Los trabajadores son el alma, el corazón y el nervio de la Patria, son como las células de un cuerpo que cada una en su respectiva ubicación funcional es indispensable para mantener la armonía en el desenvolvimiento del organismo, por ello no se puede descuidar, hay que alimentarlos como se alimenta un cuerpo, ese alimento debe estar dirigido a satisfacer todas las necesidades, de modo que pueda desempeñar sus funciones, intelectuales o materiales, con el mayor rendimiento y más en estos tiempos modernos.
Sin ningún temor, echando a un lado las nunca faltantes reacciones de los enemigos históricos de los trabajadores que aquí como en el resto del mundo, están encuadrados en el campo de los explotadores de todos los tiempos, el Comandante Chávez, asumiendo una petición casi unánime, cumpliendo su muy repetida expresión de que el pueblo es quien ordena y el mandatario obedece, escribió otra pagina más para la historia, rubricó con su firma un instrumento legal que sin ninguna duda, viene a ser el mejor que haya existido en este planeta.
Por fin los venezolanos que entregan su fuerza de trabajo para contribuir al desarrollo de la patria en todos sus ámbitos, ven reconocido ese esfuerzo y reciben lo que por justicia les corresponde, mucho de lo cual les fue arrebatado por una ley excluyente como todas las que poco a poco se han ido desmontando para salir del abismo por el que caía la patria en manos de los enemigos del pueblo.
Con la firma de de la nueva LOT., se marca un hito en la historia de la Patria y sirve como ejemplo para otras patrias y garantiza a las generaciones futuras una mejor calidad de vida, porque cada quien que asuma la condición de trabajador sabrá que cuenta con una garantía que impide que su familia tenga los sobresaltos a que ha estado sometida, por los descalabros de gobiernos de gente como la que quiere volver el próximo 07 de octubre pero que ahora, y más con este acto de promulgar la nueva LOT que complementa un conjunto de instrumentos con vista a colocar por encima de cualquier consideración al ser humano como centro de su propia historia, jamás llegarán y el resultado no será otro que quedarse cada día con menos pueblo e ir paulatinamente desapareciendo hasta convertirse el polvo cósmico,con este puntillazo definitivo como el que se le infringe al cornudo en una faena de tauromaquia.
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