En la televisión de oposición vi dos figuras que antagonizan al gobierno, exponiendo sesudos conocimientos para convencer a la audiencia del periodista Carlos Croes. Allí estaban, desaliñados en el vestir, vieja costumbre hipócrita de la derecha creyendo así atraer a la masa popular, comenzando la mañana de un viernes estos tres conocidos venezolanos que siempre han salido y en mi opinión saldrán de nuevo, derrotados por Hugo Chávez. Procuraban imponer la matriz de opinión según la cual el miedo es la táctica de la revolución, aunque en el fondo de sus desesperados análisis dijeron reconocer que el Presidente sí entregaría el poder en caso de salir derrotado en las elecciones. No exigían lo mismo a la oposición y en voz desesperada Luis Vicente León y Roberto De Vries expresaban argumentos más enredados que nunca, habida cuenta que no llaman la misma atención de antes, porque el gobierno y la oposición a pesar de la confrontación alimentada por medios de agitación social cumplen reglas de la democracia en plena libertad. Obligados a reconocer que hay un Chávez ganador, estos analistas sueñan que gracias a la oposición atosigante de los medios de agitación social, puedan agigantar los aspectos negativos de la gestión bolivariana, ocultando los beneficios revolucionarios con el sueño de levantarle la imagen a su descolorido joven aspirante, quien día a día percibe la desconfianza que le expresan cuando recorre los barrios, donde está presente la energía del huracán Chávez Frías. Quieren destacar que nunca el ex Alcalde de Baruta y Gobernador a media máquina de Miranda, ha perdido una elección, por lo que según De Vries y León proseguirá favoreciéndolo la suerte en Octubre de este año. Después de la perorata por Televen quedé más convencido que nunca de la amplia suspicacia que los votantes tienen para con este muñequito de torta candidato presidencial de la derecha recalcitrante y el capitalismo salvaje, a quien el colectivo mayoritario le responde con gestos adversos a su presunta simpatía y no cree su ensayado populismo ni sus falsos saltos de talanquera ideológica, presentándose como un neo izquierdista de polvorosa y pies de barro, a quien condena su pasado y descalifica su presente al frente del territorio mirandino, el estado donde se cometen más homicidios en Venezuela, hechos comprobados y ciertos que revelan su ineficiencia plena, por lo que no vale envolverlo en el maqulllaje con el cual los medios arropan su personalidad poco atractiva, provocadora de recelo y reservas, actitud que le resta apoyo masivo debido a su conocido desempeño como monigote de teatro titiritero o de marionetas, preso de los poderes capitalistas salvajes y anti patria que lo respaldan. No hay vuelta atrás y así se palpa en las insoportables peroratas anti Chávez, que al final culminan reconociéndole a la corriente opositora en campaña, el peligroso arroz con mango que reflejan en su imposiblidad para derrotar el desarrollo alcanzado por Venezuela en estos trece para catorce años de revolución socialista, bajo la conducción carismática de un líder auténtico. Las peroratas de oposicionismo a todo, nos copan mediante intervenciones de analistas opositores tan fastidiosas como este artículo de opinión…, que escribo a propósito para parecerme en lo malo, a quienes atosigan la audiencia televisiva, radial y la atención del periodismo impreso, inmersos en vivir para autocomplacerse con sus posiciones analíticas, bajo el anhelo de que “las cosas cambien algún día…”. En síntesis todo un fraude de explicaciones oposicionistas inconexas, bla bla blantíscas y coprofágicas.
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