Antes de comenzar a desarrollar el artículo es imperativo definir dos términos, uno es "segregación", entendida esta como la marginación y exclusión impuesta por motivos raciales, sociales, religiosos o culturales. El otro concepto es "xenofobia", que proviene del griego "xénos" (extranjero) y "phóbos" (miedo), definido como el miedo, desprecio u odio a las personas provenientes de una nación, o sea a los extranjeros, incluidas sus manifestaciones culturales, su lenguaje o todo aquello que pueda asociarse a lo foráneo. Es decir, la xenofobia es un mal social, una forma de segregación o discriminación, entendida como una ideología que consiste en el rechazo de las identidades culturales que son diferentes a la propia.
La segregación más notoria en la historia de la humanidad es la segregación étnica, llamada antiguamente segregación racial y también, la segregación religiosa, ambas causantes de millones de muertos. La primera dio origen a crímenes de odio motivado por el rechazo de los humanos con otro color de piel, por ejemplo a los de piel oscura. Se crearon al norte de América asociaciones criminales como el Ku klux klan, integrada por grupos blancos y cristianos para aterrorizar y matar, primero a los afro descendientes, herederos de los seres traídos en los barcos negreros por europeos para venderlos como esclavos en EEUU. Después arremetieron contra los judíos, los católicos, homosexuales, comunistas blancos quienes defendían los derechos de los negros y cualquiera que no encajara en la ideología de la supremacía de los blancos protestantes.
La otra forma de segregación es la religiosa, un mal social practicado por los fanáticos de diferentes cultos que causaron numerosas guerras y millones de muertos. Las más notorias, en el mundo occidental fueron las luchas entre católicos, ortodoxos y protestantes (los tres cristianos), judíos y musulmanes. La más reseñada por la historia es el mal llamado antisemitismo, que en verdad es el antijudaismo. El término semita se refiere a las personas cuya lengua materna es la semita. Este idioma está compuesto de las lenguas sudarábigas (Yemen, Omán y las de la isla Socotra), las lenguas etíopes habladas en el cuerno de África (Etiopía) y la lengua árabe, que es la principal de las lenguas semítica hablada por más de 250 millones de personas, desde la Península Arábiga hasta Irak. Como se ve el término semita no es exclusivo para los judíos. De aquellas lenguas antiguas se mantienen el arameo y el hebreo.
Me obligo a aclarar que el judaísmo es una religión practicada en todo el mundo, tal como la católica, la protestante, el islam o como el grupo filosófico de la masonería. Es notorio como la literatura y el cine han identificado al judío, con alguna intención, con un grupo étnico, a tal grado que la literatura y el cine refiere al judío con ciertos rasgos fisionómico, como un ser narigudo, de tez oscura, de mirada penetrante y sobre todo, avaro. En verdad esto no existe, como tampoco el pueblo judío. Hay judíos rubios como los de Europa oriental, los hay de tez oscura como los etíopes, los mestizos como los españoles y los judíos suramericanos, es decir, al igual que los católicos, los protestantes y los musulmanes, sus feligreses están expandidos por todo el planeta y tienen diferentes rasgos fisionómicos. No todos los musulmanes son árabes, ni todos los árabes son musulmanes. Debe quedar claro que el judaísmo y el islamismo son religiones y no grupos étnicos.
El anti judaísmo no es una práctica reciente del siglo XX, data desde hace muchos siglos. Los responsables de este mal social se deben, en un principio, a los sacerdotes católicos, luego del cisma del catolicismo, a los cristianos ortodoxos en boca de los patriarcas y a los popes de la iglesia ortodoxa y también, a los pastores de la iglesia protestantes. Estos religiosos, durante muchos siglos, arengaron desde sus púlpitos sermones para denostar, ante feligreses analfabetos, contra los judíos haciéndolos responsables de la muerte en la cruz de Jesús. Un mito divulgado con odio por toda Europa, tanto la oriental como la occidental y en algunas partes de Asia. Por esta razón a la llegada del siglo XX hubo una nociva predisposición contra los judíos inoculada por jerarcas religiosos cristianos.
Cuando llegó Hitler al poder el mandado estaba hecho. Los grupos nazis arremetieron contra los judíos, no solo los grupos nazis alemanes, también los nazis austríacos, los belgas, franceses, holandeses, rumanos, estonios, polacos, escandinavos, letones, armenios, ucranianos, croatas, serbios, en todos estos países ocupados por Alemania donde se fundaron partidos nazis con la misma ideología antijudía nazigermana. Esto con la falsa apreciación de los grupos blancos y rubios, quienes se identificaron con la "raza aria" como la etnia superior. A pesar de que los pueblos arios no provienen de Europa, sino de la India y de Irán. Una historia mal contada. Se sabe de la persecución de judíos en la Francia de Vichi y qué decir de la embestidas contra los hijos de David por parte de los polacos, rumanos, letones, croatas, entre tantos nazis regados por toda Europa, tanto oriental como occidental. Según historiadores, los nazis más crueles que asecharon y asesinaron judíos, fueron los polacos, ucranianos rumanos y croatas. Algo muy extraño e inexplicable, nunca se han descubierto las fosas comunes donde, supuestamente, fueron enterrados, los que no fueron cremados, millones de judíos asesinados de diferentes nacionalidades.
Miles de judíos franceses, polacos, ucranianos, croatas, rumanos, serbios, holandeses, entre otros, fueron asesinados por sus connacionales miembros del partido local nazi, esto por el odio inoculado por la religión, o también, por aquellos soldados que formaban parte de la armada aleada del gobierno alemán. No se realizaron pogromos solo en Alemania, también en muchas capitales y ciudades europeas se saquearon tiendas regentadas por judíos. La segregación alemana no solo se mostró contra los judíos, también fue notoria contra los gitanos, contra las personas con problemas mentales y con discapacidades físicas y sobre todo, contra los rusos, más aún contra los soldados rusos bolcheviques. A tal grado se manifestó esta xenofobia, que no fue de solo de carácter religioso, también cultural y política, que más de tres millones de soldados rusos bolcheviques fueron asesinados durante la invasión alemana contra Crimea y Odesa. Y toda esta barbaridad por la inoculación de la segregación y discriminación, por siglos, de un grupo contra otro.
Muchas centurias han pasado y a los hombres de poder no les importa la historia. La barbarie se repite, no contra los feligreses de la religión judía, ahora un sector de esta fe, los sionistas, están utilizando prácticas similares a la del nazismo, esgrimidas para exterminar al pueblo palestino de religión musulmana. Aquel genocidio lo está reviviendo el sionismo comandado por el asesino Netanyahu quien ha incurrido en los peores crímenes de guerra contra la población infantil y las mujeres de la franja de Gaza. No solo ha asesinado a más de 70 mil palestinos, ahora en el afán expansionista de Israel los soldados sionistas impiden la llegada de alimentos y medicinas a las víctimas afectadas por las armas y por los misiles facilitados por EEUU y la UE. Es el extermino y el genocidio del pueblo palestino. No cabe duda que la derecha internacional pretende difundir otra historia, haciendo ver tal como lo hicieron los nazis, que los habitantes de la franja de Gaza son musulmanes y muchos de los sionistas pretenden hacerle ver al mundo que los responsables de lo que sucede en el Oriente Medio son los musulmanes por ser terroristas. Tal como lo hicieron los nazis, estos culpaban a los judíos de todo lo sucedido antes y después de la Segunda Guerra Mundial.
Lamentablemente algunos humanos no han cerrado el capítulo de la xenofobia, sobre todo el presidente Trump. Este bárbaro, junto con los gobernantes de la UE están promoviendo, a través la mass media internacional, la rusofobia para imputar a los eslavos de lo que ocurre en Ucrania, la misma táctica utilizada por los nazis en el siglo XX. De igual modo se asoma, por parte del gobierno estadounidense y la UE, cierta hostilidad hacia el pueblo chino, sin dejar de lado la animadversión de estos gobernantes contra los musulmanes acusándolos de terroristas y contra los emigrantes clasificándolos como delincuentes. A tal grado que se palpa la violación de los derechos humanos cuando Trump envía a los "emigrantes ilegales" de centro y Sudamérica a la prisión de Guantánamo.
Un capítulo aparte merece Venezuela. Hace tiempo el gobierno de Obama acusó a Venezuela de ser una amenaza para EEUU y como "castigo" les aplicó a sus habitantes medidas coercitivas unilaterales e ilegales, las cuales fueron continuadas durante dos períodos de su gestión por el presidente Trump. Y para complemento, la traidora, la goda María Corina Machado, solicitó y aplaudió tales medidas. Reiterando, en complicidad con Trump y Marcos Rubio, que en verdad Venezuela constituye una "amenaza" para el hemisferio. Debo aclarar que Venezuela no es una abstracción, Venezuela es un territorio poblado por venezolanos(as) y extranjeros quienes coexisten en paz. Los venezolanos no son una amenaza para el planeta puesto que no padecemos ni somos portadores de una enfermedad contagiosa, tampoco somos delincuentes y mucho menos terroristas. Sin embargo se inventó la fantasiosa y nociva narrativa del "tren de Aragua" que según Trump y la goda MCM, todos los venezolanos tenemos el carnet o somos socios de la franquicia del tren de Aragua. Es por esto que muchos de nuestros compatriotas en el exterior son víctimas de la xenofobia inoculada por representantes de la derecha nacional e internacional, quienes buscan el desprestigio de nuestros connacionales con objetivos bien precisos. Ya basta se segregación, de racismo de xenofobia, de discriminación y construyamos un mundo mejor donde lo prioritario sean los humanos, Bien lo expresó la activista por los derechos civiles de EEUU Marian W. Edelman: "Nuevas generaciones crecerán con el veneno que los adultos no tienen el valor de eliminar": Lee que algo queda.