Sujeto a las directrices de la MUD, el candidato –Capriles Radonski- que representa a las corrientes opositoras en las próximas elecciones presidenciales del 7-O, tiene que cumplir con una agenda bien apretada y pesada de obligaciones políticas que no le permite ni le da mucha libertad de soltar esmeraldas fonéticas, ni perlas gramaticales a su antojo: cada vez que tenga que presentarse en la palestra pública y por tal motivo, las mentiras más espectaculares, cogerán calle por los medios que cubran su intervención en una sola dirección y, las actividades más importantes, por el momento dentro del guión planificado que debe ejecutar Capriles Radonski son:
Debe sonreír sin ganas y pasarse la lengua de arriba abajo por el contorno de los labios antes de comenzar a hablar y una vez que comience a recorrer mareas de actividades sin finiquito de ofrecer pausadamente sus realizaciones a futuro con el futuro entre las manos se las debe frotar con sencillez y darle duro al pasado que ése no le pesa, ya que él no había nacido y, cuando se refiera al presente debe apretar los dientes y carraspear, lo que le permitirá tomar un sorbo de agua con mucha astucia y en de inmediato soltar un silbido débil y decir con premura: yo soy y seré y el otro no.
Con entusiasmo y pretensión debe afincarse sin voltear atrás y pronunciar a la brevedad: Venezuela nos pertenece y, por tal motivo, seré el futuro presidente con mucho futuro por delante y jamás gobernaré mediante Twitter y, entonces, sonreír y ver hacia arriba.
Jamás debe estornudar en público y si lo hace, tiene que implicar de culpa a los rojos-rojitos que están hasta en el aire y contaminan el futuro, lo que no deberá pasar cuando él sea presidente que va a fomentar los CDI, pero sin los cubanos y, con odio debe hablar de Fidel Castro como un malvado chivudo que quedó en el pasado y, que sólo Chávez lo visita y, con mucha calma ver hacia el cielo y sacar de inmediato la imagen de Judas Tadeo y adornarlo de bondades como su protector a futuro.
Es preferible que cuando se refiera al gobierno del presidente Chávez lo compare con Gómez e inmediatamente debe decir que, no hay mal que dure cien años y que los gobiernos son pasajeros que jamás se embarcarán en el autobús del progreso.
Cuando tenga que discernir sobre la electricidad debe actuar con una cautela precisa y reforzar sus kilovatios de ideas con intención de pelarnos los cables de la razón y exigir qué hasta cuándo serán los apagones en el país que antes eso no existía y que ahora hasta los truenos nos dejan sin luz y que será él y solamente él el que electrizará a Venezuela después del 7-O con más cordura expansiva, allí no debe sonreír sino hablar entre dientes.
Siempre debe ser el guía que con atención especial fije criterios y acentuar que lo que haga este gobierno él no lo hará como hombre de futuro y, que en el autobús que recorre el país caben todos, ya que el odio le pertenece al pasado, acá si debe reír a carcajadas y poner de ejemplo la gobernación de Miranda como una realidad sin críticas que no necesita su presencia por ubicuo.
Debe valorizar con particularidad nada secundaria que el momento es de gran expectativa con él a la cabeza y que preso que se escape de una cárcel, ella será eliminada, pues en su gobierno no habrá cárceles sino mucha educación y, debe reventar sin vericueto de parcialidad alguna a la ministra y debe invitarla al estado Miranda a vivir una realidad de empresas con mucho futuro que dan trabajo y dejarlo hasta allí siguiendo el guión a su mano.
Cuando tenga que mandar a buscar el maletín para reforzar su habilidad creadora de mentiras no debe abrirlo, sino enseñarlo palabra tras palabra con sensatez habilidosa y al final dar por visto bueno sin abrir el maletín y recordar si es posible que en el pasado los maletines salían del país llenos de dólares y, nada más.
Si alguna vez tiene que referirse a la enfermedad del presidente Chávez, debe hacerlo con un contagio de humildad que emocione al auditorio y se piense que él es un ángel caído del pasado hacia el futuro sin presente y soltar unas palabras amables que con cura o sin cura él no le desea mal a nadie y que su fin es ser presidente con bastante futuro y que desea que el actual presidente viva muchos años con la única función que aprenda cómo se gobierna para todos los venezolanos y los yanquis sin mucho asomo y palabras más y palabra menos debe persignarse y decir que él es devoto de san Lucas y que siente algo especial por ese santo lo llenará de honores que, por ahora por las muchas actividades no puede dedicarle parcial atención y, para finalizar con su decálogo tiene que apretar en:
Debe jugar con su buena suerte y hacer ver que hace tiempo se consiguió con un viejito barbudo muy parecido a Ramón Guillermo Aveledo, pero más especial que éste y con lágrimas que le corrían como salidas de un manantial, éste lo distrajo con mucho amor y con palabras estiradas de infinito, le dijo, Henrique, aunque se me olvidaron tus dos apellidos, ten por seguro que tú hijo mío vas a ser el próximo presidente de Venezuela que, yo con infinita bondad así lo deseo y así será y, puedo asegurarles que ese hombre no era Guillermo sino él mismo Cristo y, desde entonces anda peregrinando, aunque el camino es duro, ése es el futuro que se le impone y como tal está cumpliendo con ese sueño, ya que se le olvido decirles que fue un mal sueño que tuvo que lo mantiene prisionero entre este ocaso de ser y no ser sin retorno.Debe estrujarse las manos y sonar los dedos. Risas y más risas.
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