No cabe duda, quien aspire dirigir los destinos de una nación debe abrevar en la fuente del conocimiento para direccionar su mandato en el aspecto político, social y económico. Es casi imposible que un gobernante, si aspira ser comunista desconozca la obra de Marx. De igual manera, si desea ser un presidente seguidor del Nacional Socialismo, por lo menos, debe haber leído “Mi lucha” escrito por Hitler y si pretende ser un gobernante fascista, se obligará leer, aunque sea un escrito, uno atribuido a Mussolini (Carta del Lavoro). Debemos sentirnos inquietos porque Venezuela tiene un candidato a la presidencia (el impuesto por la MUD y el imperio) que no necesita leer libros para administrar los bienes de la nación. Las doctrinas, al igual que la historia, son cosas del pasado (palabras del elegido). A partir de su toma de posesión (un supuesto negado), todo por lo que el pueblo de Venezuela ha luchado dejará de tener relevancia. Durante su mandato se quemarán los libros de historia, al igual como se hizo con los Cuadernos de Votación. Dejará de tener importancia el legado de nuestros egregios libertadores, más de ciento cincuenta mil proclamas y cartas del libertador y las obras de Simón Rodríguez serán incineradas. Se prohibirán las reproducciones del Discurso de Angostura, la Carta de Jamaica y el Manifiesto de Cartagena, todos estos documentos serán considerados subversivas. El Samán de Güere y todos los descendientes de árbol maléfico serán calificados como símbolos blasfemos de una nueva democracia. Por lo tanto, los samanes serán talados y quemados en las selvas y bosques de Venezuela. Más nunca ningún líder arbitrario se prosternará frente un samán para formular algún juramento. Para un individuo, como el candidato impuesto, es obligatorio negar el pasado histórico y será ineludible comenzar de nuevo. Según sus “sabias” palabras: “tenemos más futuro que pasado”, para qué hurgar en los gobiernos anteriores si de inmediato se recordará el dictador Hugo que le dio poder al pueblo para que los aristócratas perdieran su hegemonía de muchos años.
La burguesía venezolana está pletórica de felicidad porque el ungido por la Mud carece de doctrina, no es de derecha ni de izquierda y mucho menos, bolivariano. Ciertamente, su carencia de formación ideológica, su agrafía en materia intelectual y su desconocimiento de cualquier filosofía política, toda esa nadería será compensada por la estampa de un “hombre de acción”. Es imposible negar que estemos en presencia de una nueva forma de hacer política y el mundo la conocerá como el “caprilismo”. Como negar que el designado por la MUD sea un “hombre de acción” si todos lo vimos a través de los canales televisivos cuando penetraba en la Embajada Cubana y a la salida dejó colar su sentencia democrática “no pudimos revisar la embajada”. También apareció robando cámaras cuando expuso al escarnio público al ex ministro Chacín y se desentendió ante las agresiones físicas contra el detenido. El “caprilismo” es pura acción, pero las acciones impuestas por: el Sionismo Internacional cuyo mejor representante es Benjamín Netanyahu, un cruel genocida empeñado en acabar con el pueblo palestino; la Derecha Internacional representada por Mariano Rajoy, Asnar en España y Sebastián Piñeira en Chile, donde se violan los derechos humanos durante las manifestaciones por la reivindicaciones sociales; el Departamento de Estado y el Capital Financiero Internacional que costearon su campaña; la parásita burguesía venezolana que se ha beneficiado de todos los gobiernos, sean demócratas o dictaduras y finalmente, de los dueños de los medios de comunicación, quienes lograron a través de un marketig vender un producto pésimo para posicionarlo como un bien de consumo masivo. No podemos olvidar, el candidato impuesto recibirá orientación del uribismo, dado que su amigo Lepoldo es amigo de Uribe. Como se sabe, si “el amigo de mi amigo es mi amigo”, el elegido será amigo de Alvarito. Durante el “caprilismo”, en materia de seguridad entrarán en vigencia los “falsos positivos”, los desaparecidos y los genocidios en manos de los paramilitares asesinos.
Por todo lo anterior es fácil presagiar lo que sería Venezuela en el supuesto negado del triunfo del “caprilismo”. Los pobres verán conculcados los beneficios logrados durante catorce años de gobierno de mi comandante Hugo: los numerosos y diversos programas sociales, los planes de vivienda, el poder popular, los bancos comunales, el acceso a todos los niveles educativos... La clase media asalariada también se verá afectada. Uno de los problemas de este grupo social es que se considera más cerca de la burguesía que de los pobres. No se dan cuenta que son los empresarios quienes los ubican dentro de una escala de sueldos. Son los capitalistas, a través de los centros comerciales, clínicas, restaurantes, discotecas, bancos (mediante las tarjetas de créditos) los responsables de la mengua de sus honorarios. Porque hasta la diversiones la planifican los potentados, únicamente para sacarle el dinero a la clase trabajadora. Muchos son los adultos mayores de la clase media afanosa, los favorecidos con la pensión de seguro, estos no advierten que de triunfar el “capirlismo” se verán afectados sus ingresos. En resumen, como siempre, los ricos serán más ricos y los pobres, más pobres.
Ya estamos cerca del 27 de febrero, a veinte años de aquel infausto e infeliz episodio que enlutó a miles de familias país. Tengan la convicción los electores, de triunfar el candidato de la oposición de nuevo regirá el reino del terror. Si el Sionismo Internacional, la derecha internacional, el Departamento de Estado, los dueños de los Medios de Comunicación, la burguesía criolla… financiaron la campaña de las primarias, tengan la certidumbre, que de ganar el candidato neoliberal, aquellos saldrán a cobrar con creces y dicho dinero, como es la costunbre, saldrá de las arcas del estado. Si eso ocurriera las misiones y todos los logros de mi comandante Hugo no será más que un dulce recuerdo.
Para mi comandante Hugo: en estos aciagos momentos mucha fortaleza que proviene de su magnánima personalidad y los deseos de una población que lo respalda. Ten presente, tú vencerás, porque estás acostumbrado a ganar y tu destino es seguir gobernando a este pueblo glorioso y bondadoso. ¡Larga vida al comandante Hugo!
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