual el inefable profesor atribuye el apellido Velásquez, cuando es en realidad Velasco. El error se produce por la ligereza con la cual toma el tema, que le interesa solo para tirar la piedra, estimando que su lector es un idiota y no va a captar sus disparates. Cuando utiliza vocablos como “explota”, “estalla” refleja la clara intención de escandalizar para perjudicar al gobierno. Omite para confundir al lector, que el juez fue miembro del Partido Popular español, que llega a su primer cargo de la mano de Zaplana. Que lo despiden y se traslada a Madrid donde la relación política le ubica como juez instructor de la Audiencia Nacional.

 El capo del PP, José María Aznar ¿puede considerarse una persona honorable? Nosotros creemos que no. El que en apariencia le sucede, Mariano Rajoy es honorable o es venal. Véase en internet “la trama gürtel” que le ilustrará al respecto. Lo mismo “quien es quien en la corrupción del pp”. Agregue, para asquearse, “alejandro agag”. Verá ahí usted la partida de pillos que tiene ese partido. La permanencia de ellos en él ¿no los descalifica?

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 Se puede afirmar sin posibilidad de error, que desde la expulsión de la DEA de Venezuela, las incautaciones de marihuana y cocaína han superado por lejos las cifras que antes se decomisaban. No se requiere mucho para verificarlo. Recurra a ese respecto a los informes de las NNUU, fuente que debiera de ser inobjetable.

 Un embajador estadounidense en Colombia fue el creador del término “narcoterrorista”. Pretendió calificar de tales a la guerrilla, fundamentalmente a las FARC y al Partido Comunista. Fue tal el escándalo provocado que debió salir al ruedo el doctor Belisario Betancur, a la sazón presidente de la República para desmentirlo. Tiempo después este embajador, Lewis Tamb fue detenido en su país con varios kilos de cocaína y varios millones de dólares. Era miembro de los carteles de Cali y de Medellín. La propia esposa del Agregado Militar estadounidense en Colombia traficó heroína, y su esposo le ayudó a lavar 700 mil dólares. Cinco soldados de EEUU asignados al entrenamiento de militares colombianos para la lucha contra el narcotráfico, fueron detenidos en su país con casi 20 kilos de cocaína.

 Los vínculos gubernamentales estadounidenses con el tráfico de drogas no son de nueva data. La DEA en Colombia fue denunciada por delatar informantes que luego fueron asesinados por los traficantes. No ha faltado traficante que detenido, denunció haber sobornado a algún funcionario de ese cuerpo con cifras millonarias. Pero, vea en la propia fuente la información, pida: “bill conroy” que se explayará en esto. Luego, vea un informe del doctor “thomas m. kent”. Hay otros informes, por ejemplo el del historiador, Alfred W. Mc Coy; también la del ex agente antinarcóticos Michael Ruppert ilustran al respecto.

 Vamos ahora a trabajos concretos, por ejemplo “la cia y la cocaina: verdades y desinformacion”; “coca made in cia”; “el narcotráfico como motor del imperio” y, para cerrar por hoy termine leyendo “operación doble como la cia infiltro a la dea”.

 Quien tiene acceso a un medio, si es responsable y es capaz aún de sentir vergüenza, no puede lanzar al voleo disparates. Bien haría si le huyera a las afirmaciones temerarias. De paso, su familia se honraría. 

(1)- “No somos delincuentes”, Miguel Sanmartín, El Universal, 06-03-10

(2) “Eterno complot contra Venezuela”, Adolfo Salgueiro, El Universal, 06-03-10

(3) “de anteojito”, que está claro; que no admite duda.

(4) Se refiere a Elías Jaua, quien reconoció haberse encapuchado a las puertas de la Universidad Central de Venezuela

roosbar@cantv.net



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Roosevelt Barboza


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