El Premio Nobel es un galardón internacional que se otorga cada año para reconocer a personas o instituciones que han llevado a cabo investigaciones, descubrimientos o contribuciones notables a la humanidad en el año anterior de sus actividades. Estos se instituyeron en el 1895 como última voluntad de Alfred Nobel, industrial sueco, inventor de la dinamita y a su nombre, inexplicablemente, se concede el Premio Nobel de la Paz.
Algo extraño es que en un planeta donde nunca, desde hace siglos, se ha vivido en paz se otorgue un premio para galardonar a una persona o a una institución un laurel por su contribución a favor de la paz mundial. Todo lo contrario, deberían premiarse las personas o instituciones por los aportes en el mantenimiento de una guerra permanente en algún lugar de nuestro globo viajero.
La entrega del Premio Nobel de la paz se ha visto desacreditada por ciertos galardonados quienes recibieron tal distinción, a pesar de ser agentes provocadores o protagonistas de episodios bélicos en algún lugar del planeta o también, comprometidos en delitos de lesa humanidad. Se trata, a manera de ejemplo, el presidente de los EEUU Barak Obama quien recibió la recompensa en el año 2017. Es bueno recordar que durante su administración las tropas de EEUU llevaron a cabo bombardeos en los territorios de Afganistán, Libia, Somalia, Pakistán, Yemen, Irak y Siria, dejando sumidos estos países a la destrucción de las ciudades, el asesinato de civiles, además, viudas y huérfanos. Sin dejar de lado que fue este presidente quien firmó la orden ejecutiva en la que declara una "emergencia nacional" por la amenaza "inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional y a la política exterior causada por la situación en Venezuela. A raíz de tal declaración el Departamento del Tesoro emitió una serie de medidas coercitivas unilaterales que atentaron contra el desarrollo económico y financiero del pueblo venezolano, que contribuyeron a la violación de los derechos humanos, como fue el derecho a la vida, dado la impasibilidad de comprar alimentos y medicinas. Estos, entre muchos de los males en la que se vieron sumidas millones de familias venezolanas. ¿En qué pensó el jurado nórdico cuando otorgó el Premio Nobel de la Paz a un criminal de este tenor?
Otro de los criticados Premio Nobel fue el de Henry Kissinger, Secretario de Estado de EEUU durante las administraciones de Nixon y Ford. Sus servicios de inteligencia estuvieron comprometidos en varios golpes de estados sucedidos en Latinoamérica durante la década de 1970, tales como el régimen militar chileno de Augusto Pinochet, el proceso de Reorganización Nacional de Argentina, al igual que en la Operación Cóndor. Así mismo, colaboró con el dictador indonesio Suharto durante la mortífera ocupación de Timor Oriental, tales gestiones en "pro de la humanidad" y del mantenimiento de paz mundial le mereció el galardón del premio Nobel de la Paz en el año 1973.
Veamos otro incomprensible Premio Nobel de la Paz. Se trata del ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos, quien será recordado por los aciagos "falsos positivos", verdaderos delitos de lesa humanidad. Los falsos positivos son las ejecuciones extrajudiciales cometidas por algunos miembros de las Fuerzas Armadas Colombianas cometidas durante varios años. La Jurisdicción Especial para la Paz (JE) determinó en febrero de 2021 que en Colombia, al menos 6.402 personas fueron víctimas de los llamados falsos positivos, muertes presentadas legítimamente por el Estado como bajas en combate entre el 2002 y 2008. Solo en la región del Catatumbo, en el noreste del país, por ejemplo, al menos 120 personas fueron presentadas como muertos en combate para "aumentar criminalmente las estadísticas oficiales de éxito militar". Y de estos delitos de lesa humanidad estaba en conocimiento el ex presidente Juan Manuel Santos que le mereció que el comité noruego le otorgara en 2016 el Premio Nobel de la Paz. Santos pero no tanto.
Recordando lo anterior se me vino a la cabeza la idea que el comité nórdico encargado de la selección del Premio Nobel de la Paz, debería abandonar la hipocresía y de una vez institucionalizar el premio Nobel de la Guerra. Esto para no caer en la impostura que condujo a conceder galardones a verdaderos asesinos, como son Obama, Kissinger y Santos. En un planeta donde desde hace milenios nunca se ha vivido en paz nadie merece tales galardones, pero si se le puede entregar una distinción a ciertos funestos personajes o aciagas instituciones por mantener lúgubres escenarios bélicos en todo el planeta.
No cuesta mucho escoger aspirantes al Premio Nobel de la Guerra en el 2024 y de una vez propongo seleccionar entre Bibi Netahyahu, Joe Biden, la UE y la OTAN. Las razones son obvias y no creo que nadie discuta el merecimiento de un galardón en pro de la guerra a alguno de los nombrados.
Bibi Netanyahu, el carnicero de Gaza, es un justo merecedor del Premio Nobel de la Guerra, primero por su acción genocida contra los palestinos de la franja de Gaza, segundo por acometidas bélicas contra Siria, Yemen y Líbano en su intención expansionista. Como consecuencia el futuro Premio Nobel de la Guerra se deberá buscar una cárcel de máxima seguridad en algún lugar del planeta por sus crímenes de guerra y por sus delitos de lesa humanidad.
En segundo lugar podría competir con Netanyahu por el Premio Nobel de la Guerra 2024 el presidente de EEUU Joe Biden, por su responsabilidad del suministro de armas a Israel y a Ucrania, al igual que la UE, para que Ntanyahu y Zelelensky continúan masacrando inocentes que nada tienen que ver con las causas que dieron origen tales enfrentamientos.
Es sabido que los nórdicos también le entregan premios a instituciones es por eso que voy a proponer un premio muy especial a la OTAN, una alianza militar integrada por EEUU, Francia, el Reino Unido y otros países europeos. Esta tiene su base de operaciones en Europa y ha estado inmiscuida en casi todos los escenarios bélicos de Europa, Asía y África, entre estos: la guerra del Golfo (1990-1991), Libia, Bosnia y Herzegovina (1992), Macedonia del Norte (2001-2003), invasión a Irak (2003), Kosovo (1997) y los resultados de tales intervenciones son miles y miles de muertos, ciudades destruidas, mutilados, huérfanos, viudas, refugiados, sobre todo, mucho odio y resentimiento. Bien merece la OTAN el Premio Nobel de la Guerra, mención especial.
En el ámbito regional también existe cierta tendencia entre algunos destacados y siniestros individuos para ser seleccionados para proponerlos como candidato para el Premio Nobel de la Guerra, debida a su propensión hacia la violencia y el terrorismo contra millones de personas, entre la más nombrada es la goda María Corina Machado. A tal efecto son conocidos ciertos grupos y personajes que se han dirigido al comité nórdico para que tal propuesta sea aceptada. Entre estos el partido VOX español, el grupo de Lima, la OEA en la vocería de Almagro, los ex presidentes colombianos Uribe y Duque, así como también el presidente argentino Milei. Cada uno de ellos destaca en su exposición las diversas y funestas acciones que propicia la goda MCM en pro de la violencia y la desestabilización de un gobierno democrático, entre la que se puede señalar: la solicitud a gobiernos enemigos del pueblo, la invasión de tropas extranjeras contra el territorio venezolano; la aplicación de medidas coercitivas y unilaterales contra el pueblo con el fin de ahogar la economía, todo esto con la finalidad de causarles sufrimientos y desgracias a niños, jóvenes, adultos y ancianos, convertidos en víctimas ocasionadas por las sanciones económicas y financiera de EEUU y la UE; los reiterados llamados a la violencia convertidos en guarimbas, manifestaciones violentas y actos terroristas que han atentado contra la vida de miles de personas, destrucción de la propiedad pública y privada; participación en golpes de estado es en varias oportunidades; llamado a la guerra civil para apoyar a un candidato que perdió en la última gesta electoral; uso de lo "fake new" para desinformar ante los medios nacionales e internacionales y redes sociales, de manera de crear un estado se sosiego y de animadversión contra Venezuela. Según los proponentes, por todas estas funestas acciones la goda MCM cumple con el perfil, tal como Obama, Kissinger y Santo, para ser merecedora del Premio Nobel de la Guerra 2024.
Los líderes causantes de las guerra no toman en cuenta que los pueblos están cansados de la violencia, de la destrucción, de que los padres lloren a sus hijos fallecidos, de que los niños entierren a sus padres, de los miles de mutilados que deambulan por las calles de los escenarios de guerra, de los refugiados que habiendo perdido todo hasta la familia emigren hacia otros lugares en busca de una paz que nunca encontrarán y sobre todo, el fin de los odios entre los seres humanos quienes en su mayoría desconocen las causas de los enfrentamientos bélicos. Tuvo razón el historiador griego Herodoto de Halicarnaso: "En la paz los hijos entierran a sus padres; en la guerra los padres entierran a sus hijos" Lee que algo queda.