A defender y atacar

Una de las tareas que tenemos los revolucionarios que próximamente coparemos a la Asamblea Nacional, electos por las bases del PSUV, es retomar el rumbo transformador y radical de la revolución bolivariana, el cual, aparentemente, se ha detenido, por tácticas del momento, cuales fueron, la primera disminuir la radicalidad, o ir hacia el centro, para así haber podido llegar al gobierno por la vía electoral, lo cual se logro el 6 de diciembre de 1.998.

Esta estrategia, de “ir hacia el centro” o disminuir la radicalidad, con miras a conformar un movimiento amplio nacional que llevara al comandante a Miraflores (Sitio del poder en Venezuela), y desde la cúpula del poder, organizar el socialismo, primero por intermedio de un proceso constituyente, que le diera las bases jurídicas a los cambios necesarios; esta estrategia centrista, es muy peligrosa y la denominan “transitar por el filo de la navaja” y ha habido más de un movimiento y revolución que se ha quedado en el intento, no solo se han estancado sino han retrocedido; para solo mencionar algunos casos nuestros venezolanos, tenemos a la Acción Democrática de los años 40, cuando dijo que se trataba de “meter el socialismo con vaselina” o al MAS de los años 70, quienes hablaron de “fuerza comunista joven” o a la casaca rusa ponerle franela manga corta, fresca y tropical, la historia es harto conocida, como ambos movimientos pasaron de ser proyectos populares de redención a pilares sostenedores del imperialismo yanqui y principales defensores de regímenes de explotación del hombre por el hombre.

Al Bolivarianismo Revolucionario su “discurrir por el filo de la navaja” le costó un golpe de estado, un sabotaje petrolero golpista y saboteador, y sobretodo, que hoy en día pesa bastante, y es la apariencia que no se ha hecho nada, que seguimos en más de lo mismo, puesto que no se ven los cambios patéticamente; pero gracias que tenemos a un líder que ha sido irreductible e incorrompible y un pueblo de su mismo tamaño, llegó el momento de decir “vuelvan caras”, se acabo el transitar por el filo de la navaja y se requiere de nuevo la radicalidad para hacer un país grande, prospero y portentoso.

Los Diputados revolucionarios que seremos electos por el PSUV para ocupar el cargo de legisladores nacionales del 2011 al 2016, tenemos una función dual seremos bifuncionales, por un lado nos toca defender y mantener los logros hasta aquí obtenidos, por ejemplo la ley de tierras, hidrocarburo, consejo federal de gobierno, consejos comunales, milicias populares, etc., y por otro lado atacar, pasar a la ofensiva destruyendo lo que queda de democracia burguesa que nos impide progresar.

Se trata de implantar la Venezuela comunera, que es la Venezuela socialista, aquella que se fundamenta en la asamblea del barrio de la fábrica del campo, la comuna que tiene su base en la tierra en la soberanía agroalimentaria y en la soberanía industrial.

Se trata de acabar con las pesadas, burocráticas y obstruccionistas instituciones burguesas, que la fuerza de la costumbre y la falta de espíritu revolucionario la convierten en tótem que hasta muchos supuestos izquierdistas ante ella tiemblan y se doblegan, cuando su misión es destruir esos ídolos de barro , esos becerros de oro.

Se trata que la revolución bolivariana pase a la fase socialista plenamente y se convierta en referente para impulsar el Incanato Mirandino o la Colombia Bolivariana en nuestra América, que indiscutiblemente se llamara Abya Yala, palabra Maya que significa tierra de gracia, tierra prometida, tierra que mana lecha y miel.

franciscosierracorrales@yahoo.com.ar


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Francisco Sierra Corrales


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