2- la guerra manipuladora de todas las horas que difunden los medios en el mundo,
3- la plaga del temor que por atavismo llevamos en la sangre,
4- la costumbre que nos hace ver que el único sistema posible y viable es el capitalismo…
que por todo eso, y muchos otros terribles miasmas: LLEGUEMOS A PERDER LAS ELECCIONES DEL 2012.
Podría suceder.
Grande y espantosa catástrofe que entonces tendría que comenzar a pagar bien cara la oligarquía.
Porque a todas luces se trataría de un fenomenal fraude, urdido pertinaz y criminalmente contra la mente de los venezolanos.
Pero entonces ante estos tristes y lamentables hechos, el pueblo comenzará a recordar, a comparar (aunque tarde para muchos), a ver la gran diferencia entre lo que han perdido y lo que comienzan a hacer los nuevos dueños del poder.
El pueblo comenzará a ver de nuevo que ya los pobres no serán el máximo tema de atención del Estado. Y los pobres que habían sido engañados y que son millones; la propia clase media caería en la cuenta de la tragedia.
Que los programas sociales se van a pique.
Que comenzará el desmantelamiento de las misiones, de los Consejos comunales, de las cooperativas populares, de las pequeñas empresas de producción social,…
Que ya Miraflores no podrá ser jamás albergue para damnificados. Y damnificados producidos por la IV república es lo que más prospera en Venezuela. Inevitable.
Ni tampoco Fuerte Tiuna deberá aceptar en sus predios a más gente del pueblo. Más aún, se le dirá que serán echados…
Se paralizarán hasta los pagos de las pensiones del IVSS, porque entonces se argumentará que Chávez lo regaló todo y dejó al país en ruinas. El truco para comenzar a robar como se hacía en la IV.
Y entonces el “mal ejemplo” dejado por nuestra revolución bolivariana aparecerá como invencible, como el dios de la victoria eterna, como la única salvación de la patria.
Cundirán las protestas populares, se inundará el país de descomunales tensiones; los cuarteles no saldrán a acribillar al pueblo, la economía crujirá por los cuatro costados, se paralizará el país todo y la figura del Comandante refulgirá como la gracia divina y salvadora…
Como otro 11-A del 2002.
Así lo veo yo, clarito, pero habrá que esperar…
jsantroz@gmail.com