¿Y se puede saber María Corina ese afán tuyo por ir al 23 de enero? Usted no ha de creer amigo, amiga mía que, me hubiera gustado nacer en el 23 de enero. ¿Y eso por qué María Corina? Porque en el 23 de enero la vida es más sabrosa y conforme uno se acuesta se levanta y todos los días son iguales, lo que no sucede en el Country ni en la Lagunita y, yo sería hoy día una rica pobre que es mi mayor desvelo. Y por eso mi “capitalismo popular” se afianzará de fuerza bruta que hará feliz a todos los habitantes de esa parroquia caraqueña que, además tiene que apoyarme a mí como su candidata que ha de capitalizar sus aspiraciones hacia un porvenir en común que lo de ellos sea mío y lo mío sea su pilar fundamental que los llene también de esperanzas de noviembre del 2012 en lo adelante en que sus sueños dejen de vagar por el desierto de sus emociones centrípetas sin norte ni sur.
Tengo días en una encrucijada de pesadillas desde que las redes del malandraje-social-político-patotero infiltrados en algunas áreas urbanas de la descomposición sin descanso, en que el abuso indiscriminado actúa hacia los líderes -como yo- que queremos el poder para vigorizar la República de prosperidad sin límites de igualdad en que la propiedad privada sea la madre del egoísmo pacífico y el Estado un ente regularizador de los pobres que siempre les ha gustado su forma de vida.
Como luchadora social incontenible me desvelo por llegar al 23 de enero con talante de alternabilidad que será para mí como descubrir un reservorio de males enquistados que esperan con paciencia a su salvadora y, una vez que nos demos las manos de la amistad, se abrirá un compás de intervención para unirnos en un círculo en que –yo- como María Corina: seré el centro que acaparará todo el diámetro de sus problemas que uno a uno serán cubiertos por el radio de los mini círculos envolventes que iremos creando hasta agotar en resumidas cuentas: el perímetro de sus males que serán absorbidos por el radar de mi “capitalismo popular”.
Ha sido un reto infinito que he llevado dentro de mí compartimiento de integridad que pasivamente he resguardado con orgullo y que ahora se ha hecho realidad urgente, recorrer a la mayor brevedad al 23 de enero, con la sana intención de descontaminarlo de la irreverencia que le tienen a la oposición en que el chavismo sin piedad ninguna los ha atrapado y será mi comitiva la encargada de registrar con atención intrínseca todo el infortunio que se manifieste con honestidad, ya que yo digo la verdad y jamás engañaré al pueblo, sino todo lo contrario, lo encaminaré hasta su fin que es seguir siendo lo que siempre han sido bien alejados de nuestra oligarquía.
Mi mayor felicidad particular, porque en sí es un reto y, es visitar a todos los habitantes del 23 de enero, quienes deben esperarme en cualquier plazoleta que esté en condición de recibirme y compartir grandes momentos para la historia de ha de nacer de nuevo que –yo- la aspirante María Corina juro y perjuro que cuando sea presidenta de Venezuela me tomaré los días y los meses que sean necesarios para visitar a todos los moradores de los bloques y comernos las buenas nuevas con el apetito de la amistad concentrada y, no oculto que los amo con más pasión que la del presidente Chávez al que también acuso con mi alegre manera de pensar y reaccionar de que si algo me llega a pasar que me deprima: él y sólo él será el culpable, lo cual quedará registrado en la próxima visita que realice a la Fiscalía General de la República.
Hago constar a per se que después que visite el 23 de enero y salga en brazos de su calor humanitario y “la noticia se riegue como la pólvora”: me solidarizaré con el ex embajador ante la ONU y ex asesor especial de Kofi Annan por la denuncia que introdujo contra el presidente Chávez en la Corte Internacional de La Haya por supuestos delitos de lesa humanidad, sobre todo por la intervención de su propiedad privada y por los un mil cien millones que tuvo que sacar de su bolsillo para pagarse su candidatura a las primarias dentro la MUS y, reafirmo con seriedad de sobra que, hay un capítulo para mí solita en la denuncia que quedó abierta en caso que el presidente Chávez no me deje entrar al 23 de enero.
Amigos, amigas, qué más decirles que calme sus angustias palpitantes que saltarán con la corriente de la alegría de verme pisando nuevamente el 23 de enero. Ni se imaginan la dicha que engancha mi corazón disciplinado de “mujer honesta” que preocupada se encuentra al saber que los diputados chavistas ya tienen en mente introducir una nueva ley en La Asamblea que regulará qué es y qué no es delito de lesa humanidad, por lo que aconsejo al fanfarrón de Diego Arria a redoblar su vigilancia de premura sobre el fiscal Moreno, para que la persecución contra Chávez se dé ya y que no se duerma que el que se duerme no va al 23 de enero.
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