La apestosa venganza de los lechuguinos

En el difunto Congreso Nacional, cuando AD imponía su aplanadora, el entonces subjefe de la fracción, Henri Ramos Allup, hacía ante las cámaras el gesto elocuente y obsceno de que se los había “pegado” a todos. Lo mismo pudo haber hecho en el siglo XXI, cuando en dos oportunidades se masticó sin misericordia a los chicos de Primero Justicia y Voluntad Popular. La primera vez, al llevarlos a la abstención en la elección parlamentaria de 2005. La segunda, al “diseñar” y “negociar” las listas de diputados en los comicios de 2010, de tal forma que con igual o menor número de votos que sus cándidos socios, sacó el doble de parlamentarios.

Antes, Ramos había bautizado a sus ahora aliados de la Mud con los arcaísmos de “lechuguinos, petimetres y mariposillas”. El líder puntofijista, tan sobrado como también dice estarlo Diego Arria, no imaginaba que los lechuguinos preparaban su venganza. La misma se concretó cuando en el último debate de los premajunches –vocablo que no me gusta pero no hay otro- , Leopoldo López anunció su simbiosis con Capriles Radonsky. El desquite era contra Ramos, Barboza y Aveledo (como decir: AD, Un Nuevo Tiempo y Copei). Mala suerte que el pobre Pablo Pérez estuviera por allí, en el medio, atravesado, por lo que recibió el impacto demoledor de la maniobra.

López se burló de sus electores, de los demás precandidatos, de los televidentes (con la complicidad de Globovisión, que lo sabía todo) y del secretario ejecutivo de la Mud. El y Capriles aprovecharon la presentación del programa de la oposición, el promocionado debate de los aspirantes y la audiencia cautiva de ambos eventos para anunciar su entente. Ramón Guillermo Aveledo se sintió utilizado y Pablo Pérez también, además de ser el centro de una memorable burla política. Luego, no se trataba solamente de un pacto, sino de un pase de factura por cuentas pendientes desde 2005 y 2010, cuando fue Ramos Allup el que cobró. La venganza es dulce, dicen.

Pablo Pérez cogió piso; su manager Omar Barboza se descompuso y Ramos Allup acusó el gancho al hígado y se confesó asqueado, aunque su ausencia del más importante acto de la Mud, indica que el viejo zorro había olfateado algo de lo que iba a ocurrir esa noche, como en efecto sucedió. Su nariz política no le falló. Pablo Pérez y los otros precandidatos sí que no sabían nada y por eso, fueron burlonamente utilizados por López y Capriles. “Es la joda y no los cachos lo que duele”, recordó Ramos Allup.

La Mud y su solemne secretario ejecutivo pasaron a un cuarto plano. Igual suerte corrieron el rimbombante “programa de gobierno” y el publicitado “debate”, convertidos en rampa de lanzamiento de Capriles, con la propulsión a tracción de dólares de López y la Polar. Los esfuerzos oratorios del aplicado Pablo Pérez (quien se metió todo un puñal para esa prueba), de Arria, Machado y Medina de nada valieron, anulados como fueron por el tinglado montado con premeditación y alevosía por los petimetres de Primero Justicia y Voluntad Popular. Stricto sensu, no lo montaron ellos, sino los financistas, la cervecera y la embajada.

Pablo Medina, como Pilatos lavo las de él, hizo lo propio frente el pacto, pero se quejó de que el enganche de los dos patiquines –Ramos Allup dixit- fuese lanzado durante el debate. Eso no se hace. El antediluviano Arria comentó: “ahí está, yo lo dije”. Machado pidió ponerle freno a las descalificaciones, sí señor. Pablo Pérez, cual despechado Pitágoras, sentenció que en política “dos y dos no son cuatro”. Puros deseos y malabarismos. Los lechuguinos jugaron duro porque la embajada de Valle Arriba juega así. La reacción de los sorprendidos sin campana que los salve –AD, Copei, UNT y Aveledo- no tardará.

Los reacomodos para cargos regionales estallaron. Después del 12F se agudizarán más. Y pasado el 7-O, se harán insufribles. No crean los vengativos lechuguinos y petimetres que Ramos y Barboza se quedarán con ese clavo intracutáneo. El malherido Pablo Pérez sólo esta esperando que le bajen los irritantes chichones, aunque de cierto, no sabe si está en un ring, en Globovisión o en una calle de El Saladillo.

earlejh@hotmail.com


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

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