Demasiadas tramoyas desarrolló este porfiado malandrín para mantenerse en los dos períodos de gobierno que como alcalde del Municipio Chacao le correspondió ejercer con el apoyo de esa comunidad que le premió con los votos necesarios que, por ser el Ayuntamiento más rico de Venezuela, el alcalde maneja fluidos recursos económicos que le entran por diversas vías como impuestos y, que desde hace años ha estado bajo la tutela de los representantes de la oligarquía que aliada a la ultraderecha nacional se han enquistado en su seno a embucharse de lo ajeno.
Y fue precisamente allí, en donde Leopoldo López, se hizo un baluarte de reacomodo como difamador que lo envalentonó a pensar que su dislocado modo de proceder sin inteligencia alguna, le sería fácil de realizar como político de contrariedades inquisitorias y, de ajustarse a las más elementales normas de convivencia que lo acercarían a las alturas del poder a como diera lugar y con la sola experiencia de alcalde de Chacao como aval, le da el derecho de aspirar a dirigir los destinos del país y, por tal motivo, se fue fuera de la nación a coquetear y buscar la solvencia de un organismo internacional como lo es la CIDH que no ha parado de desacreditarse con las torpezas continuas de sus miembros al tratar de meterse en el desarrollo político-social de algunas naciones fuera de su eje de derecha, implicándose como personeros de otros estados de la región con la única misión de perturbar la dinámica vivencial interna que ponga entredicho en particular nuestra integridad territorial democrática de pueblo revolucionario civilizado que sigue a su líder que es el presidente Chávez .
En cambio, a Leopoldo López que es dentro de la esfera inmoral y corrupta de la oposición un enredo que lo atrapa al desnudo como un farsante que actúa como un reformador equilibrado de alas simbólicas que en caída libre lo caga un pajarito y a la vez y lo deja en la tierra de sus serviles que se agrupan como enanos invisibles que militan al igual que él en la organización Voluntad Popular, fundada a su antojo que con más penas que gloria sin particularidad: giran, sin dirección y sin peso de sustentación en la vida nacional y, una vez afianzado si el veredicto que espera suelte la CIDH le es favorable a su causa-efecto: aspirará a pasar a engordar la MUS como un candidato más rumbo a las primarias que le dé los octanos de popularidad capaz de llevarlo a la candidatura única que busca la oposición.
Pero, en el río que corre paralelo al nado sus aspiraciones son de corriente turbulenta, infestado de tracalerías envolventes, donde unos se despellejan con acusaciones sombrías y entran en coma de altibajos cuando dicen a otros, la verdad que le ocultan al pueblo y en el trajín de sus emociones se disparan a quemarropa latigazos de franqueza que ponen al descubierto el mundo de sus iras a que están sometidos. Mientras, Leopoldo López, espera envuelto en una marea de nervios a que la CIDH lo ponga a disfrutar de lo que otro le quitó con toda la razón de lo que hizo para merecerlo, pero en cualquier momento otro gallo cantará o por el contrario, le saldrá levantarle la mano a uno de los tantos que están dentro de la MUS con los dedos cruzados de esperanza.
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